ATEOS PATA NEGRA

Tal vez me esté haciendo mayor. Tal vez no entienda muchas de las cosas que
pasan pero ha habido varias historias recientes relacionadas con la religión
que me hacen intuir que el tanto por cien de tontos muy tontos por kilómetro
cuadrado está aumentando generosamente. Vayamos por partes.
No hace mucho un grupo de unos 50 estudiantes irrumpieron en la capilla de la
Universidad Complutense de Madrid para hacer una especie de dramatización
con el torso desnudo y haciendo pantomimas de carácter erótico que
dejaron boquiabiertos a varios chavales que estaban rezando. Al parecer los
organizadores pretendían criticar la represión que, según ellos, la Iglesia ejerce
sobre los homosexuales, a la vez que denunciaban con esa acción la presencia
de un lugar religioso en una Universidad pública.
Días después en el programa Els matins de TV3 se entrevistaba a Abdenur
Prado, líder musulmán presidente de l¡una Junta islámica, en la que le
espetó a la presentadora “En realidad, merecemos otro 11 de Marzo”, luego
continuó “metafóricamente, claro”.
Fue también en Barcelona donde se estrenó hace pocos días el espectáculo
teatral “Gang Bang”. La obra plantea una concurrida velada en un bar de sexo
gay duro la víspera de la reciente visita del Papa a Barcelona. La dueña del
local comunica la anormal afluencia al mismo de sacerdotes y legionarios de
Cristo, y un tipo desnudo envuelto en una bandera vaticana se desploma de un
taburete gritando: «¡La juventud con el Papa!”.
La crítica trató con indiferencia un espectáculo que no tenía más que pólvora
mojada. Pues bien, hace unos días dos espectadores irrumpieron en el
escenario tirando un taburete y arrojando bombas fétidas a la vez que
gritaban “Viva los sacerdotes de Cristo. Viva Franco”. Ni que decir tiene que
aquella interrupción del espectáculo ha supuesto una publicidad estupenda a
una obra que estaba pasando con más pena que gloria.
También en Barcelona, días después un grupo de encapuchados prendía fuego
a la puerta de la Iglesia de Sant Vicenç de Sarria. Esta Iglesia ha vivido ya
varios atentados. Fue un foro libertario el que reivindicó la hazaña diciendo que
la Iglesia era culpable de muchas desgracias que vivían las mujeres.
Más provocador ha sido Terry Jones, predicador norteamericano que ejecutó
un juicio al Corán en su iglesia, declarando «culpable» al principal libro de los
musulmanes. Así que, ni corto ni perezoso, prendió fuego a un ejemplar del
Corán que ardió durante 10 minutos. Las reacciones en el mundo islámico no
se hicieron esperar y fanáticos asesinaron a varias personas manifestando su
indignación y su ira.
Por otra parte, el jefe de la Iglesia católica en Bélgica, André-Joseph Léonard,
conocido por sus polémicas declaraciones sobre el Sida, la pederastia y la
homosexualidad, recibió cuatro «tartazos» mientras participaba recientemente
en una conferencia ante estudiantes en Lovaina la Nueva (sur del país), ésta
era la segunda vez que le lanzaban una tarta porque el pasado noviembre
una persona le estampó otra tarta en la cara mientras oficiaba una misa. Uno
de los lanzadores de tartas afirmó que Léonard se lo merecía «por todos los
homosexuales que no se atreven a decírselo a sus padres y por todas las
jóvenes que quieren abortar», y añadió que el arzobispo «podría volver a ser la
diana de tartas de crema en cualquier momento».
Y así las cosas, la Asociación madrileña de ateos y librepensadores convoca

ahora una procesión laica para el jueves santo. No sé muy bien lo que
reivindican esta vez, pero todo parece indicar que están cabreados por la
utilización de las calles como lugar de expresiones religiosas.

A mí todas estas cosas me da un poco de pena. Me parece que hay quien se
empeña en hacer que este momento de la historia la Religión se convierta en
arma arrojadiza y en motivo de insulto y escarnio.

Desde aquí reivindico ateos inteligentes, ateos pata negra, que no protesten
únicamente por temas religiosos y se atrevan a protestar de la utilización de
la calle con motivos futbolísticos, por ejemplo. Cada día abundan más las
procesiones laicas en nuestras calles cuando se vitorea a deportistas o artistas
que hoy son endiosados; ateos que sepan que las procesiones han salido
en muchos casos del empeño popular, más que de la iniciativa de la Iglesia.
Ateos que sepan que en la capilla de la Complutense se reunieron grupos
políticos perseguidos en el franquismo y tal capilla se convirtió en un reducto
de libertad. Ateos que hagan un teatro irónico y divertido, sin caer en lo zafio
y grotesco; ateos que no lancen tartas a nadie ni quemen lo que es un signo
para mucha gente porque actos así son de una violencia y vileza que envilece
a quien los lleva a cabo y le quita todos los argumentos.

Reivindico creyentes tolerantes y abiertos, que no menosprecien libros
sagrados y revelados, que descubran que en las religiones distintas a la propia
también hay hombres y mujeres que buscan a Dios. Hacen falta cereyentes
que denuncien con valentía cualquier fanatismo religioso. Creyentes que no
menten el terrorismo para hacer metáforas brutales. Creyentes que no piensen
que ensalzando a difuntos militares defiende la fe de nadie. Necesitamos
una Iglesia en la que las mujeres tengan el mismo papel que los hombres.
Necesitamos creyentes que den testimonio de tolerancia con las diversas
opciones sexuales y vitales. Creyentes que animen a dar sentido a las
procesiones y a la religiosidad popular. Necesitamos creyentes que hagan
opciones valientes y decididas en la defensa de los derechos humanos.

Dios nos libre de viejos nacionalcatolicismos; Dios nos libre de nuevos
nacionalateísmos…en el fondo, no son tan diferentes. Están marcados ambos
por la svástica de la intolerancia.

Josan Montull

Fuente: Vía email