Las congregaciones generales comenzaron con normalidad. La primera sesión sirvió para que los cardenales conozcan su lugar en el Aula Nueva del Sínodo y recibieran la primera información útil para el desarrollo de los debates previos al cónclave y también para el mismo cónclave. Además realizaron el juramento que les obliga a guardar silencio sobre todo lo que hace referencia a la elección del nuevo Papa.