Canta con Maxi | Cuarto Domingo de Adviento

Canciones para el tiempo de cuarto Domingo de ADVIENTO

LETRA

En Navidad
pondremos a Jesús
en las manos de María

Otros cantos para el ADVIENTO

Reflexión del evangelio para el cuarto Domingo de Adviento – Ciclo A

Reflexión del evangelio para el cuarto Domingo de Adviento – Ciclo C

DOMINGO IV DE ADVIENTO / CICLO C

MUJERES CREYENTES

     Después de recibir la llamada de Dios, anunciándole que será madre del Mesías, María se pone en camino sola. Empieza para ella una vida nueva, al servicio de su Hijo Jesús. María siente necesidad de compartir su alegría con su prima Isabel y de ponerse cuanto antes a su servicio en los últimos meses de embarazo.

     María entra en casa de Zacarías y saluda a Isabel. Cuando oye el saludo de María la criatura que llevaba en su vientre salta de alegría. Isabel no puede contener su sorpresa y su alegría y levantando la voz bendice a María diciendo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre».

     Lo que más sorprende a Isabel es la actuación de María. No ha venido a mostrar su dignidad de madre del Mesías. No está allí para ser servida sino para servir. Isabel no sale de su asombro. «¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?».

        Actualmente son muchísimas las mujeres en la Iglesia de Jesús que sufren al ver que, a pesar de ser las primeras colaboradoras en muchos campos, apenas se cuenta con ellas para pensar, decidire impulsar la marcha de la Iglesia. Esta situación nos está haciendo daño a todos.

        El peso de una historia multisecular, controlada y dominada por el varón, nos impide tomar conciencia del empobrecimiento que significa para la Iglesia prescindir de una presencia más eficaz de la mujer. Dios está suscitando en la Iglesia mujeres creyentes, llenas de espíritu profético, que contagian alegría y dan a la Iglesia un rostro más humano. Son una bendición de Dios que nos enseñan a seguir a Jesús con más pasión y fidelidad.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA

Lectura de la profecía de Miqueas 5,1-4a

Así dice el Señor:
– Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel.

En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz.

Palabra de Dios  

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

     El profeta Miqueas anuncia que en una sencilla aldea, Belén, nacerá el Mesías dela dinastía davídica, el Mesías que pastoreará al pueblo de Dios bajo la luz dela paz, un Mesías que viene a «salvar», a «liberar».                         

SALMO 

Sal 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

2ª LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 10,5-10

Hermanos:
Cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias».

Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: «Aquí estoy, ohDios, para hacer tu voluntad». Primero dice: «No quieres tú aceptar sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la Ley.

Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad».

Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

     El autor de la carta a los Hebreos nos dice que Dios no quiere nuestro»sacrificio» sino nuestra obediencia; no quiere nuestra»muerte» sino nuestra liberación; no quiere nuestra»sangre» sino nuestro amor hasta la sangre, porque desde que Cristo se ha hecho presente en el mundo, los sacrificios no se hacen en los templos sino en la vida de los hombres.

Cristo, siendo Dios, se hace como uno de nosotros para entrar en este mundo y ofrecerse al Padre como»sacrificio» por todos. Con el sacrificio de Cristo queda purificado todo el ser humano: su exterior y su interior.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,39-45

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito.

– ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Palabra de Dios  

COMENTARIO AL EVANGELIO

    La actitud de María, acogiendo la Palabra de Dios, queda traducida en acto de servicio, de caridad, al ser portadora de la gran noticia a su prima Isabel y compartiendo la acción de gracias al Señor por medio del canto y la alabanza conjuntas.

La visita deMaría empieza por la fe, sigue por la caridad y termina en alabanza. Es el encuentro de dos maternidades donadas que darán el fruto de una redención gratuita.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

María, atenta siempre a los demás

      El personaje que centra nuestra atención en este último domingo antes de laNavidad es María. De su comportamiento podemos destacar tres actitudes, tres virtudes, que nos son necesarias a nosotros:

       1. La humildad.

       Es la virtud reflejada en María que se reconoce pequeña, indigna de la propuesta que le ha hecho Dios de ser madre de Jesús. A lo largo de toda su vida mantendrá esa actitud. No presumirá de su condición, no se queja cuando no hay posada para ellos en Belén, tiene que dar a luz en un pesebre, tiene que huir aEgipto… Estará siempre en segundo plano, incluso el Evangelio habla muy poco deElla, y al final de su vida está al pie de la cruz como la madre de un  delincuente crucificado.      

       La humildad de María contrasta con nuestros comportamientos cuando queremos que todos sepan nuestros méritos para recibir honores y estar en primer plano. Nos cuesta reconocer nuestros errores, que nos corrijan.  

      2. La obediencia.

      María dijo a Dios: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” porque confiaba, porque estaba segura que Dios no le pediría nada superior a sus fuerzas, que lo que Dios le pedía siempre sería bueno para ella y para los demás, sin embargo a nosotros nos cuesta aceptar la voluntad de Dios y encontramos justificacion es para hacer lo que queremos. Al rezar algunas veces el Padrenuestro, pedimos que se haga la voluntad de Dios, pero sólo si coincide con la nuestra.       

      3. El servicio.

      María fue corriendo a la montaña, a casa de Isabel, a ayudar, a acompañar, a prestar un servicio sin que se lo pidieran y lo hizo con toda su generosidad y alegría.A nosotros nos cuesta poner nuestro tiempo y trabajo al servicio de los más necesitados con generosidad y alegría.