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¿Qué significa tomar tu cruz?

Cruz JMJ Diócesis de Guadix
¿Qué significa tomar tu cruz? ¿Acaso sabes cuál es tu cruz para tomarla?
Lucas 9,23 “Tome su cruz todos los días y sígame.”

Es imprescindible que lleves contigo un papel y un bolígrafo por lo menos durante una semana y hagas una lista para apuntar todo aquello que te cuesta sacrificio hacer, todo lo que te molesta, todo lo que te enoja, en fin todo lo que te mueva un poco de la paz interior a la inestabilidad. Tómatelo muy en serio porque te imaginas por un momento la evolución espiritual que puede llegar a tener la persona que consiga descubrir y después superar todo lo que le enoja y molesta. Cuando llegamos a identificar las cruces del día a día y les quitamos su poder perturbador porque aprendemos a aceptarlas como sacrificio por nuestros pecados y por amor a los sufrimientos de Cristo en la cruz, dejan de ser molestas y se transforman en ofrenda de amor.

Tenemos que gozarnos en las cruces por amor a Jesucristo crucificado. Cada cruz que llegue a nosotros la tenemos que ver y aceptar como un regalo cargado de amor de Jesús que nos permite que nos llegue para aprender a negarnos a nosotros mismos y tenemos que levantar nuestro corazón a Jesús y darle las gracias por la purificación con mucha alegría e ilusión. Si conseguimos hacer esto le despojamos al maligno y al mundo la forma de herirnos y automáticamente alcanzaremos una paz interior muy difícil de romper, cosa que nos ayudará mucho con la concentración para la meditación y oración, ganaremos en trato con el prójimo y con Dios.

Lista personal de cruces:

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Si cambiamos el chip y cada vez que nos encontremos un tropiezo sea este del tipo que sea, levantamos nuestro corazón a Jesús y le damos las gracias por nuestra purificación, con todo nuestro amor comprendiendo que es para nuestro bien, para ganar en paciencia, en templanza, en mansedumbre, en amor al prójimo, para aprender a renunciar a nuestro egoísmo y soberbia, para tener más humildad, para aprender a negarnos a nosotros mismos, las molestias dejarán de ser molestias y las cosas buenas que nos pasen se revalorizarán tanto que las interpretaremos como gestos cargados de amor de Dios hacia nosotros. Aceptando la cruz y negándonos a nosotros mismos seremos realmente felices.

Jose Antonio Fernandez Canaleta

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