Domingo XXVI Durante el Año

DOMINGO XXVI DURANTE EL AÑO

Números 11, 16-17a. 24-29 / Santiago 5, 1-6
/ Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
Salmo Responsorial, Sal 18, 8. 10. 12-14
R/. «El Señor es mi apoyo verdadero»

DOMINGO XXVI DURANTE EL AÑO

¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor!

Lectura del libro de los Números
11, 16-17a. 24-29

El Señor dijo a Moisés:
«Reúneme a setenta de los ancianos de Israel -deberás estar seguro de que son realmente ancianos y escribas del pueblo- llévalos a la Carpa del Encuentro, y que permanezcan allí junto contigo. Yo bajaré hasta allí, te hablaré, y tomaré algo del espíritu que tú posees, para comunicárselo a ellos».
Moisés salió a comunicar al pueblo las palabras del Señor. Luego reunió a setenta hombres entre los ancianos del pueblo, y los hizo poner de pie alrededor de la Carpa.
Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos. y apenas el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis; pero después no volvieron a hacerlo.
Dos hombres -uno llamado Eldad y el otro Medad– se habían quedado en el campamento; y como figuraban entre los inscritos, el espíritu se posó sobre ellos, a pesar de que no habían ido a la Carpa. Y también ellos se pusieron a hablar en éxtasis.
Un muchacho vino corriendo y comunicó la noticia a Moisés, con estas palabras: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento».
Josué, hijo de Nun, que desde su juventud era ayudante de Moisés, intervino diciendo: «Moisés, señor mío, no se lo permitas».
Pero Moisés le respondió: «¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque Él les infunde su espíritu!»

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 18, 8. 10. 12-14

R. Los preceptos del Señor alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple. R.

La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos. R.

También a mí me instruyen:
observarlos es muy provechoso.
Pero ¿quién advierte sus propios errores?
Purifícame de las faltas ocultas. R.

Presérvame, además, del orgullo,
para que no me domine:
entonces seré irreprochable
y me veré libre de ese gran pecado. R.

Las riquezas de ustedes se han echado a perder

Lectura de la carta de Santiago
5, 1-6

Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir. Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla. Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego.
¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final! Sepan que el salario que han robado a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo.
Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza. Han condenado y han matado al Justo, sin que él les opusiera resistencia.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

El que no está contra nosotros está con nosotros.
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala

a Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos
9, 38-43. 45. 47-48

Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».
Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no esta contra nosotros, esta con nosotros.
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos al infierno, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies al infierno.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

Palabra del Señor.

Reflexión

LA ZANCADILLA
1.- Está tan de moda eso de ponerle a uno la zancadilla que casi se ha hecho regla normal de la vida de negocios y trabajo. Pues el evangelio de hoy es el evangelio de la zancadilla…Poner la zancadilla, porque escándalo significa precisamente eso: tratar de tirar a uno al suelo poniéndole algún impedimento en su camino.
Nadie se atreve a decir en voz alta lo que todos pensamos: que en España hay una velada –y no tan velada– persecución religiosa. A veces es claramente política, las más es sociológica. Pero si admitimos esto donde va nuestra flamante y querida democracia. Bueno pues no le llamemos persecución que suena a la guerra civil…vamos a llamarlo zancadillas.
–Zancadillas en la educación religiosa, dificultándola en todo lo que se pueda, porque, en realidad, no interesa que la juventud tenga principios morales firmes.
–Zancadillas con las leyes del aborto –la de antes o la que se espera ahora– por las que se pone a la libre disposición de una madre la vida de su hijo…Sin caer en la cuenta que luego de un saltito lleguemos a la ley de eutanasia, el hijo que se haya salvado de la sentencia de muerte dictada por su madre será el que dicte sentencia de muerte para la madre. Todo muy romántico, poético y sobre todo democrático
Persecución no, por Dios, zancadillas todas las que se quieran
Estas son las primeras zancadillas de las que habla Jesús y su terrible sentencia inapelable y que se cumplirá porque no es democrática sino absolutista, pues depende de un solo Dios. Y hace temblar. Pues que algunos vayan aprendiendo a nadar porque va a ser Dios mismo el que los arroje con piedra al cuello y todo.
2.- Pero el Señor habla de otras zancadillas, de las que vienen de dentro, de dentro de cada uno de nosotros y de entre nosotros hacia fuera. Aquello de cortar o sacar cosas tan queridas como una mano, un pie o un ojo, hace sin duda referencia a la radicalidad de nuestra fe, de una fe puesta en peligro, una fe a punto de caer por una zancadilla
Lo que empuja para hacer caer puede ser la tentación de una mordida, de la corrupción, del vicio de la adicción al alcohol o a la droga, un afecto fuertemente agarrado al corazón hacia un hombre o una mujer perdida.
Córtalo, arráncalo, porque no es digno del Reino de Dios el que pone la mano en el arado y vuelve la mirada atrás… Que no es fácil, que es doloroso, que habrá que hacer sufrir a alguien, sí…No se arranca la mano, el pie o el ojo sin dolor, si nos compadecemos de la gangrena y no cortamos a tiempo dispongámonos a perder la vida.
3.- Esta es la primera piedra de molino que nos ponemos cada uno al cuello. Pero hay otras muchas piedras de molino que nos servirían para engarzar un largo collar alrededor de nuestro cuello.
–Cuando alardeando de fe no somos mejores que los que no la tienen y tal vez nos miran anhelando una luz que guíe su paso y no encuentran más que tiniebla.
–Cuando en un mundo lleno de gravísimos problemas non enzarzamos en pequeñeces como que si comulgar en la mano o en la boca, que si los jesuitas, que si el Opus, que si los obispos, que si los curas vascos, que si los catalanes, con tanto ping-pong el que se estará frotando las manos el pobre diablo.
–Cuando marido o mujer es rémora para que el otro cumpla con sus deberes religiosos y, cuánto más, cuando no son los padres los que dan ejemplo de religiosidad a los hijos pequeños-
Señores y señoras, tomemos clases de buceo porque me veo en el mar bajo un buen montón de piedras de molino.
Se me olvidaba. Hay otro escándalo mucho mayor y es el que ya no nos escandalizamos de nada. Todo nos da igual. Nos quedamos inactivos ante los desfalcos de los bancos, la corrupción de los gobiernos, los mendigos tirados en las calles sin que los ayuntamientos hagan nada por ellos, los gamberros que rompen cristales o queman coches, los traficantes de drogas a la vista de todos, la indefensión callejera. Ya no nos conmueve nada, ¿nos habremos convertido en piedras de molino, frías, inconmovibles?

