Guión para eucaristía del XXVI Domingo del Tiempo ordinario – Ciclo C
RECUPERAR LA GRATITUD
Se dice que la gratitud está despareciendo del “paisaje afectivo” de la vida moderna. Se desconfía del gesto realizado por pura generosidad, se ha hecho dogma de fe que nadie da nada gratis y que toda intención aparentemente buena oculta una impostura.
Tal vez esta afirmación sea algo exagerada, pero lo que sí es cierto es que, en nuestra «civilización mercantilista», cada vez hay menos lugar para lo gratuito. Todo se intercambia, se presta, se debe o se exige. En este clima social la gratitud desaparece.
Cada cual tiene lo que se merece, lo que se ha ganado con su propio esfuerzo. A nadie se le regala nada.
Algo semejante puede suceder en la relación con Dios si la religión se convierte en una especie de contrato con Él: «Yo te ofrezco oraciones y sacrificios y tú me aseguras tu protección. Yo cumplo lo estipulado y tú me recompensas».
Desaparecen así de la experiencia religiosa la alabanza y la acción de gracias a Dios, fuente y origen de todo bien.
Para muchos creyentes, recuperar la gratitud puede ser el primer paso para sanar su relación con Dios. Esta alabanza agradecida no consiste primariamente en tributarle elogios ni en enumerar los dones recibidos.
Lo primero es captar la grandeza de Dios y su bondad insondable, intuir que solo se puede vivir ante Él dando gracias. Esta gratitud radical a Dios genera en la persona una forma nueva de mirarse a sí misma, de relacionarse con las cosas y de convivir con los demás.
El creyente agradecido sabe que su existencia entera es don de Dios. Las cosas que le rodean adquieren una profundidad antes ignorada; no están ahí solo como objetos que sirven para satisfacer necesidades; son signos de la gracia y la bondad del Creador.
Las personas que encuentra en su camino son también regalo y gracia; a través de ellas se le ofrece la presencia invisible de Dios. El reconocimiento gozoso y la alabanza a Dios siempre son fuente de salvación.
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
1ª LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 5,14-17
En aquellos días, Naamán el sirio bajó y se bañó siete veces en el Jordán, como se lo había mandado Eliseo, el hombre de Dios, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva al hombre de Dios y se le presentó diciendo:
– Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que el de Israel. Y tú acepta un presente de tu servidor.
Contestó Eliseo:
– Juro por Dios, a quien sirvo, que no aceptaré nada.
Y aunque le insistía, lo rehusó.
Naamán dijo:
– Entonces, que entreguen a tu servidor una carga de tierra, que pueda llevar un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios de comunión a otro dios que no sea el Señor.
Palabra de Dios.
COMENTARIO A LA 1ª LECTURA
Naamán, jefe del ejército de Siria, quedó limpio de la lepra por bañarse en el río Jordán como se lo había mandado el profeta Eliseo. Este hecho sirvió para que Naamán hiciera profesión de fe en el Dios de Israel como el único Dios y anuncia que sólo daría culto al único Dios verdadero.
Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
R. El Señor revela a las naciones su justicia.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo; R:
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R:
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad. R:
2ª LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2,8-13
Querido hermano: Haz memoria de Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David.
Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor.
Pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen su salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna.
Es doctrina segura: si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.
Palabra de Dios.
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Pablo le escribe a Timoteo para decirle que, aunque ha sufrido mucho por proclamar el Evangelio de Jesús, sin embargo, todo lo aguanta para que los que reciban el mensaje de Jesucristo, que no se puede encadenar ni silenciar, se salven y alcancen la gloria eterna.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,11-19
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: – Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.
Al verlos, les dijo: – Id a presentaros a los sacerdotes.
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: – ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios? Y le dijo: – Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Palabra del Señor.
COMENTARIO AL EVANGELIO
Diez leprosos curó el Señor, pero sólo uno, que era extranjero, volvió para darle gracias. Fue el único que alcanzó la salvación de Dios.
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
VIDA AGRADECIDA
Hay quienes caminan por la vida con aire triste y amargado, su mirada se fija siempre en lo desalentador, no tienen ojos para ver que, a pesar de todo, lo bueno abunda más que lo malo, no saben apreciar tantos gestos nobles, hermosos y admirables que suceden todos los días en cualquier parte del mundo.
Tal vez lo ven todo oscuro porque proyectan sobre las cosas su propia oscuridad.
Otros viven siempre en actitud crítica. Se pasan la vida observando lo negativo que hay a su alrededor, nada escapa a su juicio, se consideran personas lúcidas, perspicaces y objetivas, sin embargo, nunca alaban, admiran o agradecen, lo suyo es destacar el mal y condenar. Otros hacen el recorrido de la vida indiferentes a todo, solo tienen ojos para lo que sirve a sus propios intereses, no se dejan sorprender por nada gratuito, no se dejan querer ni bendecir por nadie.
Encerrados en su mundo, bastante tienen con defender su pequeño bienestar cada vez más triste y egoísta, de su corazón no brota nunca el agradecimiento.
