El Lignúm Crucis, dos crucifijos y el Cristo Roto presidieron la Misa de la Exaltación de la Santa Cruz en El Cañamelar

La Hermandad del Cristo de los Afligidos, inmersa en ese 125 aniversario de la primera salida publica y oficial de su Titular y Patrono del Barrio donde se asiente la citada Agrupación semanasabntera, preparó con el mismo esmero de siempre sus fiestas de septiembre.

Pero en esta ocasión la Muestra de cruces y crucifijos con que ha sorprendido la Hermandad ha elevado el listón de estas Fiestas de septiembre en honor al Titular de la Hermandad y señor, patrono, protector del Cañamelar y a la Santa Cruz, en su día solemne de la Exaltación de la Santa Cruz.

Juan José Maset, nuevo párroco del Santísimo Cristo de la Luz y José Polo se han encargado de profundizar en sus homilías sobre el verdadero significado que para el Cristiano tiene esta Fiesta donde se ensalza de una forma importante la cruz, el madero donde murió quien, con su sacrificio, salvó al hombre: Jesucristo.

Para la ocasión el colectivo del Cañamelar aportó dos crucifijos y un Cristo Roto. Dos crucifijos con historia, uno elaborado en Jerusalén con madera del Monte de los Olivos y otro bendecido por Pío X , el Papa que da nombre precisamente al arciprestazgo donde se ubica el templo del Cañamelar. Dos piezas de colección y que se exhibe en la Muestra de Cruces y Crucifijos con el que la Hermandad ha querido sorprender por una parte al barrio y por otra, alinearse a favor de la cruz, ese objetivo tan denostado por unos pocos pero que hacen ruido y tan apreciado por la mayoría de la gente. Sin embargo ha sido el Cristo Roto, salvado de la basura por el párroco de Santa María del Mar Antonio Díaz Tortajada, quien ha causado sensación. Sensación por ver hasta donde puede llegar la necedad del hombre y sensación porque el público que asistió a la Solemne Misa, celebrada en la Capilla de la Comunión donde se venera también al Cristo de los Afligidos, siguiendo las directrices de la Hermandad de Los Afligidos quiso devolverle todo su esplendor y pidió a los asistentes que no dejaran pasar la oportunidad y tras adorar al Lignum Crucis besasen al Cristo Roto como señal de repulsa y desagravio. ¡Y a fe que lo hicieron!. Así pues, se puede decir que el Cristo Roto de Los Afligidos, tras esta Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz de 2010, salió totalmente fortalecido.

Comoquiera que la ocasión lo requería y la Fiesta lo proclamaba, el párroco del Rosario José Polo a requerimiento de la Hermandad, consagró con Vino de Caná. Vino ofrecido en su día por la propia Hermandad y vino que fue traído a Valencia por la Asociación de Amigos de Tierra Santa que preside Jose Milio. A propósito quien también consagró ayer con Vino de Caná fue la parroquia Santa María del Mar al frente de la cual se encuentra el sacerdote y periodista Antonio Diaz Tortajada quien resaltó que «aunque lo importante en sí mismo es la Eucaristía no es menos cierto que consagrar con vino de Caná te hace sentir, en cierta manera, más próximo a Tierra Santa y en fechas y acontecimientos como los que ayer celebrábamos creí oportuno, tras hablarlo con el sacerdote cubano Olbier Antonio, compañero en la parroquia y hermano en el sacerdocio, que era conveniente consagrar con Vino de Caná en una Fiesta como la que ayer celebrábamos: la Exaltación de la Santa Cruz».

Como recuerdo de la Fiesta la Hermandad repartió unas cruces y unas estampas de Tierra Santa que contenían unas cruces de madera. Las mismas fuentes que organizaron tanto el triduo como la Fiesta, la Hermandad, señalaron que «desde que tomamos estas fiestas de septiembre como fiestas propias de la Hermandad hemos procurado incentivar las mismas, darles la notoriedad que tienen y sobre todo, hacer partícipes a la feligresía de la importancia que para el cristiano tiene la Cruz en la que murió Cristo, de ahí que este año hayamos sorprendido con esta Muestra de Cruces y Crucifijos y hayamos querido rescatar del olvido ese Cristo Roto que tanta mella ha hecho entre los que han asistido a la Solemne Misa de la Exaltación de la Santa Cruz. El reto ahora se centra en poder sacar en procesión, por la Plaza del Rosario, bien el Lignúm Crucis o bien el Crucifijo de Jerusalén. Con ello, pensamos, quedaría redondeada la Fiesta del 14 de septiembre.