El crucificado resucitado llena de esperanza la vida de nuestros jóvenes – Dinámica de Pascua

El crucificado resucitado llena de esperanza la vida de nuestros jóvenes – Dinámica de Pascua

Objetivo
Reconocer en los signos de esperanza que nos da Jesús con su resurrección, la fuerza necesaria para ser sus testigos.

Oración, Signo y/o Motivación
Vamos a compartir con los jóvenes el siguiente hecho de vida:

Una mujer de unos cuarenta años, pero que parecía de setenta, se acercó al sacerdote después de la misa y le dijo con tristeza: “Padre, comulgué sin haberme confesado antes”. ¿Cómo pudiste hacerlo, hija mía?, preguntó el sacerdote. “Padre”, contestó ella, “llegué más bien tarde, después de que usted había iniciado el ofertorio. Durante tres días sólo he bebido agua y nada para comer. Me estoy muriendo de hambre. Cuando lo vi repartiendo las hostias, esos pedacitos de pan blanco, me acerqué a comulgar para lograr comer algo!

Al sacerdote se le vinieron las lágrimas, y recordó las palabras de Jesús:” Porque mi cuerpo es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí y yo vivo unido a él…El que se alimenta de mí, vivirá por mí” (Juan 6,55-57)

• Oración:

Espero en Ti Señor,
Con la esperanza del hombre que camina en ilusión.
Con la ilusión de quien cree en sí mismo.

Espero en Ti, Señor
Porque me fío en tu Palabra.
Porque tu Palabra, al hacerse vida en mí,
Me dice que eres verdad.

Espero en Ti, Señor
Porque mi vida necesita de impulsos renovados
Porque quiero ser testigo, entre los hombres
De que hay una razón fuerte para vivir.

Señor, que mi esperanza sea activa,
Que mi actitud de espera en el futuro
Me haga más ávido del presente.

Sentimientos provocados (Descripción de la experiencia)

Se conforman pequeños grupos y a cada grupo se les entrega uno de estos rostros para que lo analice y comparta como los ve reflejados en la sociedad.

ROSTROS LATINOAMERICANOS
Niños golpeados
Jóvenes desorientados
indígenas y afro americanos viviendo marginados
campesinos que viven relegados
obreros mal retribuidos
subempleados y desempleados
marginados y hacinados urbanos
Ancianos

rostros de niños, golpeados por la pobreza desde antes de nacer, por obstaculizar sus posibilidades de realizarse a causa de deficiencias mentales y corporales irreparables; los niños vagos y muchas veces explotados de nuestras ciudades, fruto de la pobreza y desorganización moral familiar;

rostros de jóvenes, desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad; frustrados, sobre todo en zonas rurales y urbanas marginales, por falta de oportunidades de capacitación y ocupación;

rostros de indígenas y con frecuencia de afro americanos, que, viviendo marginados y en situaciones inhumanas, pueden ser considerados los más pobres entre los pobres;

rostros de campesinos, que como grupo social viven relegados en casi todo nuestro continente, a veces, privados de tierra, en situación de dependencia interna y externa, sometidos a sistemas de comercialización que los explotan;

rostros de obreros frecuentemente mal retribuidos y con dificultades para organizarse y defender sus derechos;

rostros de subempleados y desempleados, despedidos por las duras exigencias de crisis económicas y muchas veces de modelos de desarrollo que someten a los trabajadores y a sus familias a fríos cálculos económicos;

rostros de marginados y hacinados urbanos, con el doble impacto de la carencia de bienes materiales, frente a la ostentación de la riqueza de otros sectores sociales;

rostros de ancianos, cada día más numerosos, frecuentemente marginados de la sociedad del progreso que prescinde de las personas que no producen.

Preguntas para compartir:

A nivel familiar, barrio, grupal, trabajo, estudio, entre otros, ¿Qué situaciones parecidas a la que hemos descubierto conocemos?

¿Cómo el Señor Jesús ilumina estas situaciones?

¿Cómo jóvenes, que signos de esperanza aportamos frente a esta situación?

Luego de un tiempo de compartir realizamos una plenaria.

Situación a meditar (Discernimiento y análisis de la experiencia)

A la luz de esta cita bíblica: Mateo 5, 3 – 12, vamos a compartir:

 ¿Qué relación encuentras entre los que Jesús llama felices y nuestro pueblo de América Latina?
 ¿De las bienaventuranzas, con cual te identificas?
 ¿Esa bienaventuranza con que rostro se puede relacionar?

• Aporte y dinámica a la reflexión:

En los mismos subgrupos descubrir la mirada positiva que tienen estos rostros.

Por ejemplo:

Tengo en cuenta

rostros de campesinos, que como grupo social viven relegados en casi todo nuestro continente, a veces, privados de tierra, en situación de dependencia interna y externa, sometidos a sistemas de comercialización que los explotan.

Podemos cambiarlo por:

Rostros de campesinos que labran la tierra y que luchan por un futuro mejor en el que anhelan un mundo de justicia y paz.