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9 de Junio – Domingo X° Durante el Año

Domingo, 9 de Junio de 2013
DOMINGO X DURANTE EL AÑO
1 Reyes 17, 17-24 / Gálatas 1, 11-19 / Lucas 7, 1-10
Salmo responsorial Sal 29, 2. 4-6. 11-12a. 13b
R/. “Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste”

Santoral:
San Efrén, San Columba, Beato José de Anchieta
y Beata Diana Dandalo

LECTURAS DEL DOMINGO 9 DE JUNIO DE 2013

DOMINGO Xº DURANTE EL AÑO

Mira, tu hijo vive

Lectura del primer libro de los Reyes
17, 17-24

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la viuda que había socorrido al profeta Elías, y su enfermedad se agravó tanto que no quedó en él aliento de vida. Entonces la mujer dijo a Elías: «¿Qué tengo que ver yo contigo, hombre de Dios? ¡Has venido a mi casa para recordar mi culpa y hacer morir a mi hijo!»
«Dame a tu hijo», respondió Elías.
Luego lo tomó del regazo de su madre, lo subió a la habitación alta donde se alojaba y lo acostó sobre su lecho. E invocó al Señor diciendo: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me ha dado albergue las vas a afligir, haciendo morir a su hijo? »
Después se tendió tres veces sobre el niño, invocó al Señor y dijo: «¡Señor, Dios mío, que vuelva la vida a este niño!» El Señor escuchó el clamor de Elías: el aliento vital volvió al niño, y éste revivió.
Elías tomo al niño, lo bajó de la habitación alta de la casa y se lo entregó a su madre. Luego dijo: «Mira, tu hijo vive». La mujer dijo entonces a Elías: «Ahora sí reconozco que tú eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor está verdaderamente en tu boca».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 29, 2. 4-6. 11-12a. 13b

R. Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste.

Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste
y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí.
Tú, Señor, me levantaste del Abismo
y me hiciste revivir,
cuando estaba entre los que bajan al sepulcro. R.

Canten al Señor, sus fieles;
den gracias a su santo Nombre,
porque su enojo dura un instante,
y su bondad, toda la vida:
si por la noche se derraman lágrimas,
por la mañana renace la alegría. R.

Escucha, Señor, ten piedad de mí;
ven a ayudarme, Señor.
Tú convertiste mi lamento en júbilo.
¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente! R.

Se complació en revelarme a su Hijo,
para que yo lo anunciara entre los paganos

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Galacia
1, 11-19

Quiero que sepan hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué no es cosa de los hombres, porque yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, y cómo aventajaba en el Judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, en mi exceso de celo por las tradiciones paternas. Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, de inmediato, sin consultar a ningún hombre y sin subir a Jerusalén para ver a los que eran Apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y después regresé a Damasco.
Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Joven, yo te lo ordeno, levántate

a Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Lucas

7, 11-17

Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores». Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, Yo te lo ordeno, levántate».
El muerto se incorporó y empezó a hablar. y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo».
El rumor de lo Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

Palabra del Señor.

