Domingo XIV del Tiempo ordinario

Domingo XIV del Tiempo ordinario – Ciclo A

DIOS ES PARA LA GENTE SENCILLA

Siempre que se tiene la impresión de estar junto a una persona cercana a Dios, ha sido alguien de corazón sencillo. A veces una persona sin grandes conocimientos, otras alguien de notable cultura, pero siempre un hombre o mujer de alma humilde y limpia.

Para muchas personas, ciertos conceptos religiosos están muy gastados, y aunque intenten sacarles todo el vigor y sabor que tuvieron en su origen, Dios sigue como “fosilizado” en sus conciencias. Sin embargo, nos podemos encontrar con gente sencilla que no necesita grandes ideas ni razonamientos para encontrarse con un Dios que es el Padre bueno.

Puede haber cristianos de nombre que se olvidan de Dios porque les resulta inútil, sin embargo, nos podemos encontrar con cristianos de corazón sencillo que viven dando gracias a Dios, que disfrutan de lo bueno de la vida, que saben vivir y hacer vivir, personas que de su corazón siempre brotan alabanzas al Creador.

Hay personas que plantean constantemente preguntas sobre toda clase de cuestiones teológicas, pero no muestran el menor interés por encontrarse con Dios, en contraposición están los sencillos a los que se les engrandece el corazón sabiendo que para Dios somos valiosos y nos ama, que no debemos tener miedo, porque Él estará siempre con nosotros.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA

Lectura de la profecía de Zacarías 9, 9-10

Así dice el Señor:
«Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica.
Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.»

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

El profeta Zacarías ofrece un «mensaje» sencillo al alcance de todas las personas. Nos habla de un Dios que ofrece la salvación por medio de un Mesías que trae la paz a los sencillos.

Salmo responsorial

Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: cf. 1)

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.

El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R.

2ª LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 9. 11-13

Hermanos:

Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.

Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.

Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

El apóstol Pablo afirma una vez más que encontraremos la liberación y la vida en Jesucristo por la acción del Espíritu. La auténtica vida cristiana, la que entraña plenitud y felicidad es aquella que se vive bajo la luz del espíritu que está en cada uno de nosotros.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús:
-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor.

Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo

y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» Palabra de Dios

COMENTARIO AL EVANGELIO

Jesús, el Señor, da gracias al Padre porque reveló su amor a los sencillos, a los pobres, a quienes no están hartos. Jesús aliviará nuestras preocupaciones y agobios si le acogemos con confianza; si acudimos a él con sencillez. Para ello es preciso alejarse de la soberbia, del orgullo, de la hartura humana y de la necedad; y es preciso vivir en sencillez, en humildad, en pobreza frente a Dios.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

ENCONTRARNOS CON NOSOTROS MISMOS

En el ajetreo de nuestra vida necesitamos, antes que nada, encontrarnos profundamente con nosotros mismos y buscar el silencio, la calma y la serenidad que tantas veces nos faltan durante el año, para escuchar lo mejor que hay dentro de nosotros y a nuestro alrededor.

Necesitamos recordar que una vida intensa no es una vida agitada. Queremos tenerlo todo, acapararlo y disfrutarlo todo. Y nos hacemos rodear de mil cosas superfluas e inútiles que ahogan nuestra libertad y espontaneidad.

Necesitamos redescubrir la naturaleza, contemplar la vida que brota cerca de nosotros, detenernos ante las cosas pequeñas y las gentes sencillas y buenas. Experimentar que la felicidad tiene poco que ver con la riqueza, los éxitos y el placer fácil.

Necesitamos recordad que el sentido último de la vida no se agota en el esfuerzo, el trabajo y la lucha. Por el contrario, se nos revela con más claridad en la fiesta, el gozo compartido, la amistad y la convivencia fraterna.

