Evangelio del Domingo XIII Tiempo Ordinario – Ciclo A

Evangelio del Domingo XIII Tiempo Ordinario – Ciclo A

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

¿QUÉ NOS IMPIDE SEGUIR A JESÚS?

      Jesús va hacia Jerusalén,  sabe el peligro que corre, pero nada lo detiene, porque su vida tiene como único objetivo anunciar y promover el proyecto del reino de Dios.

Jesús ve que es rechazado allí por donde pasa: por los samaritanos, por los de su pueblo, Nazaret.

Jesús sabe que no es fácil para sus discípulos seguirle, porque no puede ofrecerles seguridad ni prestigio.  Jesús no engaña a nadie.

Quienes lo quieran seguir tendrán que aprender a vivir como Él. Jesús “no tiene dónde reclinar su cabeza”. No tiene casa, come lo que le ofrecen, duerme donde puede.

No nos engañemos. El gran obstáculo que nos impide hoy a muchos cristianos seguir de verdad a Jesús es el bienestar en el que vivimos instalados.

Nos da miedo tomarle en serio, porque sabemos que nos exigiría vivir de manera más generosa y solidaria.

     Quien se decida a seguir a Jesús debe ensanchar el horizonte en el que se mueve. Debe pensar, además de en su familia, en la familia humana: nadie debería vivir sin hogar, sin patria, sin papeles, sin derechos. Todos podemos hacer algo más por un mundo más justo y fraterno.

      Colaborar en el proyecto de Jesús exige más dedicación, exige mirar hacia adelante sin distracciones, caminar hacia el futuro sin encerrarnos en el pasado.

      Recientemente, el Papa Francisco nos ha advertido de algo que está pasando hoy en la Iglesia: “ Tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, sacándonos de nuestros horizontes, con frecuencia limitados, cerrados y egoístas, para abrirnos a aquellos hijos del mismo Dios Padre que nosotros que lo están pasando mal.   

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA

Lectura del primer libro de los Reyes 19,16b. 19-21 

En aquellos días, el Señor dijo a Elías: 
– Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén. 

Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto. 
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: 
– Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo. 

Elías le dijo: 
– Ve y vuelve; ¿quién te lo impide? 
Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

Eliseo, que es el elegido por Dios como profeta, abandona todo lo que tiene y lo que había llenado su vida hasta entonces.

Deja su profesión y comparte sus bienes entre su gente. Así queda libre para dedicarse a la labor de sembrar el mensaje salvador de Dios en medio de su pueblo.

Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10 
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. 

  •  Yo digo al Señor: «Tú eres mi bien». 
    El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; 
    mi suerte está en tu mano. R:
  •  Hasta de noche me instruye internamente. 
    Tengo siempre presente al Señor, 
    con él a mi derecha no vacilaré. R:
  •  Se gozan mis entrañas, 
    y mi carne descansa serena. 
    Porque no me entregarás a la muerte, 
    ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R:

2ª LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4,31b_5,1. 13-18 

Hermanos: 

      Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.

Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche el egoísmo; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo». 

Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente.

Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne.

Hay entre ellos un antagonismo tal, que no hacéis lo que quisierais. Pero si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley.

Palabra de Dios.  

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

     El apóstol Pablo en su carta los Gálatas, nos habla de la libertad cristiana, una libertad conseguida por Cristo para todos nosotros.

Una libertad que nos permite superar cualquier obstáculo que nos ate al mal, que nos esclavice, y nos aparte de Dios. Una libertad que nos ayude a vivir según el Espíritu ejercitando el respeto y amor a todos.      

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,51-62 

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. 

De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. 

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: 
– Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos? 
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. 

Mientras iban de camino, le dijo uno: 
– Te seguiré adonde vayas. 
Jesús le respondió: 
– Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. 

A otro le dijo: 
– Sígueme. 
Él respondió: 
– Déjame primero ir a enterrar a mi padre. 

Le contestó: 
– Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios. 
Otro le dijo: 
– Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia. 
Jesús le contestó: 
– El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.

Palabra del Señor.  

COMETARIO SOBRE EL EVANGELIO

      El Señor quiere enseñar a sus discípulos, y en ellos también a nosotros, que es preciso aceptar con paciencia el fracaso en la misión evangelizadora sin recurrir a la violencia ni a la fuerza, que deben compartir con Jesús una vida común en incomodidad y pobreza, que deben renunciar a todo aquello que sea un obstáculo para el anuncio del Reino, incluso aunque se trate de algo muy querido como es la familia, los bienes, las comodidades o el bienestar.       

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

EL SEGUIMIENTO DE JESÚS

     La vida de un cristiano es siempre estar en camino. Caminar al ritmo de Jesús, siguiendo sus pasos, compartiendo sus pasos, compartiendo su misión, aceptando sus riesgos y las situaciones comprometidas en su vida.

      En ese seguimiento de Jesús se presentan al cristiano diversos obstáculos de los que advierte Jesús en este pasaje del Evangelio.

      El discípulo de Jesús debe estar desinstalado. No debe poner su total confianza en los bienes materiales, en la seguridad absoluta, en la vida cómoda, en procurar que nada ni nadie le complique su vida, esto puede ser un freno importante para seguir a Jesús y caminar a su ritmo.

      El discípulo de Jesús no tendría que poner excusas ni tiempo de espera para seguirle.  A Jesús no le podemos decir:“espera un poco”

      El discípulo de Jesús no puede tener una actitud de inmovilismo añorando el pasado tanto en aspectos de nuestra vida personal, como en situaciones sociales y políticas, religiosas o espirituales, y convertir normas, costumbres, prácticas sociales y religiosas, criterios o interpretaciones, en valores absolutos.

No podemos olvidar que vivir siguiendo a Jesús es mirar hacia el futuro, es construir y avanzar en nuestra vida y en la vida de la sociedad, del mundo y de la Iglesia dando respuesta a las nuevas situaciones, necesidades e interrogantes de los hombres.

Mirar atrás es falta de esperanza, falta de alegría.