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3 de Julio – Saber agradecer – Tiempo ordinario

Evangelio del día 3 de julio

Evangelio del día 3 de julio

3 de Julio – Saber agradecer – Tiempo ordinario

Siempre es buen momento de tener
un recuerdo agradecido…

Son muchos quienes a lo largo del tiempo
han dejado su huella en ti.

Experiencias sobre las que puedes
recordar nombres.

Quizá algunos te hayan lanzado
a una aventura para sacar algo de ti
y despertar tu «yo dormido»,
conseguir aquello que te parecía imposible,
cambiar, crecer y madurar.

Descubrir en ti las huellas de «otros amigos»
encontrados a lo largo del camino,
todo esto es motivo de alegría y gratitud.

Es motivo de gratitud el que hayas
podido experimentar a Dios,
creer en la vida y en tu capacidad de encuentro,
creer que alguien haya podido ayudarte
a descubrir lo mejor que existe dentro de ti.

Agradece a aquellos que,
desde su manera de ser, te ayudaron
a ser más humano, más sencillo,
más sensible a las cosas de Dios.

Aquel que inesperado y oportuno
supo escucharte comprensivo.

Aquellos con quienes compartiste
tus ratos de juego.

Aquel que te ayuda a develar
tu riqueza interior.

Aquel que con su gran bondad
te hizo ser sencillo.

Aquel que descubriste un día
y «se quedo en ti».

Aquel que corrigiéndote con cariño
te hizo caminar.

Aquel que con su vida incansable
te animó a luchar.

Aquel que sin cansancio
siempre espero lo mejor de ti.

Aquel que te exigía siempre
haciéndote crecer en la grandeza.

Aquel que te hace sentir importante
cuando necesita de ti.

Aquel que estando lejos
lo sentiste cerca.

Aquel que con su desacuerdo
te hace descubrir tu verdad.

Aquel que sabes que te quiere
y siempre te espera.

Aquel que siempre te anima
a ver lo positivo.

Aquel que te quiere como eres
animándote a crecer.

Aquel que con su necesidad de ti hizo
que te sintieras «único».

Aquellos que con su experiencia interior
te ayudaron a conocer a Dios…

Evangelio del día 3 de julio – Ciclo B con el Padre Guillermo Serra

Festividad de Santo Tomás , Jesús nos dice: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!».

Disfruta cada día de la Palabra de Dios y compártela para que llegue a los corazones de tantos cristianos que necesitan este alimento diario.

Evangelio según San Juan 20, 24-29

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.

Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!». El les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré».

Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás.

Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».

Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe».

Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!».


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ORACIÓN A LA VIRGEN del CARMEN

ÁNGELUS con el Papa Francisco



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