Gozos que se cantan en el convento de San Francisco – Siglo XVII y XVIII

Gozos que se cantan en el convento de San Francisco, casa grande, de la ciudad de Granada al niño de la salud, cuya fiesta se celebra el Día de la circuncisión

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Los gozos son una forma de liturgia popular practicada en actos de devoción colectiva, que alaban las excelencias de la Virgen, de Nuestro Señor, o de los Santos. Son un género poético de raíz medieval. El canto de estos gozos es una de las prácticas religiosas más genuinas por provenir del pueblo.

La costumbre de cantar los gozos para implorar la protección divina tiene una tradición antiquísima, sin embargo la aparición de la mayor parte de los gozos tienen lugar en los siglos XVII y XVIII; el pueblo los aprendía de memoria y repetía su canto en las solemnidades adecuadas. Normalmente todas las festividades contaban con sus gozos propios y melodías diferentes.

Las letras son siempre de origen erudito y podían ser una catequesis poética sobre Jesús o narrar la vida o milagros de algún santo. Los gozos solían ser de autor anónimo, aunque algunos poetas profesionales también han dejado escritos algunos.

El género literario de los gozos es eminentemente narrativo. El texto queda distribuido en dos o tres columnas enmarcadas por una orla. Mientras la letra de los gozos se transmitía de forma escrita, sobre todo en los siglos XVIII y XIX, la melodía quedaba fijada en la memoria de la gente y por tanto muy pocos casos han persistido con su correspondiente ritmo musical. Del mismo modo, se ha podido comprobar que muchos gozos tienen la misma melodía.

Los gozos son una composición poética que se divide en coplas, después de cada una de las cuales se repite un mismo estribillo. Suelen ser cuartetas de versos octosílabos y se ejecutan con una introducción a modo de estribillo. El canto de la copla lo hacía un solista y los dos últimos versos los repetían todos los asistentes.

Los gozos que transcribo a continuación los he encontrado en el Archivo Histórico Diocesano de Guadix en la sección de “Conventos”. Están escritos en un folio y fueron reimprimidos por D. Francisco de Benavides que tenía su imprenta en Granada en la calle Arriola, calle que aún existe y que va desde la calle S. Juan de Dios a la calle Arandas. La fecha de su publicación no aparece, pero puede ser del siglo XIX. Se trata de unos “gozos” que se cantaban en el convento de S. Francisco de Granada,- construido en el s. XVI sobre un palacete musulmán, actualmente es el Parador Nacional de Turismo-, dedicados al “Niño de la Salud”, cuya fiesta se celebraba, hasta la reforma del calendario litúrgico de 1967, el día 1 de Enero.

 

INTRODUCCIÓN

Sin recelo en tanto mal, // viva el pueblo granadino//
porque sois, Niño Divino// nuestra salud celestial

Apeteciendo la ciencia, // Adán comió (qué ignorancia)
y de su fiel observancia// nos dejó el mal por herencia.
Ya nos cura la inocencia, // vertiendo hermoso coral.
Porque sois, Niño Divino, // nuestra salud Celestial.

Quiso Adán (su culpa asombre)// ser semejante a su Dios,
y este mal sanasteis Vos, // siendo semejante al hombre.
También fue salud tu nombre // de quien enfermó tan mal.
Porque sois, etc.

En delirio confirmado // entró la humana criatura,
y el Verbo en abreviatura // se recata por bocado.
Delirio es confeccionado// remedio tan divinal,
Porque sois, etc

¡O Sangre del alma mía,// con tanto amor derramada
que corres enamorada, // buscando mi mejoría!
Hijo hermoso de MARIA, // ¿por qué tu amor es penal?
Porque sois, etc.

¡O dura circuncisión! // ¡O crueldad del pecado!
que a un Niño tan delicado, // ha puesto en tal aflicción.
Tu sangre en circulación // nos sanó con favor tal.
Porque sois, etc

Cesen males tan mortales, // y empiecen ya nuestros bienes,
pues por nuestros males vienes // vuelve en bienes nuestros males.
Alabanzas generales // pide amor tan especial.
Porque sois, etc

Esa tu ciencia divina, // en accidentes tan varios,
hoy con remedios contrarios // ofrece la medicina:
Quien a admitirla se inclina // halla el remedio cabal,
Porque sois, etc.

Con hinchazón enfermó // el hombre por su altivez;
desde su tierna niñez // el remedio se aplicó:
tu grandeza se humilló, // vistiendo nuestro sayal.
Porque sois, etc

Ambicioso de riqueza // pecó el hombre en su avaricia;
contra su mortal codicia // es remedio tu pobreza,
por tal culpa, tu grandeza // nace en un pobre portal.
Porque sois, etc

Si fue nuestra fiebre impura, // por ser el hombre terreno,
nos aleja este veneno // lo dulce de tu hermosura:
el antídoto asegura // tu remedio Magistral.
Porque sois, et

Si el hombre es acometido // de la gula, o de la ira,
tu lenitivo le admira, // que en el pan le has ofrecido:
Niño tierno, y dolorido, // calla, y sufre el pedernal.
Porque sois, etc.

Si de envidia es accidente, // o pereza es su dolencia,
lléguese a la penitencia, // viendo tu amor diligente:
que el ver al hombre doliente // mortal hizo al inmortal.
Porque sois, etc.

Reciba salud la casa, // no escasa para Zaqueo,
que en casa de un menor veo// que hoy se derrama sin tasa:
Cuando esta palabra pasa, // dando el purpúreo raudal.
Porque sois, etc.

Siendo tantos los favores, // que debemos al Señor,
manifiéstase menor // en la clase de menores:
de este género loores // canta nuestro amor filial.
Porque sois, etc.

Venid, venid afligidos // a buscar vuestro remedio
que aquí encontraréis el medio // para no ser concluidos:
todos seréis socorridos // de su afecto liberal.
Porque sois, etc

Sacrificios de alabanza // le demos con gratitud,
hasta ver nuestra salud // en la bienaventuranza:
esta dulce confianza // nos da tu amor paternal.
Porque sois, etc,

Sin recelo en tanto mal // viva el pueblo granadino;
porque sois Niño Divino // nuestra salud celestial.
La vida en afecto igual // os damos con amor fino.
Porque sois, etc

Fuente: Archivo Histórico Diocesano de Guadix
Autor: José Rivera Tubilla