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Mi Angel De La Guarda Seguia “Ordenes Superiores”

Mi Angel De La Guarda Seguia “Ordenes Superiores”
LA VOZ DEL PAPA – 2009

EMILIO PALAFOX MARQUÉS

Periódico AM Querétaro

Al despedirse el 29 de julio del personal que lo acompañó durante su descanso en Les Combes d’Introd, en el Valle d’Aosta, el Papa Benedicto XVI bromeó sobre su leve fractura en la mano derecha. Tal vez su Ángel de la Guarda estaba siguiendo «órdenes superiores», comentó, al permitir que le ocurriera ese pequeño infortunio, para enseñarle a tener, según él, «más paciencia y humildad, y darme más tiempo para la oración y la meditación».

La Sala de Prensa había señalado que el Papa sufrió la leve fractura en su mano derecha tras caerse al buscar el interruptor de la luz en su habitación, que no le era familiar todavía, de la residencia de Les Combes. El Papa no pidió ayuda en ese momento, pero a la mañana siguiente cuando quiso celebrar la Sagrada Eucaristía como de costumbre, se le podía ver la muñeca derecha hinchada.

Es un dato anecdótico, ciertamente, pero valioso porque nos hace más cercano aún a este gran pontífice Benedicto XVI, a su buen humor y a su recia espiritualidad. Habrá que seguir rezando mucho por él y acogerlo cada vez más. En la última revisión en la que se le colocó un nuevo yeso, los médicos indicaron que el Papa está evolucionando bien, como muestran las fotografías actuales de Benedicto XVI.

En el último número de revista Humánitas (www.humanitas. el), de la Pontificia Universidad Católica de Chile, puede leerse un ensayo del filósofo francés Henri Hude, en el cual analiza, desde la perspectiva de la filosofía moral política, los discursos del Papa Benedicto XVI y del presidente Barack Obama en Oriente Medio.

Antiguo profesor del Instituto Juan Pablo II para la Familia, en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma y actual director del Centro de Investigaciones Éticas en la Escuela Saint-Cyr en Francia, Hude ha sido entrevistado por la agencia ZENIT.

La humanidad, afirma Henri Hude, necesita emprender «un nuevo inicio». Benedicto XVI y Barack Obama lo afirman y emplean la misma expresión. Es la primera y la última palabra de ellos. La meta hacia la cual apunta este nuevo inicio es la paz universal. Los dos desean apuntar sin utopías hacia esa dirección. Este nuevo inicio sólo es posible, según ambos, si se toma seriamente en cuenta la religión. Los dos prestan, por consiguiente, especial atención a las condiciones culturales y espirituales de la paz universal. Sus perspectivas sobre el porvenir -distintas, pero entrecruzadas-sugieren una posible reconstrucción del panorama global, espiritual y temporal. Ambos sostienen que la religión puede ser un factor de paz. Barack Obama piensa que las religiones pueden convivir armoniosamente sometiéndose a la norma de una filosofía que asegure la igualdad y la libertad de las opiniones y las tradiciones en el seno de una constitución política dirigida a agrupar toda la pluralidad en la unidad, sin anularla. Es muy positivo su aporte a la sociedad.

En mi opinión, añade Hude, Benedicto XVI expresa de mejor manera cómo puede operar este modelo teórico sin degradarse en la utopía o la manipulación. Benedicto XVI habla menos de la religión en general, abordando en cambio metódicamente, con realismo y respeto, las diversas relaciones particulares entre el Cristianismo y la Ilustración, el Islam, el Judaismo.

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