Identidad y espiritualialidad del catequista #Catequesis

PRESENTACIÓN

Este tema tiene que tratarse al principio de la formación de los catequistas, por cuanto pretende situar y enmarcar la misma identidad de lo que ellos y ellas son. Además muy unido a lo que es la propia identidad se encuentra, así lo creemos, la espiritualidad. hasta anima, orienta e impulsa la misma acción pastoral que desempeñan. Nos atreveríamos a decir que sin espiritualidad no hay catequesis.

 

1.- OBJETIVOS

C Descubrir como creyente la llamada de Dios a un servicio evangelizador entre los ni?os y j?venes.
C Revisar la propia experiencia de creyente como persona llamada por Dios, a la luz de los contenidos que se presentan.
C Redescubrir el papel que tiene el catequista en la comunidad cristiana, para un mejor servicio en la transmisi?n de la fe.
C Vivir la propia espiritualidad del catequista como talante de actuaci?n en la acci?n catequ?tica.

2.‑ JUSTIFICACI?N DEL TEMA.

«No me han elegido ustedes a m?, sino que yo quien los he elegido a ustedes» (Jn.15,16). El catequista, a veces sin saber c?mo, se encuentra metido en la tarea de la catequesis. Las motivaciones en algunos casos son insuficientes, por ejemplo: «mi amigo/a es catequista», «es requisito del grupo», etc. De ah? la importancia de este tema para un verdadero descubrimiento de la vocaci?n del catequista.
Es cierto que cada d?a se est? tomando con m?s seriedad el hecho de ser catequista. Pero estamos todav?a lejos del ideal. Creemos que no nos equivocamos si afirmamos que la mayor?a acepta ser catequista para ayudar o porque le gusta, sin que se llegue a un planteamiento de responder a la llamada de Dios.

3.- SUGERENCIAS METODOL?GICAS

S Ser?a interesante antes de ver este tema que nos detuvi?semos a reflexionar sobre nuestra llamada, vocaci?n.
S El plantearse la vocaci?n de catequista es algo que uno no hace con frecuencia; por tanto, hemos ‑de tener en cuenta que algunos les puede resultar dif?cil. Se pueden preparar algunas vocaciones de la Biblia para que se puedan confrontar. Por ejemplo: Gn. 12,1‑9; Ex.3,7‑18;
S Un punto importante a destacar es ver que existe una ?ntima uni?n entre la vida cristiana‑experiencia de Dios‑y la misi?n evangelizadora.
S Tener en cuenta que lo que presentamos es el catequista ideal; la vida es un proceso y lo que pretendemos es ponernos al final de ese proceso para saber ad?nde hay que llegar. El tema puede ser la ocasi?n de descubrir lo que ya se est? haciendo como vocaci?n dentro de la iglesia.
S Este tema est? inspirado fundamentalmente en el documento El catequista y su formaci?n , n?meros 48,52 de la Comisi?n Episcopal de Ense?anza y Catequesis; y en el libro titulado Animadores de grupos de fe de la Delegaci?n Nacional Salesiana de Pastoral Juvenil.

4.- PARA INICIAR

S Hacer una lluvia de ideas sobre la palabra catequista
S Tambi?n podr?amos repartir fotopalabras de rostros y pedir que cada uno elija el que mejor representa al catequista.
S Componer una tira publicitaria que responda a este t?tulo. Siete razones para ser catequista. Analizarlas y despu?s ver cu?les son las razones m?s repetidas y cu?les aparecen menos o est?n ausentes.

5.- ACTIVIDADES PARA EL TEMA DE LA IDENTIDAD.

* Llevar redactado un breve relato de la propia vocaci?n de catequista y leerlo ante los dem?s.
* Preparar algunas preguntas para que cada miembro del grupo responda al c?mo y al porqu? ha llegado a ser catequista.
* Hacer que los catequistas comuniquen de dos en dos o de tres en tres, su propia vocaci?n.
* Profundizar esas ideas del tema que m?s hayan impactado.
* Analizar alguna vocaci?n b?blica.
* Tres personas se han preparado de antemano para someter a grupos de catequistas a la experiencia de ser educados seg?n los tres estilos: ‑ El Autoritario ? El dejar hacer ‑ El educador.