Necesitamos, además, arraigar nuestra vida en ese Dios “amigo de la vida”, fuente del verdadero y definitivo descanso. ¿Puede de scansar el corazón del ser humano sin encontrarse con Dios? Escuchemos con fe las palabras de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os haré descansar”.


Domingo XIV del Tiempo ordinario

SIN MIEDO A LA NOVEDAD

     El Papa Francisco está llamando a la Iglesia a salir de sí misma olvidando miedos e intereses propios, para ponerse en contacto con la vida real de las gentes y hacer presente el Evangelio allí donde los hombres y mujeres de hoy sufren y gozan, luchan y trabajan.

El Papa nos está abriendo los ojos para advertirnos del riesgo de una Iglesia que se asfixia en una actitud autodefensiva y nos dice: “cuando la Iglesia se encierra, se enferma”; “prefiero mil veces una Iglesia accidentada a una que esté enferma por encerrarse en sí misma”.

“La Iglesia ha de salir de sí misma a la periferia, a dar testimonio del Evangelio y a encontrarse con los demás”.

El Papa quiere arrastrar a la Iglesia actual hacia una renovación evangélica profunda, porque sabe muy bien que la novedad nos da siempre un poco de miedo, nos sentimos inseguros si no tenemos todo bajo control.

    El Papa ha formulado a toda la Iglesia una pregunta decisiva a la que tendremos que ir respondiendo: “¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheraremos en estructuras caducas que han perdido la capacidad de respuesta?

Él quiere reavivar en la Iglesia el aliento evangelizador que Jesús quiso que animara siempre a sus seguidores, quiere que nos pongamos en camino, no hemos de retener a Jesús dentro nuestras parroquias, hay que darlo a conocer en la vida, hay que salir a la vida de manera sencilla y humilde, sin privilegios ni estructuras de poder.

El Evangelio se contagia desde la fe en Jesús y la confianza en nuestro Padre Dios que está cerca de nosotros y nos quiere ver trabajando por una vida más humana. Esta es la gran noticia del reino de Dios.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA  

1ª LECTURA
Lectura del libro de Isaías 66,10-14c 

Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto. 

Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. 

Porque así dice el Señor: 
– Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, 
las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo, 
y en Jerusalén seréis consolados. 

Al verlo, se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se manifestará a sus siervos.

Palabra de Dios.

  COMENTARIO A LA 1ª LECTURA       

El profeta quiere transmitir la bondad y el amor de Dios hacia su pueblo elegido comparándolo con el que tiene una madre a sus hijos. Dios está cerca de su pueblo y lo protege.

Sal 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20 
R. Aclama al Señor, tierra entera.
 

  •  tocad en honor de su nombre, 
    cantad himnos a su gloria; decid a Dios: «Qué temibles son tus obras». R:
  •  
    que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. 
    Venid a ver las obras de Dios, 
    sus temibles proezas en favor de los hombres. R:
  •  a pie atravesaron el río. 
    Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente. R:
  •  
    os contaré lo que ha hecho conmigo. 
    Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, 
    ni me retiró su favor. R:                                                                                  

2ª LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 6,14-18 

Hermanos: 
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. 

Pues lo que cuenta no es circuncisión o incircuncisión, sino una criatura nueva. 
La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios. 

En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.

Palabra de Dios.  

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

    El apóstol Pablo escribe a los gálatas para decirle que de lo único que nos podemos gloriar es de la cruz de Cristo por la que somos criaturas nuevas.

Únicamente la cruz de Cristo es la razón que explica el empeño del apóstol por anunciar el evangelio de la cruz como poder y sabiduría de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-12. 17-20 

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: 
– La mies es abundante y los obreros pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. 

¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. 

Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa», y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. 

Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. 

No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el Reino de Dios». 
Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: «Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el Reino de Dios». 

Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo. 
Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: 
– Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre. 

Él les contestó: 
– Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo.

Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.

Palabra del Señor.  

COMENTARIO AL EVANGELIO

    El Evangelio de hoy nos habla de la misión confiada por el Señor a sus discípulos y que tenía por finalidad preparar a las gentes para la llegada del Señor.