Reflexión

EN EL ATARDECER DE NAÍN…
1.- Todos nos miramos en un espejo… y la mayoría agradecemos a Dios que esa imagen desaparezca en cuanto nos vamos de delante del espejo. Dios es más presumido, bueno a lo mejor por ser Dios las cosas van de otro modo.
El caso es que también se miró en un espejo y para asombro suyo lo que vio en Él fue la imagen de Jesús, u le pareció buena, muy buena, muy cercana a la realidad de Dios, tan cercana a Dios Padre, que el mismo Jesús nos iba a decir “Felipe, el que me ve a mí, ve al Padre”.
En esto consiste el que Jesús sea Verdad “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, en que lo que vemos en él es verdad en Dios, Jesús, no muestra una cara y Dios es otra, Jesús es el rostro visible del Dios invisible.
2.- Por eso cuando Jesús siente lástima ante la viuda de Naín, Dios siente encogérsele el corazón, se le agolpan las lágrimas a los ojos, por la pena de una pobre mujer del pueblo.
Por eso cuando Jesús llora amargamente por la muerte de su íntimo amigo Lázaro y por la pena de sus hermanas Marta y María, Dios se encuentra con la sorpresa de unas lágrimas cayendo por sus mejillas.
Y cuando Jesús abraza con cariño a los niños, Dios siente en su eterno pecho la confiada caricia de unos niños de aldea.
Y cuando Jesús alaba la Fe del centurión, Dios, siente admiración por ese hombre humilde, íntegro y sincero.
Dios se humaniza en Jesús, o si queréis, Jesús, imagen visible del Dios invisible, nos descubre lo humano que es nuestro Dios
Por eso qué cruel le tiene que resultar a Dios cuando le acusamos de las desgracias que les ocurren a los hombres, como si a él no le afectara. Cuando en realidad si una madre llora, Dios llora, si un niño sufre, Dios sufre, si un hombre se acobarda y tiene miedo, Dios pasa miedo con él.
3.- ¿Imagináis lo que Jesús y Dios su Padre, habrán sentido ante esos miles y miles de muertos de las guerras de Siria, de Iraq o de Afganistán? ¿No habrán pensado en esas madres, en esas viudas, en esos hijos? ¿No habrán deseado que los hombres seamos al menos tan humanos como lo es nuestro Dios?
Y ante esos ancianos y ancianas de nuestra patria confinado en Residencias donde apenas reciben más que una o dos visitas al año de sus familiares,¿ no habrán sentido la soledad de tanto abandono?
4.- Sabéis lo que significan las palabras de Jesús a la viuda de Naín “No llores”, no la prohíbe llorar, no trata de consolarla con razones humanas o divinas, ese “no llores” es un grito del corazón de Dios, no me llores, mujer, que me hacer llorar a Mí”.
Ojala que, como dice San Pablo, sepamos revestirnos de las entrañas de Cristo, de las entrañas de nuestro Dios, y pasemos por este mundo derramando bondad y compasión de forma que el mundo sienta la cercanía de un Dios tan Humano y exclame como aquellos de Naín, “Dios ha visitado a su pueblo”.
En el atardecer de Naín, enmarcados en el portón de la ciudad, quedan las figuras de una madre y un hijo estrechamente abrazados, símbolo del corazón cariñoso y humano de Dios.

José María Maruri, SJ
www.betania.es

A FAVOR DE LA VIDA
1.- Las lecturas de hoy son un canto a la vida. Dios quiere la vida, por eso devuelve la respiración al hijo de la señora que había hospedado en su casa. al profeta Elías. Jesucristo se enfrenta a la muerte y la vence. El hijo de la viuda de Naín vuelve a la vida. Es un reto, el de vencer a la muerte, al que Cristo no se ha resistido nunca. No en vano, Él dijo que había venido para que los hombres tuvieran vida y la tuvieran abundantemente. Esta vida que Cristo traía y quería no es solo una vida del más allá, sino también una vida de acá, una vida en el mundo pensado y creado para todos los hombres y en donde todos los hombres tienen derecho a encontrar su hogar. Trabajar en favor de la vida es un reto de nuestro mundo a todos los hombres de buena voluntad. Es un reto, por eso, para todos los cristianos.
2.- Debemos preguntarnos si estamos comprometidos en la defensa de la vida en la teoría y en la práctica. Quizá pudiéramos responder a ese examen con alguna certeza, viendo con sinceridad cuál es el valor fundamental de nuestra vida. Si este valor es el bienestar, estamos perdidos. No responderemos positivamente al reto; si no lo es, estamos salvados. Si hemos sido capaces de poner el amor al prójimo donde los hombres ponen el bienestar, estamos de enhorabuena, porque seremos capaces de reconocer de hecho y de derecho que el hombre debe vivir, desde que se anuncia en el seno de su madre hasta que ya no es sino un ser indefenso absolutamente necesitado de todo y todos en la vejez. Jesucristo venció a la muerte porque no dudó en morir para que los hombres vivieran, es decir, venció a la muerte porque amó a los hombres por encima de su propio bienestar y de su propio y personal interés. En el evangelio hay dos realidades, las dos grandes realidades del hombre, la muerte y la vida. Hoy a nuestro alrededor están presentes estas dos realidades, y en medio de ellas cada uno de nosotros con dos posibilidades: vencer la muerte o acabar con la vida. Los cristianos sólo podemos estar del lado de la vida
3.- Dios libera y salva, esta es la gran noticia que tenemos que divulgar. Los primeros versículos del evangelio de hoy giran en torno a la madre viuda. La muerte de su hijo es, en realidad, su propia muerte: ella será, a lo sumo, sujeto de compasión y de limosna, pero desde ahora carece de identidad; sin su hijo varón no es nadie. Por eso, la atención del autor no se centra en el milagro físico, sino en la viuda. Cuando recalca al final «y se lo entregó a su madre», Lucas no quiere indicar simplemente un delicado gesto humanitario de Jesús; su intencionalidad es más profunda: Jesús restituye y hace posible la identidad personal que los ordenamientos humanos imposibilitan y a veces niegan. Este es el Reino de Dios, el nuevo ordenamiento humano que Jesús trae de parte de Dios. La parte final del evangelio muestra el modo en que los presentes así lo captan y lo manifiestan. Está teniendo lugar una visita importante: Dios, por medio de su Profeta, que es el Hijo de Dios, «ha venido a liberar a su pueblo». En razón del visitante la visita resulta sobrecogedora. No se trata del miedo psicológico, sino de ese contener sobrecogido la respiración al caer en la cuenta de la categoría del visitante. Es uno de los aspectos característicos de la experiencia religiosa bíblica. Dios libera y salva, esta es la gran noticia que tenemos que experimentar y difundir nosotros por todo el mundo. Por eso cantamos con el Salmo 29: “Te ensalzaré, Señor, porque me has librado”.

