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El matador de toros Vicente Barrera y el Cañamelar unidos a través de un pasodoble

El matador de toros Vicente Barrera y el Cañamelar unidos a través de un pasodoble

(Desde El Cañamelar, Valencia, José Angel Crespo Flor).

El 25 de julio, fiesta de Santiago Apóstol y Día Grande en España, hará 17 años años que Vicente Barrera tomó la alternativa. Era 1994. De padrino, todo un maestro en el arte del toreo, Curro Romero y de testigo, Miguel Baez Litri. «Rinconcito» fue el toro de su alternativa.

Si sacamos esto ahora a colación es porque Vicente Barrera es historia ya en Valencia. Historia viva pero historia al fin y a la postre. Pero no voy a centrarme en el Vicente Barrera torero sino que, quiero hablar del Vicente Barrera persona.

Y lo quiero hacer para refrescar la memoria de los que estuvimos en el estreno de su pasodoble y los que tuvimos algo que ver en la obra que, con la firma de Vicente R. Andreu, organista de la parroquia Nuestra Señora del Rosario del Cañamelar, fue interpretada en el Ateneo Marítimo presidido, por aquel entonces, por José Fabregat, por la Sociedad Ateneo Musical del Puerto dirigida por Isidro Coll Ballesteros el 24 de julio de 1994, un día antes de su alternativa con todo lo que ello conlleva para un torero en el que se habían puesto muchas expectativas. Expectativas que luego él ha ido confirmando con su buen hacer delante de los toros.

Jose Aledón recuerda cómo se gestó este pasodoble «Vicente había salido por la Puerta del Príncipe de la Maestranza. Si mal no recuerdo era el primer torero y novillero valenciano que lo había hecho y eso me llamó la atención porque próxima a su alternativa me reuní con Vicente R. Andreu y hablamos de hacer al ‘maestro’ un posible pasodoble.

Dicho y hecho. Tras esta primera toma de contacto hablé con dos buenos amigos Vicente Sobrino, crítico taurino y José Ángel Crespo, los dos cofrades de la Hermandad del Cristo de los Afligidos que, de alguna manera, apadrinó el citado Pasodoble. Para entonces el maestro ya había dado su total consentimiento».

Aledón recuerda perfectamente la fecha: » ¡Claro que sí!. Fue el 24 de julio de 1994, la víspera de su alternativa. El Ateneo se engalanó para la ocasión. El Ateneo Musical del Puerto bajo la batuta de su titular Isidro Coll Ballesteros arrancó, con las primeras notas, los aplausos de un publico que llenó el Salón Noble de esta Entidad del Cañamelar comocedor de que estaba viviendo un momento histórico. Aplausos que luego se convirtieron en una atronadora ovación con el publico puesto en pie lo que sirvió para que el director felicitase al propio Maestro conocedor de que se había gestado algo importante para él como músico y para el barrio al que muy bien representa, por cierto, la centenaria Banda de la Sociedad Musical Ateneo Musical del Puerto.

TERESA DE CALCUTA Y JUAN PABLO II

Una comida familiar en La Pepica, escenario, por cierto, de muchas tertulias de toreros y lugar donde comió el gran Ernest Miller Hemingway (Oak Park, 21 de julio de 1899 – Ketchum, 2 de julio de 1961, del que ahora se celebra el 50 aniversario de su fallecimiento) sirvió para preparar el gran día de Vicente Barrera, el día de su alternativa como matador , el día en que se iba a consagrar como torero y lo iba a hacer en su tierra, ante su gente y en su plaza.

Todo pues fue color de rosa para un Vicente Barrera que se mostró satisfecho y emocionado al escuchar en el Ateneo Marítimo y por primera vez el Pasodoble que un grupo de amigos, encabezados por Vicente R. Andreu Sanjuán, organista del Rosario e hijo del Cañamelar, le brindaron.

Dos detalles para conocer un poco más a Barrera como persona. El ha declarado que siente predilección por gente como Teresa de Calcuta , o Juan Pablo II, «gente que ha hecho tanto por la Humanidad sin pedir nada a cambio».

El torero manifiesta que es religioso y siente devoción además de por su familia por San Antonio de Padua y San Judas Tadeo.

LA COMIDA DE HEMINGWAY EN LA PEPICA (CAÑAMELAR)

Por cierto ahora que hemos mencionado a Ernest M. Hemingway y comoquiera que se está celebrando el 50 aniversario de su fallecimiento vamos a transcribir aquí y ahora esa comida celebrada en La Pepica y que el escritor quiso inmortalizar con estas palabras que están recogidas en “El verano sangriento”(serie de artículos escritos en España sobre la temporada taurina 1959-60 para la revista norteamericana LIFE.

Publicado como libro en inglés en 1985) : “La cena en casa de Pepica – escribió Hemingway – fue excelente. El restaurante era grande, limpio y al aire libre, y todo lo cocinaban a la vista del cliente. Se podía elegir lo que desearas, asado o a la plancha, y el mejor pescado, y los arroces eran los mejores de la playa.

Estábamos de buen humor y hambrientos, y comimos bien. Pepica es un negocio familiar y todo el mundo se conocía. Se oía romper las olas y las luces relucían en la arena húmeda. Bebimos sangría servida en jarras grandes y, como aperitivo salchichas, atún fresco, langostinos, y tentáculos de pulpo fritos que sabían a langosta.

Luego unos pidieron filetes y otros pollo asado con paella. A juicio de los valencianos, fue una comida muy moderada y la propietaria del local temía que nos hubiéramos quedado con hambre.
¡Qué bien lo pasamos y qué bien comimos en casa Pepica! –exclamó-. ¿Verdad, Hill?.

Verdad –respondió éste.

Fue una gran noche en casa Pepica junto a la playa”

EL PADRENUESTRO Y EL AVEMARIA DEL TORERO

Y como la cosa va de toros no queremos finalizar sin transcribir el Padrenuestro y el Avemaría toreros, que se encuentran en la capilla – oratorio de Las Ventas y que fueron escritas por el critico taurino Herrero Mingorance en 1982.

Estas oraciones, si conocemos su existencia, se debe a que en su día fueron publicadas y publicitadas por el semanario católico ALBA. Las citadas oraciones son estas:

«Padre nuestro que estás en los ruedos, bien rezado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu quite … Hágase mi voluntad, no la del toro, así en el triunfo como en el miedo. La suerte nuestra de cada día, dánosla hoy. No nos dejes caer en las malas tardes y líbranos de daño. Amén.»

«Dios te salve, María, llena eres de consuelo; mi miedo es contigo, bendita Tú eres entre la gente del toro y bendita es la casta de quien también estuvo solo, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los toreros ahora y en la hora de nuestra suerte. Amén.»

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