Guión Domingo XVI del Tiempo ordinario

Guión Domingo XVI del Tiempo ordinario

PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

Hermanos, celebramos el domingo décimo sexto del tiempo durante el año, y hoy el Señor, que nos ha llamado y viene a nuestro encuentro, nos va a hablar de cómo debe ser nuestra actitud para recibirlo, ya que su visita es lo único importante y lo que realmente debe retener toda nuestra atención.

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor viene a nosotros y nos pide que lo recibamos y lo escuchemos, previniéndonos acerca de los excesivos afanes, preocupaciones y ansiedades por tantas cosas que nos rodean y que generalmente ponemos en primer lugar, lo que nos impide una actitud de escucha y meditación de la Palabra de Dios. Hoy Jesús nos manifiesta que viene a traernos el Reino de Dios, lo único importante y ante lo cual todo lo demás debe ceder en importancia. Hoy nos invita a saber elegirlo.

1ª. LECTURA:  (Gn 18, 1-10a)        (Ver texto)

Este relato nos presenta una escena familiar, y por la hospitalidad con que Abráhan recibe la visita del Señor, Dios lo premia con la fecundidad de Sara, que es el cumplimiento de la promesa que Él mismo le hiciera

SALMO RESP.:     (14, 2-5)    (Ver texto)

                    R.   Señor, ¿quién entrará en tu Casa? 

2ª. LECTURA:    (Col 1, 24-28)    (Ver texto)

Pablo nos manifiesta que Cristo nos revela la riqueza de Dios en la pobreza de la cruz, siendo él, Pablo, distribuidor de la misma a los hombres.

EVANGELIO:   (Lc 10, 38-42)      (Ver texto)

En el Evangelio, Jesús nos manifiesta el valor de la escucha de la Palabra de Dios.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

 

Seguros del amor de nuestro Padre del Cielo, que nos lo da gratuitamente, presentémosle ahora nuestra oración de verdaderos hijos suyos, por nuestras necesidades y las de todos los hombres.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

«QUE TU PALABRA ABRA NUESTRO CORAZÓN»

 

v Padre todopoderoso, para que la predicación de tu Iglesia y del Santo Padre, transformando nuestras vidas por la recepción del mensaje de tu Hijo, nos empuje a la transformación del mundo, te pedimos…

v Padre santo, para que en nuestra Iglesia diocesana, sostenida permanentemente por la Palabra de Jesús, se viva una intensa vida de oración, siendo contemplativa y al mismo tiempo trabajando sin descanso por el Reino de Dios., te pedimos…

v Dios de bondad, para que los responsables de las naciones reciban en su corazón el mensaje de paz y amor que nos trajo Jesús, y se terminen defintivamente el terrorismo ylas guerras fraticidas, te pedimos…

v Padre de las misericordias, para que tantos hermanos nuestros que carecen de trabajo y sus familias de lo indispensable para vivir dignamente, reciban nuestra ayuda fraterna que les ayude a seguir esperando, te pedimos…

v Padre nuestro, para que a todos los que formamos esta comunidad, la excesiva preocupación por las cosas materiales no nos haga imposible el silencio interior que necesitamos para acoger a Dios, y para dejarnos acoger por Él., te pedimos…

CELEBRANTE:

Padre bueno, escucha la oración de tu Iglesia y concédenos el que siempre y por sobre todas las cosas, busquemos en tu Hijo el único alimento para la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Hoy más que nunca ofrezcamos a nuestro Padre, el hacer de nuestras vidas una verdadera oblación a El, pidiendo por sobre todo, que su Reino venga a nosotros.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de «El Señor esté con vosotros»)

Elevemos nuestra acción de gracias a nuestro Padre, que nos ha dado a su Hijo en un inconcebible acto de amor, y con Él, el camino para buscar por sobre todo, el Reino de Dios y su justicia.

COMUNIÓN:

Hemos sido alimentados por la Palabra de Dios, y ahora se nos ofrece su mismo Hijo en este sacramento de vida que compartimos fraternalmente con nuestros hermanos, y que nos da la certeza que ya el Reino de Dios está en medio nuestro.

DESPEDIDA:

Al regresar a nuestras tareas cotidianas, hagámoslo con un propósito, fruto de esta celebración dominical: que a pesar de todas la dificultades y todas las preocupaciones de la vida presente, sepamos recibir a Jesús que nos visita y quiere hacernos sus discípulos, y para ello es necesario que lo escuchemos.

Domingo XVI del Tiempo ordinario – Ciclo A

SIEMBRA CONSTANTE Y ESPERANZADA

Los cristianos deberíamos tener asimilado que tal como nos dice el evangelio, somos de origen muy humilde. Jesús inició su obra con un puñado de pescadores.