José María Maruri, SJ
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TODOS A UNA POR UN MUNDO MEJOR
1.- No hay que impedir el anuncio de la Palabra de Dios. En el Libro de los Números los celos de Josué anticipan la misma actitud de los discípulos de Jesús en el evangelio de hoy frente al exorcista que arrojaba demonios sin ser de su grupo. La respuesta de Moisés nos hace pensar de inmediato en la de Jesús a la pregunta de Juan. La gran tentación de la autoridad religiosa ha sido siempre monopolizar el espíritu, pero el espíritu se comunica a quien quiere y como quiere. Los que mandan no deberían estar celosos, de que el pueblo profetice alguna vez; más bien debiera tomar nota de lo que dice Pablo a los obispos: «No apaguéis el Espíritu”. Dios habla también a través del pueblo y de los signos de los tiempos, como decía el Vaticano II. Da la impresión de que la Iglesia debería estar más atenta al sentir del pueblo de Dios.
2.- No hay que impedir la construcción del Reino. Jesús había enviado a sus discípulos a predicar el evangelio del Reino de Dios por tierras de Galilea. Ahora, que ya han regresado, cuentan a su Maestro lo que les ha sucedido en esta primera experiencia misionera. Juan quiere hacerle una pregunta sobre el modo como se habían comportado con un exorcista, a quien le habían prohibido arrojar demonios en nombre de Jesús porque no era del grupo. Aunque Jesús no reprueba abiertamente esta conducta, pues sabe que no había en ello mala voluntad, aprovecha la ocasión para enseñarles qué deben hacer en adelante en casos parecidos. Aquí dice a sus discípulos: «El que no está contra nosotros está a favor nuestro». Sin embargo, en el evangelio de San Mateo encontramos la otra sentencia: «el que no está conmigo, está contra mí”. Parece una contradicción. Hay que tener en cuenta que esta segunda sentencia está en un contexto en el que se habla de la batalla decisiva contra Satanás, el espíritu del mal. Es claro que en este caso no cabe la neutralidad, pues se trata de dos enemigos irreconciliables y de una guerra que a todos nos concierne personalmente. También el exorcista que echa los demonios en nombre de Jesús está con Jesús y contra Satanás, aunque no sea oficialmente discípulo de Jesús. Está colaborando a la construcción del Reino.
3.- Muchas personas, aun sin tener fe, quieren construir un mundo mejor. Jesús anuncia el establecimiento del reino de Dios, basado en la justicia y la paz. Este deseo no es algo exclusivo del cristianismo. Jesús pronuncia su sentencia contra todo tipo de partidismo. Contra la intolerancia que sólo permite el reconocimiento a aquellos que se inscriben oficialmente en la Iglesia, Jesús afirma que la autoridad debe caracterizarse por una amplitud de espíritu, por un saber estar por encima de las ideologías de grupo; debe estar abierta a todos los hombres que defienden una causa justa, aunque no sean cristianos; excluye la cerrazón ortodoxa, el sectarismo, la retirada al ghetto, la mirada introvertida… También en nuestros días hay muchos hombres que exorcizan el mal y la injusticia de nuestra sociedad y, con todo, no son expresamente cristianos, éstos son de los nuestros aunque no sean «de los nuestros», pues es claro que no están contra nosotros. Son, en cierto modo, “cristianos anónimos”. Colaboremos “todos a una” en la construcción del Reino. Unamos fuerzas y el objetivo se conseguirá más pronto y mejor.
4.- No escandalicemos con nuestro mal ejemplo o nuestra intolerancia. Como en Mateo, también aquí se recoge una palabra en favor de los «pequeños» que creen en Jesús. Poco estimados, más ignorantes o débiles en la fe, jamás hay que hacerles tropezar (escandalizar). Estos pequeños pueden ser en la comunidad los que necesiten ser ayudados con cariño y paciencia para poder evolucionar sin desconcertar su fe. Pero también los que sufren la tentación de abandonar la Iglesia por la lentitud de ésta en renovarse. Todo el que se hace discípulo de Jesús y aún no ha llegado a una fe adulta es «pequeñuelo». Y el que aparta de su camino a uno de estos pequeñuelos es un homicida, ya que les impide llegar a la verdadera vida. «Escándalo» es la piedra que nos hace tropezar, el impedimento que se encuentra en el camino.

