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LOS OBISPOS ACONSEJAN REZAR EL ROSARIO TODOS LOS DÍAS DEL AÑO … O AL MENOS EN EL MES DE OCTUBRE

Santo Rosario

(Desde El Cañamelar y El Rosario José Ángel Crespo Flor).- Desde luego no será por información el que no se rece en las casas o en las parroquias el Rosario de la Virgen María. Hoy vamos a dar cuenta de dos cartas pastorales de sendos obispos españoles que aconsejan esta Plegaria. Y lo hacemos satisfecho porque vemos, notamos y sentimos que lo que tantas veces hemos pregonado aun a costa de no ser entendidos va saliendo y son muchas las voces, por supuesto más autorizadas que la mía, que hablan y aconsejan este rezo siempre pero si ello no fuera posible sí al menos en octubre, mes que la Iglesia ha declarado como el Mes del Rosario.

Dos prelados, Vicente Jiménez Zamora (Obispo de Santander) y Demetrio Fernández (obispo de Córdoba), en dos acertados artículos, cada uno en su estilo habitual, han abordado la necesidad, hoy más que nunca, de hacer del rezo y contemplación del Santo Rosario algo a tener muy en cuenta.

No contento con ello, que dicho sea de paso, estaría muy bien, es aconsejable también leer la última carta encíclica que, sobre el Santo Rosario, publicó el recordado Juan Pablo II. Pronto va a hacer 8 años de aquel innovador documento pontificio pero así y todo es tan actual que se hace necesaria su lectura para ahondar más uy mejor en esta Plegaría tan querida por la Iglesia de Roma. Y digo Iglesia de Roma porque es la Iglesia de Roma la que no se cansa en repetir que se rece y que se rece el Santo Rosario en Familia.

La realidad sin embargo es otra, las Iglesias particulares, de barrio, de capital o de provincia se contentan muchas en poner un ‘cd’ para así demostrar que se reza el Rosario pero son muchas las parroquias que tan siquiera hacen esto. ¿Qué ocurre?. La verdad es que lo ignoro aunque me huelo algo y es que son los propios curas los que piensas y creen que rezar el Santo Rosario está anticuado, no es actual y está pasado de moda. Y que conste que no me invento nada. En mi mente tengo ahora mismo varios sacerdotes que así obran. Ignoro si en sus casas lo rezarán pero lo que es en la parroquia en la que están destinados, nada de nada. Si no existe un laico que lo rece, ponen el ‘cd’ y asunto resuelto.

A pesar de todo esto seguimos pensando que esta Plegaria tiene futuro. Es cierto que puede parecer a simple vista muy repetitiva y, por lo tanto, cansada pero qué chico o chica no repite hasta la saciedad a su chico o chica que la quiere y la ama y no por ello se cansa o se aburre sino, todo lo contrario, lo pasa bien y está esperando que llegue la hora para estar con su amado o con su amada.

Bueno, no les canso más. Les dejo con estas dos cartas, a cual de ellas más hermosa. Son cartas nacidas desde el corazón y son cartas para hacer pensar. ¡Ojalá a partir de estas dos cartas sean muchos los que se sumen a la gran familia que reza el Santo Rosario porque eso sí, existen muchos laicos comprometidos que lo rezan todos los días … a pesar de sus curas.

OCTUBRE, MES DEL ROSARIO
+ Vicente Jiménez Zamora (Obispo de Santander)

El mes de octubre está consagrado, desde el tiempo de León XIII, gran devoto de la Virgen María, al santo Rosario. El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu Santo, es una oración apreciada por numerosos santos y fomentada por el magisterio de la Iglesia. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en el tercer Milenio una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad.

El Rosario es “compendio de todo el Evangelio”; “oración bíblica”, con orientación profundamente cristológica; vástago germinado sobre le tronco secular de la Liturgia cristiana”, “salterio de la Virgen, mediante el cual los humildes quedan asociados al cántico de la alabanza y a la intercesión universal de la Iglesia”. Estas son algunas de las expresiones usadas por el Papa Pablo VI, en la exhortación apostólica Marialis Cultus ( 2 de febrero de 1974), que denotan las riquezas y posibilidades inagotables del Rosario.

El Papa Juan Pablo II nos dejó al final de su pontificado una preciosa carta apostólica titulada El Rosario de la Virgen María (16 de octubre de 2002). “Recitar el Rosario – nos dice el Papa Juan Pablo II- es contemplar con María el rostro de Cristo” (RVM 3). “Nos pone en comunión vital con Jesús a través […] del Corazón de María. Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón” (RVM 2). “Conduce al corazón mismo de la vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda, espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva Evangelización” (RVM 3).

