Hay paz para el recto y el íntegro

Le decía Maquiavelo al príncipe, que para gobernar bien, el fin justifica los medios. Esta frase quedó perpetuada en la conciencia de la humanidad y durante cientos de años justificamos nuestro accionar sobre esta premisa. ¿Cuántas veces dejaste de pagar un impuesto porque “algunos se roban todo el dinero de los impuestos” para sus arcas personales?

Miramos a nuestro alrededor y vemos como generalmente los malos prosperan. Los que mienten y hacen trampa tienen un pasar más relajado y abundante que aquellos que trabajamos responsablemente. Como dijo un famoso abogado argentino “si tenés plata, se puede evitar la cárcel y el papeleo “. En algunos barrios donde hubo usurpación de terrenos, algunas personas construyeron sus casas y se quejan por no tener servicios públicos dignos. Pero no pagaron sus terrenos, ni pagan los servicios, y la gran mayoría tiene DirecTV. Pero un ciudadano de clase media debe alquilar o pagar un crédito hipotecario durante veinte años, pagar los servicios o se los cortan.

Frente a semejante impunidad, a veces somos tentados a resbalar y perder la integridad. Se me cruza por la mente la opción de mirar para otro lado y tomar un atajo, un beneficio económico para aliviar el problema financiero. El salmista tenía el mismo dilema. Miraba a su alrededor y los corruptos prosperaban y él estaba cada vez peor.

Pero en un rapto de lucidez, mira al cielo y vuelve a enfocar su pensamiento. Entonces escribe con seguridad esta máxima divina: hay porvenir en quienes buscan la paz. Tienen porvenir los íntegros y los rectos. Dios no es deudor de nadie. Él sabe lo difícil que es vivir hoy en Argentina, o en otros países del tercer mundo. Él sabe lo complicado que es vivir en tu vecindario. Y sabiendo eso vuelve a pedirte: tu deber es ser íntegro.

Aunque los demás sean corruptos y rompan las leyes de Dios, vos, como un hijo de Dios tienes el privilegio y la responsabilidad de ser fiel, recto y honesto. ¡Aunque nadie más lo haga! Porque Dios es un Dios justo que dará a cada uno según su obra.

No esperes la justicia de Dios dentro del marco de esta sociedad. Tal vez jamás suceda. Tal vez nunca el ladrón vaya a la cárcel, ni se revele el caso de soborno. Acá abajo. Pero Dios es fiel, y es justo. Mirá el final.

“Observa a los que son íntegros y rectos: hay porvenir para quien busca la paz.” Salmo 37:37
Final

REFLEXIÓN – Hay paz para el recto y el íntegro

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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