José María Martín OSA
www.betania.es

¡NO TODO ESTÁ PERDIDO!
Iniciamos ya el ecuador de este Año de la Fe, de este mes de Junio en el que tenemos un recuerdo especial hacia el Corazón de Jesús. Atrás, pero con gran sabor en la boca e impacto en el corazón, han quedado las solemnidades de la Santísima Trinidad y del Corpus Christi. Ahora, con el verano llamando a nuestras puertas, el Señor, se acerca, nos habla y nos dice: ¡Levántate!
1.- En medio del desencanto general (no hay más que observar el panorama internacional) es agradece una voz, también una mano, que nos invite a seguir hacia adelante. El llanto de la humanidad es una constante y, ante esa realidad, los cristianos, los amigos de Jesús hemos de ser ese pañuelo que enjuga lágrimas y, esa voz, de los que no tienen voz.
No tenemos porqué ser pesimistas pero, tampoco, ilusos optimistas. El Señor, en la época que nos toca padecer (y también sufrir) nos enseña que la fe se hace más consistente en periodo de prueba. Un puente, recién construido, demuestra su fortaleza y su consistencia cuando –como prueba final- aguanta cierto tonelaje sobre sus cimientos.
Al escuchar el evangelio de este día no podemos menos que exclamar a los cuatro vientos: ¡DIOS NOS HA VISITADO! ¡NO TODO ESTÁ PERDIDO!
-Nos visita cuando, en medio de la desesperanza, nos muestra la oración como camino de serenidad
-Nos visita cuando, al participar en la Eucaristía, sentimos que Cristo es el Agua Viva que necesitábamos para ser fuertes en medio del vendaval de la vida
-Nos visita cuando mueren, externamente, personas a los cuales estábamos unidos pero que, por la fe, sabemos que hay una respuesta más allá del fracaso aparente.
2.- Recientemente, el Papa Francisco, nos recordaba que el gran inconveniente para permitir que Jesús nos levante es la “fascinación por lo provisional”. Y, eso, es cierto. Lo provisional, el endiosamiento de todo lo aparente, es un dique sólido que se interpone entre nosotros y Dios. Entre nuestras soledades y orfandades y la mano de un Señor que, siempre, sale a nuestro en nuestras horas más amargas. Las propuestas definitivas que nos hace Jesús chocan de lleno con aquellos otros pasteles de merengue o azúcar que nuestro entorno nos presentan en el escaparate del bienestar personal, familiar, político, económico o social.
Hoy, como ayer, Dios sigue actuando en persona. En millones de personas que, postradas en el suelo, sienten que la fe les levanta y les redime. ¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué no se divulga con tanta fuerza el bien como el mal? ¿Por qué la sordina se impone siempre a lo divino y eterno y, en cambio, se coloca amplificador a lo humano y caduco?
Hoy, con el evangelio en la mano, nos acordamos de tantas familias que ven a sus hijos muertos en vida (droga, alcohol, vida fácil, sensualismo, falta de horizontes, alejados de la práctica religiosa, sin fuerza vital porque, el futuro, no tiene nada que ofrecer…..). A pesar de todo, los sacerdotes, los cristianos y la misma Iglesia siempre tendrá que repetir una y otra vez: ¡NO TODO ESTÁ PERDIDO! Dios está aquí.

Javier Leoz
www.betania.es

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