Del abismo del desamor y de la droga a la alegría en Dios a través de la Comunidad Cenáculo y una familia con fe

Gregory Aguado, un joven español, que quedó huérfano a la edad de nueve años. Las profundas heridas de su infancia, la dolorosa experiencia de no sentirse amado por nadie, le condujeron al abismo de la droga y el sin sentido. La Comunidad Cenáculo y su familia adoptiva fueron los instrumentos de sanación interior y conversion a través de los cuales, el Señor pudo rescatar a Gregory y descubrirle cuánto era amado.