Cardenal Cipriani: “Seamos discípulos y misioneros”

El Cardenal Juan Luis Cipriani animó a los fieles a confiar toda nuestra vida en las manos de Dios, para ello pidió incrementar los momentos de oración, la confesión frecuente, el rezo del Santo Rosario. Estas invocaciones las realizó durante la Santa Misa que presidió en la Basílica Catedral de Lima, el domingo 31 de julio

“Alimentémonos de la oración, de la confesión, del rezo del Santo Rosario, de ese amor al prójimo, de pedir perdón. Pidamos también por los que no creen, por los que no tienen fe para que el Señor los ilumine y les ayude a entender que la fe es un camino de esperanza”, mencionó.

“La fe no se calla, tiene ejemplo y obras, porque una fe sin obras es una fe muerta, por eso seamos discípulos y misioneros, que te vean que se note que crees. Que no te de vergüenza que digan “mira es católico, cree, se confiesa y reza”. Ten el coraje de no vender la cabeza de Cristo por quedar bien. Aprende a defender tu fe sin temor”, exhortó.

En otro momento, el Arzobispo de Lima animó a los fieles a vivir una fe con obras, confiando en la misericordia de Dios.

“Ponlo en manos de Jesús, lo poco: tu trabajo, alegría, estudios, si puedes darle alegría a ese niño, dale alegría a ese niño, si puedes rezar un Ave María, rézala, si puedes llevar a tu hijo a bautizarlo, llévalo. No nos callemos. No digas: esto es para los poderosos, ¡no!, todos participemos”, comentó.

“Lo que no alcanza, lo que los genios te dicen que no sirve, Dios lo quiere. Si aprendes a obedecer en lo pequeño harás algo grande, si aprendes a no robar harás algo grande. En cambio si estás esperando el gran milagro que caiga del cielo, eso no es católico. Vamos a hacer este propósito de dar eso pequeño que tienes, y no permitas que nada ni nadie te aparte del amor de Dios”, prosiguió.

Finalmente invocó a los fieles congregados en la Iglesia Primada a vivir dando testimonio de vida cristiana.

“Cuántas veces el mayor hambre es de amistad, de perdón, de cariño, de justicia y verdad. Y lo que más duele es la soledad y la incomprensión. Y Dios nos dice: “aunque tengas poco, si me lo das, alcanza para todos”. No solo dinero, tu trabajo, tu fe, tu honradez, cuántas veces las cosas dependen de una persona, pero que sea honrada, que sea recta, buena, que no se crea Dios, que acuda a Dios”, culminó.

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