La preparación comenzaría por el anuncio de la paz, y se llevaría a cabo no por imposición ni por fuerza sino por la oferta humilde y sencilla del mensaje de la Buena Nueva.   

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

CONSTRUCTORES DE PAZ

       Jesús envía a sus discípulos a que lleven su mensaje por todos sitios, pero un mensaje que lleva por delante el saludo de la paz, lo primero que deben ofrecer es la paz.

Jesús era consciente de que los enviaba a una misión nada fácil y por eso les advierte que los envía “como corderos en medio de lobos”, sabe que se van a encontrar con múltiples obstáculos y dificultades para ser portadores y constructores de paz, porque se van a encontrar con personas agresivas y violentas que mantienen sentimientos y actitudes  de odio, envidia, rencor,  autosuficiencia, venganza.

      Los seguidores de Jesús tenemos la misión de ser portadores y constructores de paz allí donde nos encontremos, procurando no hablar a gritos y con insultos, no haciendo daño a los demás, no debemos tener comportamientos vengativos, tenemos que frenar cualquier forma de violencia en esos momentos en que parece que queremos desahogar la tensión interior y la propia agresividad interna.

Los seguidores de Jesús tendríamos que devolver bien por mal, mantener la calma y la serenidad ante las provocaciones y los sufrimientos que nos causan los demás.

       Los discípulos de Jesús hemos de tener paciencia, ser sacrificados y humildes, estar dispuestos a perdonar, a dialogar, a ser tolerantes, y comprensivos.

Si respondemos a las provocaciones con la “no violencia” rompemos el círculo agresivo y

Domingo XIV del Tiempo ordinario – Ciclo B

NECESITAMOS CONFIAR MÁS EN EL SEÑOR

Jesús va a su pueblo, donde mejor se debería sentir acogido y comprendido, porque le conocen desde siempre y tiene sus amigos, sin embargo, desconfían de Él, precisamente porque le conocen desde pequeño, conocen a su familia… esta desconfianza que tienen hacia la persona de Jesús les cierra todas las puertas a acoger su palabra y la salvación que les ofrece.

Nosotros decimos que creemos en Jesús, reconocemos la autoridad de sus palabras y la grandeza de sus milagros, sin embargo, muchas veces desconfiamos de Él y de esta manera estamos cerrando nuestro corazón al amor de Dios y a vivir una vida nueva.

La desconfianza no sólo en Dios sino también en los demás no nos deja crecer ni enriquecernos, hace que el Señor no pueda realizar en nosotros el milagro de la salvación, de nuestra renovación espiritual, de nuestro ser personas nuevas.

Para tener confianza en el Señor Jesús necesitamos dejar la autosuficiencia, reconocer que necesitamos de Dios y de los demás, y que sólo así podremos crecer y podremos unir esfuerzos en la construcción de un mundo nuevo

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA
Lectura del libro del profeta Ezequiel 2,2-5

En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie y oí que me decía:
Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí.

Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas: «Esto dice el Señor».

Ellos, te hagan caso o no te hagan caso (pues son un pueblo rebelde), sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.

Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

El pueblo de Israel vive la época más dura y trágica de su historia: el exilio.

El Señor, por medio del profeta Ezequiel, habla a su pueblo para decirles que, aunque se hayan rebelado contra Él y lo hayan ofendido, sin embargo deben saber que Él sigue esperando que se conviertan y vuelvan a Él.

SALMO
Sal 122, 1-2a. 2bcd. 3-4

R. Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.

• A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores. R:
• Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia. R:
• Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos. R:

2ª LECTURA
Lectura de la 2ª carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,7b-10

Hermanos:
Me han metido una espina en la carne: un emisario de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces le he pedido al Señor verme libre de él y me ha respondido: «Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad».

Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.

Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

El apóstol Pablo ruega a Dios que le haga más sensato para que, a través de su propia debilidad y de las dificultades por las que atraviesa se manifieste la gracia y la fuerza de Cristo.

Él está seguro que el Señor actúa a través de su pequeñez y que sólo necesita su gracia.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,1-6

En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
¿De dónde saca todo eso?

¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?

Y esto les resultaba escandaloso.
Jesús les decía:
No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.

No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra de Dios

COMENTARIO AL EVANGELIO

Jesús visita su pueblo, Nazaret, y llena de asombro y de incredulidad a sus conciudadanos con sus enseñanzas en la sinagoga y sus milagros que les resultaban escandalosos.

No tenían fe en Él. ¿Cómo puede hacer el hijo del carpintero todo esto?

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
TENEMOS QUE APRENDER DE JESÚS A VIVIR

La vida de un cristiano comienza a cambiar el día en que descubre que Jesús es Alguien que le puede enseñar a vivir, Alguien con una “sabiduría única”.

Los cristianos de hoy tenemos que preguntarnos si no hemos olvidado que ser cristianos es sencillamente “vivir aprendiendo” de Jesús. Ir descubriendo desde Él, cuál es la manera más humana, más auténtica y más gozosa de enfrentarnos a la vida.

Son muchos los cristianos para quienes Jesús sigue siendo el “gran desconocido”. Un Jesús sin consistencia real, incapaz de animar su existencia diaria.

Y, sin embargo, ese Jesús mejor conocido y más fielmente seguido podría transformar nuestra vida, alguien vivo que, desde el fondo mismo de nuestro ser, nos acompaña con paciencia, comprensión y ternura. Él puede ser nuestro maestro de vida.

Nos puede enseñar a vivir al servicio del necesitado, nos puede descubrir que es mejor vivir dando que acaparando.

Escuchando su mensaje y siguiendo sus pasos podemos aprender a vivir de manera más solidaria y menos egoísta, a arriesgarnos más por todo lo que es bueno y justo, a querer a las personas como las quería Él, a confiar en el Padre como él confiaba.


ORACIÓN A LA VIRGEN del CARMEN


Domingo XIV del Tiempo ordinario – Ciclo C EVANGELIO

    El Evangelio de hoy nos habla de la misión confiada por el Señor a sus discípulos y que tenía por finalidad preparar a las gentes para la llegada del Señor. La preparación comenzaría por el anuncio de la paz, y se llevaría a cabo no por imposición ni por fuerza sino por la oferta humilde y sencilla del mensaje de la Buena Nueva.   

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

CONSTRUCTORES DE PAZ

       Jesús envía a sus discípulos a que lleven su mensaje por todos sitios, pero un mensaje que lleva por delante el saludo de la paz, lo primero que deben ofrecer es la paz. Jesús era consciente de que los enviaba a una misión nada fácil y por eso les advierte que los envía “como corderos en medio de lobos”, sabe que se van a encontrar con múltiples obstáculos y dificultades para ser portadores y constructores de paz, porque se van a encontrar con personas agresivas y violentas que mantienen sentimientos y actitudes  de odio, envidia, rencor,  autosuficiencia, venganza.

      Los seguidores de Jesús tenemos la misión de ser portadores y constructores de paz allí donde nos encontremos, procurando no hablar a gritos y con insultos, no haciendo daño a los demás, no debemos tener comportamientos vengativos, tenemos que frenar cualquier forma de violencia en esos momentos en que parece que queremos desahogar la tensión interior y la propia agresividad interna. Los seguidores de Jesús tendríamos que devolver bien por mal, mantener la calma y la serenidad ante las provocaciones y los sufrimientos que nos causan los demás.

       Los discípulos de Jesús hemos de tener paciencia, ser sacrificados y humildes, estar dispuestos a perdonar, a dialogar, a ser tolerantes, y comprensivos. Si respondemos a las provocaciones con la “no violencia” rompemos el círculo agresivo y seremos constructores de paz.