Muchos viven de manera monótona y aburrida, su vida es pura repetición: el mismo horario, el mismo trabajo, las mismas personas, la misma conversación, nunca descubren un paisaje nuevo en sus vidas, nunca estrenan día nuevo, nunca les sucede algo diferente que renueve su espíritu, no saben amar de manera nueva a las personas, su corazón no conoce la alabanza.
Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.
EL ESPÍRITU NO ESTÁ ENJAULADO
Frente a la actitud de las sectas, que se arrogan el monopolio del bien y creen tener a Dios en exclusiva, la Iglesia de todos los tiempos, pero especialmente la del Concilio Vaticano II, resalta que el Espíritu sopla donde quiere y actúa en la sociedad; por eso, – afirma el Concilio – la Iglesia también tiene que aprender del mundo, de los avances humanitarios de la sociedad; ha de escudriñar los signos de los tiempos, verdadera voz del Señor.
El Espíritu actúa en toda persona de buena voluntad. Dios no tiene santuarios especiales en los que únicamente realiza los milagros y atiende a los que le visitan.
El mundo es el gran templo en el que Dios habita y actúa y también habita y actúa en el corazón de cada persona. Dios está en el centro de los hombres que se asocian para luchar por una sociedad mejor.
No hay una actitud que predisponga más en contra de la fe, de la Iglesia y de cualquier institución o persona, que la altanería sectaria. Por eso el Papa Juan Pablo II pidió públicamente perdón a la humanidad por todos los errores y pecados de la Iglesia.
Es de justicia reconocer el bien de los demás, sus aciertos, sus éxitos, su generosidad, el bien que pueden hacer las instituciones culturales o humanitarias.
El reconocimiento sincero del bien del otro es condición imprescindible para el diálogo evangelizador, condición para que “los otros” presten oídos a nuestra propuesta evangélica.
Los cristianos deberíamos valorar con gozo todos los logros humanos grandes o pequeños y todos los triunfos de la justicia que se alcanzan en el campo político, económico o social.
Los políticos que luchan por una sociedad más justa, los periodistas que se arriesgan por defender la verdad y la libertad, los obreros que logran una mayor solidaridad, “están a favor de las propuestas de Jesús” si se esfuerzan por hacer este mundo más humano.
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
1ª LECTURA
Lectura del libro de los Números 11, 25-29
En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar enseguida.
Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda.
Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: —«Eldad y Medad están profetizando en el campamento».
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: —«Señor mío, Moisés, prohíbeselo».
Moisés le respondió:
– «¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!».
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 1ª LECTURA
En el libro de los Números se nos cuenta el episodio de dos ancianos del pueblo de Israel que profetizan sin haber recibido oficialmente encargo para ello.
Le comunican a Moisés este hecho con la intención de que les prohíba profetizar, sin embargo Moisés es capaz de reconocer que la acción del Espíritu Santo puede actuar en cualquier persona del pueblo de Dios
SALMO
Salmo responsorial: Salmo 18, 8. 10.12-13. 14 (R.: 9a)
- Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.
Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R.
Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine:
así quedaré libre e inocente del gran pecado. R.
2ª LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6
Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados.
Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final!
El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer.
Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Santiago se dirige a los ricos con unas palabras muy duras por acumular riquezas muchas veces como fruto de ser injustos con los más débiles no pagando con justicia a sus obreros.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:
– «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros».
Jesús respondió:—«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa.
El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno.
Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos la infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Palabra de Dios
COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO Jesús se dirige a sus discípulos para decirles que deben ser tolerantes con quien sin ser de los suyos hacen el bien. Para Jesús lo importante es vivir abiertos a la acción de Dios que actúa en todos los hombres. También les habla de las condiciones que han de cumplir quienes pretendan entrar en el Reino de Dios que son mantener una actitud vigilante para evitar aquello que nos impida la fidelidad al Señor. |
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
Jesús nos dice: “El que no está contra nosotros, está a nuestro favor”
El Evangelio de este domingo nos enseña:
Que el Señor reparte su Espíritu cuando quiere y a quien quiere. Nadie,–ni siquiera la Iglesia–, posee la verdad y el Espíritu en exclusiva.
Todo lo bueno es obra de Dios y proviene de Él. Buscar lo bueno y apoyar el bien, venga de donde venga, es unir fuerzas en la construcción del Reino y descubrir la presencia del Espíritu en todas partes y la acción salvadora de Dios en todos los hombres.
Que escandalizar es hacer caer al otro. Que nosotros podemos ser ocasión de escándalo por lo que el Señor nos pedirá que asumamos la parte de responsabilidad que nos toca.
No podemos juzgar ni criticar a los demás sin preguntarnos qué parte de culpa tenemos nosotros en el desánimo o en el retroceso de la fe de los niños, que son los más débiles y que necesitan más nuestro ejemplo y apoyo; del desencanto y la desilusión de los jóvenes que pueden abandonar su fe al ver nuestra falta de coherencia entre lo que decimos creer y nuestros actos concretos.
A veces damos más importancia a las apariencias y a las costumbres que a la verdad y a lo fundamental del mensaje de Jesús.
Que tenemos que tomarnos en serio la salvación. Esforzarnos en apartarnos con diligencia y firmeza de todo lo que nos separa de Dios y nos aleja de la salvación y poner empeño en ser fieles al mensaje de Jesús, viviendo de modo más auténtico.