Dedicación de Nueva Iglesia en la Arquidiócesis de Lima

Con ocasión de Año sacerdotal y en sintonía con la Misión Continental convocada por el Papa Benedicto XVI en Aparecida

En el marco de las celebraciones por el vigésimo aniversario de la parroquia “Nuestra Señora de la Reconciliación” y como parte de la Gran Misión de Lima, el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne presidió la ceremonia de la Dedicación de la Iglesia “María, Maestra de la Reconciliación”, en el distrito de La Molina, el domingo 16 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María.

El Arzobispo de Lima afirmó que la Iglesia fundamentalmente lo que nos enseña es a adorar a Dios. ¿Pero sabes adorar al Señor?, preguntó el Pastor de Lima a los fieles. “Adorar es más que contemplar, es postrarse, es decir no soy nada, no tengo nada, no sé nada, pero tu mi Dios, eres mi creador; y, por lo tanto, me pongo de rodillas, bajo la cabeza con humildad y te entrego todo lo que tengo. Sin ti, no soy nadie”.

El Pastor de Lima invitó a los fieles a imaginarse que en este templo que “es mi vida, mi cuerpo, mi familia, mi existencia, que el Señor también me vaya ungiendo, bendiciendo, purificando y uniendo a Él, para que esa acción de Dios haga que tu familia, tu trabajo y otras cosas más, un templo, pero no físico sino espiritual”.

¡Ojalá que el Señor nos ayude a ser templos vivos!, expresó el Cardenal Cipriani.

Fiesta de la Asunción de María

Al comentar la Fiesta de la Asunción de María, el Arzobispo de Lima señaló que la fidelidad de las siguientes generaciones dependen de cada uno de nosotros; por eso, invitó a los padres de familia a querer a Nuestra Madre, a rezar el Santo Rosario, a tener una imagen de Ella en nuestra casa, a contemplarla con cariño, a hablarle, a acudir a su encuentro y a ser su amigo.

Manifestó también que María da luz a la Reconciliación del hombre con Dios. “Por lo tanto, María inaugura una misión que hoy escasea, el perdón. No hay perdón porque no hay propósito de enmienda; y, tampoco hay propósito de enmienda, porque no hay dolor de corazón”.

“Si tú no sientes dolor al ofender: ¿Cómo vas a enmendar? y ¿Cómo vas a pedir perdón? Entonces, pidámosle a la Maestra de la Reconciliación que nos ayude en ese caminar en el dolor, propósito de enmienda (cambio) y perdón; y, si tú aprendes ese camino, también serás un discípulo de María en ayudar a los demás. ¡Tenemos que aprender a perdonar! Nuestra Madre, Maestra de la Reconciliación nos ayudará en esta nueva iglesia a saber recorrer este camino”.

“Con mucha alegría vamos a dedicar este templo que con tanto cariño y con tanta generosidad han contribuido a hacer todos los fieles de esta comunidad”, expresó.

El Cardenal Cipriani pidió a los fieles oraciones por todos los sacerdotes, al celebrar la Iglesia este año, un año sacerdotal.

Culminada la homilía, se procedió a la ceremonia de Dedicación y consagración de la Iglesia, que tienen por finalidad preparar el altar para disponerlo a ser ara y mesa del Señor, el lugar donde se celebra la Eucaristía que es el sacramento del sacrificio de Cristo y el alimento del pueblo de Dios.

Concelebraron junto al Cardenal Juan Luis Cipriani; el párroco Juan Mendoza Figari SCV y los vicarios parroquiales de la Parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación (La Molina), de la cual depende la atención pastoral de la nueva Iglesia, así como otros párrocos de la Arquidiócesis de Lima.

La nueva Iglesia está ubicada en la Avenida Constructores cruce con Jr. Cueto Fernandini en la Urbanización COVIMA, La Molina, al lado del Hospital de EsSalud Carlos Alcántara Butterfield.

La Gran Misión de Lima se da en sintonía con el pedido del Papa Benedicto XVI de iniciar la Misión Continental en América Latina al inaugurar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Mayo de 2007.

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