Universo de trapo del cantautor onubense Pedro Sosa

Universo de trapo

Hace mucho tiempo yo también fui como tú, alguien de carne y hueso. Alguien con sueños, con preocupaciones, con un trabajo y un coche. Alguien con una hipoteca y muchas facturas que pagar a final de mes. Alguien a quien la vida sonreía a veces, pero para el que en otras ocasiones, esa misma existencia se transformaba en una carga insoportable.

Como tú, me acostumbré a sobrevivir de momento feliz en momento feliz, sintiendo que en
los intermedios (de estos espacios excepcionales) se me escapaba un tiempo que cada vez
se hacia menos consistente, más insípido y vacío.

Fue el peso de las preguntas el que me hizo cruzar aquella puerta, el que me trajo hasta este lugar. Las preguntas nacidas de la entraña, en noches de insomnio y llanto contenido. Esas mismas preguntas que vuelven a sangrar a penas me muevo un poco por dentro.
¿Son sobrevivir entre preocupaciones o mendigar felicidad las aspiraciones a las que debo
vivir atado? ¿Por qué parece estar prohibido soñar con algo más?
¿Qué o quién puede llenar verdaderamente mi tiempo?.
¿Cuál es el sentido de estar vivo?, ¿Para qué he sido hecho?.
¿Dónde sostener mi vida cuando las seguridades desaparecen, cuando soy abandonado por
quienes dijeron amarme, cuando mi cuerpo enferma, cuando un día me comunican que, al
fin, mi tiempo se ha agotado…?

Fueron ellas las culpables de encontrar aquella puerta situada en la espesura más profunda
de aquel bosque. Un bosque al que llegamos desde lejanos lugares. Atravesando muchos y
muy distintos caminos.

Cada uno de los que hoy habitamos este lugar, encontró dentro de sí la pregunta por la que
merecía la pena cruzar aquella puerta, conscientes del precio que pagaríamos por aquellas
respuestas tan anheladas en lo mas hondo de nuestro ser. Se nos dijo que la magia
cambiaría nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. Nos haríamos de un material
que nos permitiría ver más allá de lo aparente, ese fue el trato.

Así nos transformamos en lo que hoy somos: muñecos de trapo. Pequeños. Frágiles. Livianos. Seres de tela y botón. Seres que quieren ser ricos en simplicidad y sencillez.
Seres que quieren vivir sin ataduras que impidan leer en nuestro propio corazón las
respuestas que tanto buscamos y sin las que tan perdidos nos sentimos un día.
Seres que desean vivir el tiempo de forma consciente, como bien absoluto y real.
Que buscan vivir en la luz, impregnados de agua y de aire. Capaces de ver la belleza de todo lo que los rodea. Que se sienten parte de la tierra y son capaces de amarla y respetarla
como don y promesa. Seres sólidos en la espera. Seres flexibles, que creen y conocen la
capacidad de transformación que se oculta tras todo lo que vive.

A través de nuestros ojos de trapo podemos ver un mundo que puede ser un espacio de
vida y libertad para todos. Un mundo por hacer, desde la buenas ideas. Que puede ser
renovado desde el poder de la más firme coherencia: ser, sencillamente, lo que somos en
profundidad.

Hoy por fin, con este cuerpo de tela y mi interior desocupado por relleno, puedo hacerte la
misma invitación que un día me hicieron a mí: cruzar a este lado de la realidad y comenzar a
escuchar y poseer lo que siempre te habitó.