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Monseñor Peña, obispo emérito de Holguín (Cuba), invitado por la Hermandad de Los Afligidos del Cañamelar, estuvo presente en la clausura del novenario del santísimo Cristo del Salvador de Valencia

Oraciones

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(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor).-

El obispo emérito de Holguín (Cuba) Monseñor Héctor Luis Peña estuvo presente en la clausura del novenario del Santísimo Cristo del Salvador de Valencia.

El prelado cubano pidió asistir a la clausura al conocer la historia de este crucificado y el acendrado amor y devoción que los valencianos sienten por tan piadosa y venerada imagen. Finalizados los actos monseñor Peña, como es preceptivo, subió hasta el camarín para besar los pies al Santísimo Cristo del Salvador quedando impresionado por su tamaño y belleza «subir hasta aquí y verlo tan de cerca te produce unos sentimientos contradictorios y difíciles de explicar.


Por una parte, te sientes afortunado por estar tan cerca y poderlo tocar y por otra, al verlo tan de cerca, te das cuenta de la pequeñez del ser humano que, en modo alguno, puede compararse a la grandeza de Jesús.

Tengo de dar gracias a Dios por haberme permitido estar en este templo, uno de los principales de Valencia y por haberme permitido subir hasta este Santo lugar y besar los pies a la Imagen que es Custodio y Patrono de Valencia. Para mí es un orgullo y una satisfacción que lo tendré presente siempre».

Monseñor Peña se mostró satisfecho del hermanamiento que existe entre la hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos del Cañamelar y la Antigua, Ilustre, Pontificia y Real Archicofradia y Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador «todo lo que sea reunirse para dar gracias a Dios, para homenajear a Jesucristo y honrar a Jesucristo que, en El Sagrario, nos espera a todos, a vosotros y a mi, es primero para dar gracias a Dios y después, para estar satisfechos y contentos al ver y comprobar como la cruz sirve para unir y no para dividir «.

El prelado cubano señaló a la Directiva su satisfacción por el momento vivido al tiempo que les hizo una advertencia «os llevo en mi corazón. Pronto estaré de regreso en Cuba y sabed que allí os tendré en mis oraciones.

Pensaré en el Cristo del Salvador pero también en vosotros, en los que hacéis posible esta fiesta, como también en el Sr. Rector D. José Máximo, en la parroquia de San Salvador y como estamos en el año sacerdotal en los seminaristas del Seminario de Santo Tomás de Villanueva para que siga dando seminaristas y sacerdotes a esta Iglesia valenciana que tanto ha trabajado y trabaja para que la Palabra de Dios llegue a todos los confines de Cuba»

Monseñor Peña pudo compartir después la cena con la que se ponía colofón a este novenario. En ella pudo constatar el acendrado amor y devoción que se profesa a este crucificado que ha cumplido ya el 759 aniversario de la llegada por el río Turia de su venerada Imagen.

El prelado se llevó como recuerdo de su estancia en Valencia, una medalla con la efigie del Cristo del Salvador y un librito lujosamente encuardenado conteniendo las primeras Siete Palabras que se imprimieron en honor este Crucificado por el que los valencianos tienen mucha devoción.

«Me voy muy satisfecho. Tened en cuenta que en mis oraciones tendré un recuerdo especial para esta Archicofradia y para que el amor a la cruz por el se consigue la Vida Eterna, siga acrecentándose en todos los lugares en especial, en esta Real Iglesia del Salvador. Sabed que desde Cuba tenéis a un fiel devoto y sabed que intentaré publicitar la historia de esta antiquísima Imagen para lo que me llevo varias estampas».

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