La primera comunidad de Jerusalén estaba compuesta por los más humildes de la sociedad judía.

Los seguidores de Jesús debemos mantener el optimismo sabiendo que la semilla humilde del Evangelio puede dar su fruto en el corazón de las personas por la acción del Espíritu que actúa en el corazón humano.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

Lectura del libro de la Sabiduría 12,13. 16-19

No hay más Dios que Tú, que cuidas de todo, para demostrar que no juzgas injustamente. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total y reprimes la audacia de los que no lo conocen.

Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

En la lectura del libro de la Sabiduría se nos manifiesta el modo tan distinto de actuar de Dios y de los hombres. Dios no quiere destruir lo que ha creado por amor, ni siquiera quiere destruir al hombre o al pueblo injusto, malvado, idólatra. Dios espera la conversión del pueblo y de los hombres ofreciendo su perdón misericordioso.

Sal 85, 5-6. 9-10. 15-16a

R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

• Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. R:
• Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú y haces maravillas, tú eres el único Dios». R:
• Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal;
mírame, ten compasión de mí. R:

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,26-27

Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.

El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.

Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

El apóstol Pablo en este pequeño texto nos dice que el Espíritu de Dios nos ayuda a fortalecer nuestra debilidad y nos estimula para que actuemos en conformidad con la voluntad de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,24-43

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la gente:
El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.

Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:

Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?
Él les dijo:
Un enemigo lo ha hecho.

Los criados le preguntaron:
¿Quieres que vayamos a arrancarla?
Pero él les respondió:
No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores: «Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero».

[Les propuso esta otra parábola:
El Reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola:

El Reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada.

Así se cumplió el oráculo del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas;
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
Él les contestó:
El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.

Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.]

Palabra de Dios

COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO

Jesús con estas parábolas nos presenta el Reino de Dios como lugar donde conviven buenos y malos y será sólo Dios quien nos juzgará al final de los tiempos. Nadie puede constituirse en juez de los demás, porque corre el peligro de equivocarse.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

LOS CRISTIANOS TENEMOS QUE SER FERMENTO EN MEDIO DE LA MASA

         Los que creemos en Jesús hemos de aprender a vivir creyendo en esta Buena Noticia: el reino de Dios está llegando.

         Jesús con una sencilla parábola compara a los que creen en el Reino de Dios con “la levadura que tomó una mujer y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado”. La levadura cuando se mezcla con la masa queda «escondida», pero está haciendo que fermente la masa.

         Dios transforma a las personas desde dentro, nos atrae con su amor hacia el bien. No fuerza la libertad de nadie, sino que se ofrece para hacer más dichosa nuestra vida. Así hemos de actuar también nosotros si queremos abrir caminos a su reino.

         Está comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minoría, dentro de una sociedad secularizada y plural. En muchos lugares, el futuro del cristianismo dependerá en buena parte del nacimiento de pequeños grupos de creyentes, atraídos por el evangelio y reunidos en torno a Jesús.

         Poco a poco, tenemos que aprender a vivir la fe de manera humilde, sin hacer mucho ruido ni dar grandes espectáculos. Tenemos que buscar lo esencial. Tenemos que caminar en la verdad de Jesús. Siguiendo sus deseos, tenemos que vivir como «fermento» de vida sana en medio de la sociedad y como un poco de «sal» que se diluye humildemente para dar sabor evangélico a la vida moderna.

Tenemos que contagiar en nuestro entorno el estilo de vida de Jesús e irradiar la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio. Tenemos la obligación de pasar la vida haciendo el bien, como Jesús.


Domingo XVI del Tiempo ordinario – Ciclo C

ANDAMOS INQUIETOS CON MUCHAS COSAS Y SÓLO UNA ES NECESARIA

      Casi sin darnos cuenta, las actividades de cada día van modelando nuestra manera de ser. Si no somos capaces de vivir desde dentro, los acontecimientos cotidianos tiran de nosotros y nos llevan de un lado para otro, sin otro horizonte que la preocupación de cada día.

Por eso es bueno que escuchemos las palabras de Jesús a aquella mujer tan activa y trabajadora: «Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas, y sólo una es necesaria».

      Agitados por tantas ocupaciones y preocupaciones, necesitamos tomarnos de vez en cuando un tiempo de descanso para sentirnos de nuevo vivos. Pero necesitamos además pararnos y encontrar el sosiego necesario para recordar de nuevo «lo importante» de la vida.