José María Martín OSA
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EL BIEN, SIEMPRE ESTARÁ BIEN
Nunca son buenos los exclusivismos. El pensar que, todo lo bueno, está y nace de nosotros y que por el contrario lo malo anida sobre las cabezas de los demás.
1.- A los más cercanos de Jesús, les ocurría un poco eso. Comenzaban a ser un poco “creídos”. A creérselo demasiado. A pensar que, el depósito de la fe, era sólo patrimonio de su entorno, de sus manos, de sus labios. Todo lo que estaba fuera…era susceptible de ser rechazado.
La sorpresa, por cierto mayúscula, les viene de Jesús. “No se lo impidáis…El que no está contra nosotros está a favor nuestro”. Es la lógica de Jesús. Hay que buscar el bien en el corazón de las personas. Aceptar lo que, aparentemente nos puede parecer perdido, inservible. Y, sobre todo, no caer en la tentación de etiquetar. La etiqueta, entre otras cosas, produce exclusión, fanatismo. Y, el bien, haga quien lo haga siempre será eso: un bien. El mal, venga de donde venga, siempre tendrá el calificativo de mal.
2.- Nunca, la diferencia en el pensamiento, puede ser un muro que nos separe. Nunca, las diferentes sensibilidades (incluso dentro de la propia Iglesia) han de ser un motivo para apartar de nuestro camino y de sus iniciativas a aquellos que creemos no están en la mima línea que, nosotros, pensamos es la correcta, la adecuada, la incontestable. Entre otras cosas porque, eso, produce empobrecimiento, horizontes muy limitados.
Hay que buscar más lo que nos une que aquello que nos separa. Entre otras cosas porque, la suma de personas, de esfuerzos, de creatividad y de ideas contribuye que se haga realidad el sueño de Jesucristo: ¡Id y proclamad el Evangelio!
3.- Desde el momento en que somos cristianos nos hemos de emplear, y muy a fondo, con todas aquellas causas que –como las nuestras– contribuyan en la dignidad de las personas, que pretendan un mundo mejor, que busquen el bien de los más desfavorecidos. Eso sí, sin olvidar, que nuestra motivación no es otra que la fuerza recibida del Espíritu Santo. Una fuerza que, lejos de agotarse en cada acto realizado, se renueva constantemente, se acrecienta porque –sabemos- que Dios anda detrás de todas y cada una de nuestras actividades.
4.- Pidamos al Señor que, en cada detalle que hacemos, en cada acción pastoral, en cada palabra pronunciada, en cada iniciativa emprendida, lo hagamos en su nombre. Al fin y al cabo, será entonces, cuando el criterio de lo que emprendemos y llegamos a realizar será Jesús de Nazaret y nadie más. Y entonces, también nosotros, podremos decir que estamos del lado del Señor.

Javier Leoz
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