Despu?s de haber experimentado estas tres maneras y haber sido observadores en los dem?s, se hace un di?logo en que primero hablan los que estaban con el educador.

1?.‑ ?C?mo se han sentido ? ?Qu? han vivido ? ?Qu? les parece ?. Despu?s hablan los observadores.
2?.- Y as? se hace con los del segundo y el tercer estilo del educador.
3?.- Al final se pueden dar las notas caracter?sticas de cada estilo que est?n propuestas a lo largo de este tema.

6.- ACTIVIDADES PARA EL TEMA DE LA ESPIRITUALIDAD.

1/ ?Como definir?a al catequista?
2/ Personalmente: ?qu? entiendo por espiritualidad cristiana?
3/ De los rasgos enunciados ?en cu?l no estoy de acuerdo?
4/ ?Qu? rasgo me ha llamado m?s la atenci?n? ?por qu??
5/ Para completar la enumeraci?n: ?Qu? rasgo a?adir?as?
DESARROLLO DE LOS TEMAS

1. IDENTIDAD DEL CATEQUISTA

1.1/ ?Qui?n es el catequista?

El catequista es una persona de fe. Dos cosas, que se unen para formar una sola realidad. Se trata de ser persona madura y de ser persona madura creyente. «Se educa m?s por lo que se es que por lo que se dice o hace».

A/ Un creyente.

El catequista es alguien que cree en Jesucristo. No se considera perfecto y sabe que vive su fe con limitaciones; la vive en una comunidad, la Iglesia, a la que ha sido incorporado por el Bautismo; est? en camino, en b?squeda y en continua conversi?n. Recorre su camino guiado por Jes?s de Nazaret.

B/ Que tiene experiencia de Dios

Dej?ndose interpelar por la palabra de Dios, leyendo los acontecimientos de la vida, buscando con los dem?s, se sabe servidor del grupo en la tarea de animaci?n a la que se siente enviado.

1.2. El catequista es un enviado a anunciar el Evangelio

A/ Llamado por Dios

Ser catequista es una vocaci?n. Dios llama a personas que realicen ese servicio: Abrah?n, Mois?s, Jerem?as, Mar?a, los Ap?stoles. Y ?stas, con toda su libertad, responden. Hay una llamada y una respuesta. Para llamar al catequista, Dios se puede valer de muy diferentes circunstancias: la invitaci?n de un sacerdote, amigo, Hermano, la propia toma de conciencia, un cartel anunciador en la parroquia o el Colegio, el ejemplo de otro catequista. Cualquier situaci?n que le lleve a enrolarse s?lo ser? un medio concreto del que Dios se sirva para manifestarle su voluntad. La iniciativa en la llamada la tiene Dios, aunque a veces podamos pensar que todo fue una casualidad o que aquello se nos ocurri? a nosotros.

Anuncia el Evangelio

Aceptar ser animador es entrar en la din?mica del seguidor de Jes?s, que hace suya su causa, es decir, participa y prolonga su misi?n en el hoy. Jes?s » escogi? a los que quiso» y los envi? a predicar, les encomend? el anunciar el Evangelio por todo el mundo: » Id y haced disc?pulos a todas las gentes» (Mt 28,19)

3/ Estilo de Catequista

A lo largo de la historia ha habido muchas corrientes pedag?gicas como, muchos estilos de estar con los otros para acompa?ar a su caminar.
Tener un estilo es algo as? como tener un esp?ritu, que identifica y que da tonalidad a todo lo que se construye y a la manera como se construye. Siempre y todos tenemos un estilo propio, no s?lo de andar y de vestir, sino tambi?n de tratar… Lo importante es llegar a plasmarlo en algo visible, que sirva de referencia a todos los catequistas. Se trata tambi?n de evitar estilos negativos: » Este grupo es un desastre, cada uno hace lo que quiere, no hay unidad, es un desorden» . Esto tambi?n es un estilo, pero no a imitar.
Para finalizar este tema vamos a presentar al catequista tres modelos muy distintos de educador. O lo que es lo mismo tres maneras muy distintas de estar con los ni?os:

