LA VERDADERA REVOLUCIÓN DEL EVANGELIO: VIVIR EN IGUALDAD

LA VERDADERA REVOLUCIÓN DEL EVANGELIO: VIVIR EN IGUALDAD

MAMEN HERNÁNDEZ COBOS, currocorre@yahoo.es
MADRID.

ECLESALIA, – «El amor de mi hombre no querrá rotularme y etiquetarme, me dará aire, espacio, alimento para crecer y ser mejor, como una revolución que hace de cada día el comienzo de una nueva victoria.

El amor de mi hombre será como un viento fresco llevándose entre nubes de sueño y de pasado, las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados como seres de distinta estatura».

Hoy 25 de noviembre, día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, grito como Gioconda Belli «Revolución», una revolución que se traduce en cambio y conquista. Hoy me sublevo, conspiro, provoco un motín, construyo mi historia, olvido arcaicas herencias, me pronuncio, me levanto. Nunca más seré dominada, ni controlada, ni nadie sobre mi ejercerá relaciones de poder y desigualdad; huiré de engañosos argumentos, desoiré las excusas, silenciaré las falsas promesas.

Exigiré responsabilidades de forma individual y colectiva, al agresor, a quienes rechazan educar en igualdad, a las instituciones que no dotan de los recursos necesarios, a todas las personas que con sus palabras perpetúan comportamientos machistas, a la gente que no incluye sino excluye, a quienes restan y no suman, a las políticas miopes, a esa parte de la iglesia que aún no denuncia con suficiente firmeza y rotundidad todas y cada una de las agresiones que sufren las mujeres.

Desde aquí pido a la iglesia que se convierta en la voz de las maltratadas, de las víctimas, que tome las riendas de este fenómeno que atenta contra los más básicos derechos humanos, que incorpore un registro en sus web institucionales, que desde los púlpitos condene con energía cada caso de violencia, que establezca líneas de apoyo, que dote de ayudas específicas, que visibilice todas las prácticas y situaciones que trasgredan su dignidad.

Hoy me pongo en pie, y vean, no soy de distinta estatura, no me voy a reinventar, seré lo que soy, una mujer. Seamos capaces de vivir relaciones horizontales, de equidad.

25 de noviembre, hay que prevenir y proteger, la sociedad ha contraído una deuda con nosotras. Y este es el mensaje revolucionario del evangelio, la piedra angular, iguales: «Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús » Gálatas 3:28.

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