XXVI Domingo del Tiempo ordinario – Ciclo A
NUESTRA IMAGEN DE DIOS
El enfrentamiento de Jesús con los responsables religiosos de su tiempo se debe a la imagen de Dios que presenta: un Dios Padre bueno y misericordioso, que muestra su cuidado por los “enfermos”, los pobres, los pecadores y los marginados, un Dios de vida y amor.
Los sacerdotes y dirigentes judíos presentan a un Dios del Templo y de los sacrificios, que oprime con cargas insoportables y que castiga a los pecadores, leprosos y apestados con la marginación social y religiosa. Son pobres y están enfermos porque Dios les ha castigado por sus pecados.
Y nosotros, ¿en qué Dios creemos?, ¿es el mismo Dios que el de Jesús? Porque si no es así, decir con nuestra boca que creemos en Dios tiene muy poco valor, vale de muy poco. La fe se muestra auténtica en el seguimiento de Jesús.
Afirmar sólo que creemos en Dios no asegura que se esté trabajando por la construcción del Reino, como hizo Jesús.
Lo central en la vida de Jesús fue cumplir la voluntad del Padre y llevar a cabo su obra. Y eso es también lo central en la vida de un creyente: cumplir lo que Dios quiere.
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
1ª LECTURA
Lectura del libro del profeta Ezequiel 18,25-28
Esto dice el Señor:
– Comentáis: no es justo el proceder del Señor.
Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?; ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.
Palabra de Dios.
Sal 24, 4bc-5. 6-7. 8-9
R. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
- instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R: -
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R: -
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R:
2ª LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2,1-11
Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por envidia ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás.
No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.
[Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre», de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble -en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo- y toda lengua proclame: «¡Jesucristo es Señor!», para gloria de Dios Padre.]
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Pablo, desde la cárcel en la que se encuentra, escribe a los cristianos de Filipo para pedirles que se comporten de modo humilde y servicial como Jesús lo hizo y los invita firmemente a la práctica de la caridad, a la convivencia pacífica, a la concordia entre todos, a la humildad y al servicio comunitario y todo ello por la simple y profunda razón del ejemplo que Cristo nos ha dado: siendo Dios se ha hecho hombre para que podamos seguir su camino.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 21,28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
– ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña».
Él le contestó: «No quiero». Pero después recapacitó y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: «Voy, señor». Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?
Contestaron:
– El primero.
Jesús les dijo:
– Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron.
Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.
Palabra de Dios
COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO
Jesús señala que hay dos grupos en el pueblo de Israel: el de los dirigentes religiosos que dicen sí a Dios, pero no a Jesús, el Hijo de Dios; y el de los pecadores que parece que dicen no a Dios y, sin embargo, acogen a Jesús como Salvador, por eso, los primeros son rechazados y los segundos son admitidos al Reino.
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
LAS COSAS NO SON SIEMPRE LO QUE PARECEN
El mensaje de la parábola del padre que le pide a sus dos hijos que vayan a trabajar a su viña, la respuesta que cada uno le da y al final cómo actúa cada uno es claro y fuera de toda discusión. Ante Dios, lo importante no es “hablar” sino hacer; lo decisivo no es prometer o confesar, sino cumplir su voluntad.
Las palabras de Jesús no tienen nada de original. Lo original de Jesús es lo que les dice a los dirigentes religiosos de aquella sociedad: “Os aseguro: los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios”.
Los escribas hablan constantemente de la ley, el nombre de Dios está siempre en sus labios, los sacerdotes del templo alaban a Dios sin descanso, sin embargo, están aferrados al cumplimiento de la ley y no conocen lo que es la misericordia.
Para Jesús, los despreciados por todos están más cerca de Dios por tener un corazón más abierto a Dios y más necesitado de su perdón, son menos orgullosos y prepotentes que los escribas y los sumos sacerdotes.
Los cristianos quizás hemos llenado de palabras muy hermosas nuestra historia de veinte siglos, hemos construido sistemas impresionantes que recogen la doctrina cristiana con profundos conceptos, sin embargo, hoy y siempre, la verdadera voluntad del Padre la hacen aquellos que traducen en hechos el evangelio de Jesús y aquellos que se abren con sencillez y confianza a su perdón.
XXVI Domingo del Tiempo ordinario – Ciclo B
EL ESPÍRITU NO ESTÁ ENJAULADO
Frente a la actitud de las sectas, que se arrogan el monopolio del bien y creen tener a Dios en exclusiva, la Iglesia de todos los tiempos, pero especialmente la del Concilio Vaticano II, resalta que el Espíritu sopla donde quiere y actúa en la sociedad; por eso, -afirma el Concilio– la Iglesia también tiene que aprender del mundo, de los avances humanitarios de la sociedad; ha de escudriñar los signos de los tiempos, verdadera voz del Señor.