A) Catequista autoritario:

El catequista se sit?a por encima del grupo. Es una persona preparada. Se ha preparado un rollo perfecto y por encima de todo lo tiene que soltar, es el estilo tradicionalmente magistral.
El educador decide todo, pues cree que de ?l depende la marcha del grupo y se estima PERSONA CAPAZ de saber lo que es necesario para el grupo.
Consecuencias de ser educados as?, tan s?lo las podemos reducir a dos:
1?) SUMISI?N: Como est?n acostumbrados a que todo se lo den hecho, como «pap?» catequista ha decido siempre por ellos, siempre depender?n de algo o de alguien.
Ser?n los cristianos que ir?n a preguntar al cura: » padre ? tal cosa es pecado?.
2?) REBELD?A: O siempre estar?n en contra de alguien. Bastante tuvieron que aguantar en la catequesis. Ser?n cristianos renegados que no quieren ni o?r hablar de religi?n.
B) Catequista «dejar hacer»

El Catequista es pasivo. Est? m?s bien al margen del grupo. En todo caso sigue al grupo y todos y cada uno hacen lo que le vienen en gana. Es un falso animador.
?l chico as? educado no sabe ni qu? hacer…. Se desorienta, s? desanima… lo m?s probable es que a la tercera o cuarta sesi?n no acuda. Consecuencias de ser educados as?:

1? DESORDEN: no saben a que atenerse.
2? AGRESIVIDAD: El m?s fuerte se impone.
3? ABURRIMEINTO:
C) Catequista educador

El animador est? en el grupo. Est? como uno m?s pero sin perder su identidad: est? claro que el educador es ?l. Si est? con ni?os est? claro que ?l no es un ni?o, aunque sea amigo de los ni?os e intente hacerse ni?o: ?l es adulto o joven.
El animador se f?a de los miembros del grupo. Tiene dentro de ?l la actitud de las TRES A:

1? A – ACEPTA : a cada uno tal como es. Sin deformar su imagen, con sus cosas buenas y tambi?n con sus cosas malas que las conoce y no las ignora.
2? A – ADMIRA a los chicos que por una cosa negativa que tengan, al menos poseen siete positivas ya que sabe que » donde hubo pecado sobreabund? la gracia».
3? A – AMA al educando. Con todo su alma. El educando cree capaces a los miembros del grupo y los respeta ayudando a cada uno a conseguir los objetivos.
Su manera de actuar es cooperativa ya que ?l aporta algunas ideas, para a?adirlas a los dem?s. Intentan caminar juntos.

Consecuencias de ser educados as?:
El grupo est? motivado. Nadie es pasivo y cada uno tiene sus propias opciones.
Se desarrolla la participaci?n: Cada uno llegar? a ser protagonista de su propia fe..
El grupo adquiere madurez.

4/ La tarea del animador catequista en el grupo de catequesis
A/ Tareas
? Ser transmisor de la fe de la Iglesia
? Iniciar e integrar al grupo en la comunidad eclesial
? Iniciar en el di?logo con Dios y en la Oraci?n
? Ser testigo de la fe
B/ Funciones
? Ayudar al grupo a descubrir el ?rea de experiencia a la realidad humana.
? Promover la profundizaci?n en esa ?rea de la vida personal, comunitaria o social.
? Proponer signos y s?mbolos de Dios (b?blicos o eclesiales)
? Animar a que el grupo elabore diversas expresiones de fe

C/ Dos actitudes fundamentales en la fe del catequista
1?/ La condici?n adulta en la fe
? Unidad en torno a la fe de toda la persona.
? B?squeda permanente de la Palabra de Dios que lleva a una permanente conversi?n.
? Actitud de servicio y amor.
2?/ El servicio a la palabra
? Con sus dificultades y a trav?s de la oraci?n, con una actitud de humilde disponibilidad

2/ LA ESPIRITUALIDAD DEL CATEQUISTA

2.1/ INTRODUCCI?N

ACuando presentes una ofrenda al altar, si recuerdas all? que tu hermano tiene alguna queja en contra tuya, deja ah? tu ofrenda ante el altar, anda primero a hacer las paces con tu hermano y entonces vuelve a presentarla@ (Mt 5, 23-24).

