«El Adviento está marcado por los ritos de preparación del corazón: preparar el camino, allanarlo, separar el grano de la paja, tomar el baño purificador…», con estas palabras Cipri Díaz sj da sentido al tiempo litúrgico que comenzó el primer fin de semana de diciembre. «Son imágenes que expresan nuestros deseos, los más profundos anhelos. Cuando uno se siente pecador se hace creyente en Adviento: ‘Ven, ven Señor, e ilumina nuestras vidas’. Y si el pecado nos hace anhelar al Señor, es entonces un tiempo de gracia; si transforma nuestros déficits personales y comunitarios en deseos de él y su reino, entonces el pecado es un tiempo de oportunidades. Basta con que estemos despiertos y sobrios, en escucha y diálogo interior. Ello nos ayudará a roturar los caminos hacia la misericordia».
El jesuita, ahora residente en Asturias, compartió sus reflexiones en la tarde del martes 11, a las 19.30 h, en la Iglesia del Corazón de Jesús. Una conferencia preparatoria a la celebración comunitaria de la penitencia que tuvo lugar el miércoles 12, a las 20.15 h en la misma iglesia. «Adviento, un tiempo litúrgico para el cambio».