Las vacaciones tendrían para nosotros un contenido nuevo y enriquecedor si fuéramos capaces de responder a estas dos sencillas preguntas: ¿cuáles  son las pequeñas cosas de la vida que la falta de sosiego, de silencio y de oración han agrandado indebidamente hasta llegar a matar en mí el gozo de vivir?, ¿cuáles son las cosas importantes a las que he dedicado poco tiempo, empobreciendo así mi vida diaria?

       En el silencio y la paz del descanso podemos encontrarnos más fácilmente con nuestra propia verdad, pues volvemos a ver las cosas tal como son. Y podemos también encontrarnos con Dios para descubrir en Él no solo la fuerza para seguir luchando, sino también la fuente última de la paz.

     Recordemos la experiencia de «abandonarse en Dios»: No necesito aferrarme a mí, puesto que soy sostenido. No necesito cargar con el peso, porque soy soportado. Puedo salir de mí mismo y entregarme.

Cuando somos capaces de encontrar en Dios nuestro descanso, nuestra paz interior, la vacación se convierte en gracia, una de las mayores gracias que podemos recibir en medio de nuestra vida tan agitada y nerviosa. 

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA
Lectura del libro del Génesis 18,1-10a 

        En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda porque hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él.

Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: 
– Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol.

Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo. 
Contestaron: 
– Bien, haz lo que dices. 

Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: 
– Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza. 

Él corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase enseguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. 
Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron. 

Después le dijeron: 
– ¿Dónde está Sara, tu mujer? 
Contestó: 
– Aquí, en la tienda. 
Añadió uno: 
– Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.

Palabra de Dios.

  COMENTARIO A LA 1ª LECTURA     

El texto de la Sagrada Escritura que leemos hoy, nos destaca tres rasgos fundamentales: la fe de Abrahán al reconocer en los visitantes al Señor, la total hospitalidad que les ofrece y la familiaridad que reina entre los visitantes y Abrahán y su familia. 

Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5 
R. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?
 

  •  y practica la justicia; 
    el que tiene intenciones leales, y no calumnia con su lengua. R:
  •  ni difama al vecino; 
    el que considera despreciable al impío, 

y honra a los que temen al Señor. R:

  •  
    ni acepta soborno contra el inocente. 
    El que así obra nunca fallará. R:

2ª LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,24-28

Hermanos: 
Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos. 

A éstos ha querido Dios dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria.

Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo.

Palabra de Dios.  

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

    El apóstol Pablo escribe a los cristianos de Colosas y les dice que se considera ministro de Jesús que le ha asignado la tarea de anunciarles su mensaje y este no es otro que decirles que Cristo es la esperanza de la gloria.

El apóstol Pablo anuncia a Cristo, amonesta cuando tiene que hacerlo y enseña para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo.       

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. 
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: 
– Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano. 

Pero el Señor le contestó: 
– Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.

Palabra del Señor.  

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO

     El mensaje que Jesús quiere transmitirnos es que es necesario dejar un tiempo para la escucha de la Palabra de Dios, que es necesario prestar atención a la escucha de la Palabra de Dios y hablar con el Señor.    

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

ATURDIDOS Y ESTRESADOS

      La agitadísima Marta de hace veinte siglos es el símbolo de una gran mayoría de hombres y mujeres de nuestro tiempo desbocados en una acción compulsiva.

También nosotros escuchamos con frecuencia: “¿Para qué rezar tanto? El caso es hacer el bien”; “yo no rezo mucho, pero procuro hacer el bien que puedo”.

Se dan los dos extremos. Hay personas tan entregadas a rezar que no tienen tiempo de hacer el bien, y hay personas tan entregadas a hacer el bien que no tienen tiempo de orar.

      Nuestro tiempo hace que seamos personas aturdidas y estresadas. Estamos inmersos en la civilización del ruido que amenaza invadirlo todo.

El ruido se ha convertido en un torrente que lo inunda todo, dificultando enormemente el sosiego, la concentración, la reflexión y la interiorización.      

Nuestra cabeza en muchos casos es un hervidero de imágenes, de informaciones, pero desordenadas, sin asimilar.

Parece que todo se nos quiere imponer ruidosamente desde fuera, con el problema que esto conlleva de que no seamos capaces de filtrarlas, analizarlas y después tomar una opción personal. A veces parece que no podemos ser felices sin tener muchas actividades.        

Nuestras agendas están a explotar: “No me llega el tiempo para nada”, “me gustaría, pero no tengo tiempo”, son expresiones que se nos caen de los labios.

“Nunca se ha corrido tanto para ir a ninguna parte”, afirma un escritor de nuestros días. Necesitamos tiempos de silencio, de reflexión, de interiorizar y de comunicación sosegada