“Hoy en esta Misa en que vamos a dar sepultura a los restos, decirle a Monseñor Federico Richter que ha sido un siervo bueno y fiel. Ha sido un hombre misionero, amigo, con una sencillez y bondad que a todos lo que lo hemos conocido nos ha significado un gran ejemplo”, comentó el Arzobispo de Lima.
En otro momento el Cardenal Cipriani recordó los años en que inició su labor como Obispo Auxiliar en Ayacucho secundando la labor episcopal de Monseñor Richter, entonces Arzobispo Metropolitano del lugar.
“Monseñor Richter fue un siervo bueno y fiel. Su padre San Francisco y la Virgen María le habrán agradecido sus infinitas obras de caridad y su bondad de buen fraile franciscano. Fue un hombre piadoso, sacrificado. Lo que él sufrió en esos años difíciles en Ayacucho pocos lo saben, él llevó esos años en silencio y valentía”, refirió.
“Él vivió en esa austeridad y sencillez haciendo misiones por el Perú y el extranjero. Por eso te agradezco todo el buen ejemplo que nos has dado y el bien que has hecho por la Iglesia. Que el Señor te conceda paz en la vida eterna y nos encomendamos a ti para que seamos buenos pastores, buenas personas y a todos los que lo conocieron, recuerden el ejemplo de su bondad y su trabajo”, culminó.
Concelebraron con el Cardenal Juan Luis Cipriani; Monseñor Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana; Monseñor Salvador Piñeiro, recientemente nombrado Arzobispo de Ayacucho; numerosos obispos del Perú; así como sacerdotes de la comunidad franciscana.
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