Antes del increíble nacimiento – #Reflexión

«También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David, para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta.» Lucas 2:4-5 (NVI)

¿Qué estaban haciendo los personajes de la navidad unos días antes del increíble nacimiento? Seguramente el mesonero que les ofreció a José y a María un establo estaba contando cuánto había ganado por tener alquilado todo su mesón por unos cuantos días. Estaría celebrando mientras pensaba que buena fortuna había tenido con este edicto de Roma de empadronarse.

Los magos de oriente estarían siguiendo la estrella sin saber a ciencia cierta dónde iban a terminar, preocupados por su largo viaje y con el temor de no llegar a tiempo para el alumbramiento. De todos, estos eran de los pocos que estaban esperando el nacimiento.

Los pastores estarían ocupados en sus ovejas, pensando en cómo pasar más tranquilo el día esperando que termine su turno laboral. Tal vez pensando en lo que harían cuando terminen su trabajo.

Creo que solo María y José estaban preocupados. Ella incómoda y dolorida a punto de parir sobre un asno que caminaba lento y una panza de 9 meses. Él con la preocupación de no saber que hacer si el parto se anticipaba y tenía que ayudar a María en medio de la nada. Esperando que aguante hasta llegar al pueblo donde al menos, habría alguna matrona.

Pero en el cielo Dios y sus millones de ángeles estaban expectantes. ¡Faltaban apenas pocos días para que el milagro más asombroso de la eternidad se hiciera realidad! Dios iba a nacer en la tierra. Los ángeles contaban los minutos esperando que llegue el momento, no querían perder ni un instante de este proceso único.

Unos días antes de navidad, cada uno estaba ocupado en sus tareas habituales. Pasaron ya más de dos mil años, y seguimos actuando como ellos. Aun sabiendo que se celebra el 24 de diciembre, a pesar de la propaganda que recibimos en televisión, radio e internet sobre el nacimiento de Jesucristo y el recuerdo del pesebre, tenemos poco tiempo para recordarlo.

Estamos demasiado ocupados pensando en los regalos, en las comidas familiares, en terminar el balance antes de las fiestas, en no dejar nada pendiente para salir de vacaciones, que el recuerdo de este hecho milagroso y asombroso, queda relegado a un instante religioso el domingo.

REFLEXIÓN – ¿Qué hacés antes de navidad?

Un gran abrazo y bendiciones

Dany