Tradicionalmente el Rosario ha sido una oración muy apropiada y utilizada para pedir por la paz y la familia. A estas dos intenciones podemos añadir una nueva muy necesaria hoy: por las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada.

Que la práctica diaria del rezo del Rosario, especialmente en este mes de octubre, nos sirva de estímulo para recuperar esta buena costumbre, si la hubiéramos perdido, y de entrenamiento para mantenerla en nuestro plan de vida cristiana, en nuestros hogares y en nuestras parroquias y comunidades.

REZAMOS EL ROSARIO
Carta del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

El mes de octubre es el mes del rosario. El rosario es una oración muy sencilla y al mismo tiempo muy rica de contenido. Está al alcance de todos, incluso de los niños y de los que no saben rezar. El rosario es una síntesis del Evangelio en clave oracional, con un asombroso valor catequético y de iniciación cristiana. Es la oración de los pobres y los humildes, pues no necesita de medios especiales para realizarla. Se puede rezar en cualquier lugar, en cualquier momento, con un pequeño instrumento en las manos, o simplemente de memoria. En las últimas apariciones de la Virgen, ella invita siempre al rezo del rosario (Lourdes, Fátima, etc.). El rosario se ha convertido en una fuerte palanca de oración universal al alcance de todos.

Es una oración que tiene a Jesucristo como centro. Jesús y María van siempre juntos, también en el rosario. “Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús…”, repetimos muchas veces al rezar el avemaría. Y es una oración trinitaria, pues cada misterio comienza con el Padrenuestro y culmina con el “Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo”. Los misterios que contemplamos son misterios de la vida de Jesús, contemplados desde el corazón inmaculado de María, la madre de Dios y nuestra madre. Ella se convierte como en un mirador privilegiado desde el que “miramos” a Cristo en las distintas escenas de su vida humana, terrena y celeste. Ella nos va enseñando a su hijo Jesús por dentro, dándonos a participar de los sentimientos de cada escena evangélica. El rosario se convierte así en un evangelio viviente y vivido, rumiado en el corazón y capaz de inspirar las mejores acciones de nuestra vida. Y en todo este proceso oracional, María es la pedagoga, la catequista, la madre.

El rosario es una oración contemplativa. La repetición una y otra vez del avemaría hace que el rosario sea como la “oración del corazón”, que entre los orientales constituye el alimento de toda oración contemplativa. Las palabras sirven de soporte, pero pasan a segundo término y se establece una corriente de amor a Jesús y a María, que va llenando el corazón del orante, al sentirse amado en cada uno de los misterios que contempla. La contemplación fija los ojos del alma en el misterio correspondiente y estaría recitando interminablemente las palabras del ángel, prendido en algún aspecto de ese misterio contemplado.

En mi ya largo ministerio sacerdotal me he encontrado con jóvenes y adultos que quieren rezar y no saben cómo hacerlo. He puesto un rosario en sus manos, les he invitado a que recen un misterio (10 avemarías) en distintos momentos del día, y, cuando ya van aprendiendo, a que recen el rosario completo (las 50 avemarías). Los resultados han sido sorprendentes en muchos casos. En un mundo en el que Dios está tan ausente y en el que se elimina toda huella de Dios, podemos iniciar en la oración a través del rezo del rosario individual o comunitariamente. En la biografía de Juan Pablo II, los grupos del rosario fueron el soporte de toda una pastoral juvenil que sostuvo su fe y la de sus contemporáneos en situaciones de verdadera persecución.

Cuántas familias han rezado el rosario en familia, y han experimentado en sus hogares que la familia que reza unida permanece unida. Hoy es todo más difícil, sobre todo si ha sido entronizada la TV en el centro de la familia, convirtiéndose en un elemento que aísla y en una fuerza centrífuga que disgrega. Y cómo a lo largo del siglo XX la oración del rosario ha sostenido la fe de pueblos y naciones sometidos al yugo del ateísmo soviético. Con razón la Virgen en Fátima pidió a los pastorcitos que rezaran el rosario e hicieran penitencia. Un mensaje que “derrumbó” el muro de Berlín y que es capaz también hoy de derrumbar tantos muros que nos apartan de Dios y de los hombres.

Mes de octubre, mes del rosario. Una oración que no ha pasado de moda, sino que está al alcance de todos para traer al corazón (recordar) las palabras y la vida de Jesús, como María, que “guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón” (Lc 2,19).

Con mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

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