Despide al Presidente Muerte

Y se marcha tras provocar una última víctima, Doña Ramona Estévez, a la que se ha aplicado la ley de muerte «digna» aprobada por su partido.

Mándale tu último mensaje a Zapatero y dile adiós recordándole que pasará a la historia de España como el Presidente Muerte:

Adiós, Señor Zapatero: pasará usted a la Historia de España como el Presidente Muerte

Gracias al PSOE de Zapatero y Rubalcaba, a cualquier enfermo que entre inconsciente en la urgencia de un hospital puede sucederle que un tercero decida si seguirá viviendo o ha de morir. Esto acaba de pasar en España por primera vez. Ya tienen el precedente. Y no dudes de que lo van a utilizar más veces.

Doña Ramona Estévez ha fallecido. Descanse en paz. Ha muerto tras 14 días de agonía durante los cuales, con la excusa de evitarle dolores, la han dejado de alimentar.

Esta señora ha muerto de hambre y de sed. Y a esta forma de tortura destinada a los enfermos terminales (o no: según la ley aprobada por el PSOE, también se puede aplicar a otros), le llaman «muerte digna».

«Muerte digna» ha sido dejarla sin alimentación. Parece que también sin hidratación. Durante 14 días. Hasta que han logrado que muriera.

Por favor, imagínate el cuadro: un enfermo en situación terminal ingresa en un hospital. No se sabe cuánto tiempo de vida le queda. Pueden ser semanas, tal vez meses. Lo normal es que la familia pida que se le alivie el dolor. Pero puede suceder, como en el caso de Doña Ramona, que alguien diga: “Es que este enfermo dijo una vez que si se encontraba en esta situación, prefería que le mataran”. ¿Imaginas esa situación? ¿A que no te resulta del todo extraña?

Imagina que un hijo del enfermo dice que quiere que dejen de alimentar a su padre porque, total, tarde o temprano morirá. Y añade el siniestro, hipócrita, cínico argumento con el que se quiere justificar la atrocidad: «No quiero que sufra».

Y para que no sufra exige a los médicos que dejen de alimentar a su padre. Quiere que le corten el agua y los nutrientes. Le condena a una larga agonía de hambre y de sed. ¡Para que no sufra!

Los médicos, que son los que conocen de estas cosas y los que deben decidir qué medidas aplicar, se niegan a esta petición porque saben que eso es un asesinato. La ciencia permite que el enfermo no sufra y la misión de los médicos no es matarlo sino proporcionarle los cuidados necesarios para que viva sus últimos días de la mejor manera posible.

Pero el Gobierno ha aprobado una ley que permite que la voluntad antinatura del familiar se imponga a la ciencia.

Con ese engendro jurídico en la mano, un instrumento de muerte más propio de sociedades primitivas que de una nación civilizada, las autoridades locales (en este caso la Junta de Andalucía) se apresuran a dictar una orden más allá de la razón y la ciencia: «¡Que se le retire la alimentación al enfermo!» Y el hospital cumple la orden.

Es difícil asumir que una atrocidad de este tipo haya podido suceder en nuestro país. Pero eso exactamente es lo que unos y otros han hecho con Doña Ramona.

Y sentado este precedente, a partir de ahora la vida de cualquier enfermo que entre inconsciente en la urgencia de un hospital puede quedar a merced de que un tercero decida si merece la pena ser vivida. Y el poder aparece como garante del crimen y se encargará de aplicar esta suerte de moderna pena de muerte. La pena de muerte que ha instaurado el PSOE de Zapatero y Rubalcaba.

Los socialistas aprobaron la ley de «muerte digna» en Andalucía, y ya se ha cobrado las primeras víctimas. En el resto de España quieren hacer lo mismo. En estos momentos hay un proyecto de ley de «muerte digna» presentado el Gobierno en el Congreso. Pérez Rubalcaba ha declarado que su primera prioridad si gana las elecciones será convertir esa ley en norma obligada para todo el país. Y Zapatero se despide cobrándose una nueva víctima.

Nos dijeron que su ley de «muerte digna» serviría para cuidar a los enfermos. Y a la primera oportunidad, ha matado de hambre a uno de ellos.

Zapatero pasará a la historia como el Presidente Muerte. Sus leyes, las leyes aprobadas por su partido, acaban con la vida de seres humanos. Hemos sumado las cifras oficiales que el Gobierno del PSOE ha proporcionado sobre el número de abortos. En este cálculo concedemos al Gobierno una atrevida suposición: que en 2010 y 2011, años para los que todavía no hay cifras oficiales, habrá el mismo número de abortos que en 2009. Aun haciendo semejante concesión optimista, la cifra resultante de seres humanos exterminados por la gestión de Zapatero asciende a 840.652.

A estos miles de seres humanos muertos con su ley del aborto, Zapatero, Rubalcaba y su partido han sumado ahora una nueva forma de exterminio: las muertes de los enfermos y los ancianos.

Despide a Zapatero recordándole el siniestro record que le convierte en el Presidente Muerte:

http://www.hazteoir.org/firma/41120-dile-zapatero-que-pasara-usted-historia-espana-como-presidente-muerte

Solo con el aborto, 840.652 seres humanos exterminados. Y ahora empiezan con los ancianos y los enfermos.