El Espíritu actúa en toda persona de buena voluntad. Dios no tiene santuarios especiales en los que únicamente realiza los milagros y atiende a los que le visitan. El mundo es el gran templo en el que Dios habita y actúa y también habita y actúa en el corazón de cada persona. Dios está en el centro de los hombres que se asocian para luchar por una sociedad mejor.
No hay una actitud que predisponga más en contra de la fe, de la Iglesia y de cualquier institución o persona, que la altanería sectaria. Por eso el Papa Juan Pablo II pidió públicamente perdón a la humanidad por todos los errores y pecados de la Iglesia. Es de justicia reconocer el bien de los demás, sus aciertos, sus éxitos, su generosidad, el bien que pueden hacer las instituciones culturales o humanitarias.
El reconocimiento sincero del bien del otro es condición imprescindible para el diálogo evangelizador, condición para que “los otros” presten oídos a nuestra propuesta evangélica.
Los cristianos deberíamos valorar con gozo todos los logros humanos grandes o pequeños y todos los triunfos de la justicia que se alcanzan en el campo político, económico o social. Los políticos que luchan por una sociedad más justa, los periodistas que se arriesgan por defender la verdad y la libertad, los obreros que logran una mayor solidaridad, “están a favor de las propuestas de Jesús” si se esfuerzan por hacer este mundo más humano.
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
1ª LECTURA
Lectura del libro de los Números 11, 25-29
En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar enseguida. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: —«Eldad y Medad están profetizando en el campamento». Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: —«Señor mío, Moisés, prohíbeselo». Moisés le respondió: —«¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!». Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 1ª LECTURA
En el libro de los Números se nos cuenta el episodio de dos ancianos del pueblo de Israel que profetizan sin haber recibido oficialmente encargo para ello. Le comunican a Moisés este hecho con la intención de que les prohíba profetizar, sin embargo Moisés es capaz de reconocer que la acción del Espíritu Santo puede actuar en cualquier persona del pueblo de Dios
SALMO
Salmo responsorial: Salmo 18, 8. 10.12-13. 14 (R.: 9a)
- Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R.
Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine:
así quedaré libre e inocente del gran pecado. R.
2ª LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6
Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final!
El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Santiago se dirige a los ricos con unas palabras muy duras por acumular riquezas muchas veces como fruto de ser injustos con los más débiles no pagando con justicia a sus obreros.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: —«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros».
Jesús respondió:
—«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa.
El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno.
Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos la infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Palabra de Dios
COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO
Jesús se dirige a sus discípulos para decirles que deben ser tolerantes con quien sin ser de los suyos hacen el bien. Para Jesús lo importante es vivir abiertos a la acción de Dios que actúa en todos los hombres. También les habla de las condiciones que han de cumplir quienes pretendan entrar en el Reino de Dios que son mantener una actitud vigilante para evitar aquello que nos impida la fidelidad al Señor. |
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
Jesús nos dice: “El que no está contra nosotros, está a nuestro favor”
El Evangelio de este domingo nos enseña:
Que el Señor reparte su Espíritu cuando quiere y a quien quiere. Nadie,–ni siquiera la Iglesia–, posee la verdad y el Espíritu en exclusiva. Todo lo bueno es obra de Dios y proviene de Él. Buscar lo bueno y apoyar el bien, venga de donde venga, es unir fuerzas en la construcción del Reino y descubrir la presencia del Espíritu en todas partes y la acción salvadora de Dios en todos los hombres.
Que escandalizar es hacer caer al otro. Que nosotros podemos ser ocasión de escándalo por lo que el Señor nos pedirá que asumamos la parte de responsabilidad que nos toca.
No podemos juzgar ni criticar a los demás sin preguntarnos qué parte de culpa tenemos nosotros en el desánimo o en el retroceso de la fe de los niños, que son los más débiles y que necesitan más nuestro ejemplo y apoyo; del desencanto y la desilusión de los jóvenes que pueden abandonar su fe al ver nuestra falta de coherencia entre lo que decimos creer y nuestros actos concretos.
A veces damos más importancia a las apariencias y a las costumbres que a la verdad y a lo fundamental del mensaje de Jesús.
Que tenemos que tomarnos en serio la salvación. Esforzarnos en apartarnos con diligencia y firmeza de todo lo que nos separa de Dios y nos aleja de la salvación y poner empeño en ser fieles al mensaje de Jesús, viviendo de modo más auténtico.