Es bueno que desde el principio clarifiquemos algunas cosas y, as?, estemos situados/as en la reflexi?n que vamos a ir haciendo. Para ello, en un primer momento diremos lo que no es la espiritualidad cristiana y, en un segundo momento, concretaremos el marco de referencia en el que nos a moveremos

2.2/ LO QUE NO ES LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA
* No es el conjunto de devociones particulares que cada persona puede tener.
* No se refiere a la moral que tienen las personas concretada en unos valores.
* No es la pr?ctica de un determinado culto o participaci?n de los sacramentos.
* No es el conjunto de acciones privadas para cultivar mi esp?ritu y mi relaci?n personal con Dios.
* No se preocupa del alma, del esp?ritu de la persona y descuida el cuerpo: dualismo en la persona.

2.3/ EL MARCO DE REFERENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

La espiritualidad cristiana hay que situarla en la propia identidad del cristiano, en su vocaci?n. Es decir, que la espiritualidad cristiana tiene que ver con la vocaci?n cristiana, con mi ser de cristiano en su totalidad y no en una dimensi?n de mi ser de cristiano como puede ser el culto o la moral.

La espiritualidad, as? entendida, abarca a toda la persona. Porque ser cristiano implica a toda la persona no s?lo a una dimensi?n de la misma, por ejemplo su inteligencia. Varios autores nos lo dicen con m?s claridad:

J. A. Estrada: APodr?amos definir la espiritualidad como la vida seg?n el esp?ritu, es decir, la forma de vida que se deja guiar por el Esp?ritu de Cristo@.
S. Gamarra: AEs com?n presentar la espiritualidad como sin?nimo de vivir bajo la acci?n del Esp?ritu@.
G. Guti?rrez: AUna espiritualidad es una forma concreta -movida por el Esp?ritu – de vivir el evangelio@.

Ahora bien, nos podemos preguntar, como CATEQUISTAS -Seglares, Sacerdotes y Religiosos- )Tenemos algunas notas caracter?sticas y distintas en la forma de vivir la espiritualidad cristiana? S? podemos decir que la espiritualidad cristiana tiene una peculiar expresi?n y traducci?n -una manera de vivirse- en el ?mbito de la educaci?n cristiana o de la catequesis, como ocurre en cualquiera de los otros ?mbitos de la vida social y humana.

Por consiguiente, creemos que vivir seg?n la espiritualidad del CATEQUISTA conlleva una manera de vivir la vocaci?n cristiana. En este sentido ser catequista ser?a una vocaci?n espec?fica. Un don especial que te ha dado Dios para vivir ante los dem?s tu ser de cristiano o cristiana. Esto quiere decir que un/a catequista -Religiosos/a, Sacerdote o Seglar- vive su vocaci?n cristiana espec?fica desde el ?mbito de la catequesis. Esto le comporta y exige un estilo de vida evang?lica ante los dem?s: sea en el ?mbito familiar, en el laboral o en el parroquial…
Con lo dicho hasta ahora podr?amos apuntar algunos rasgos que configurar la identidad y espiritualidad del catequista:

11/ Desde su vocaci?n cristiana se siente enviado/a por el Esp?ritu de Cristo para anunciar el evangelio.
21/ Primordialmente su acci?n catequ?tica se orienta a los ni?os/as, adolescentes o j?venes y adultos, con la finalidad de acompa?arles en su formaci?n integral desde el estilo evang?lico.
31/ Su competencia profesional, es signo de que su tarea catequ?tica est? motivada desde el evangelio.
41/ Su acci?n no se queda en la mera exposici?n sino que va m?s all? y se acerca a cada educando, pues sabe, que la personalizaci?n es el camino m?s adecuado en una verdadera educaci?n de la fe.
51/ Esta perspectiva tiene en cuenta la educaci?n en los valores, que en un primer momento se lleva a cabo con el testimonio personal de vida evang?lica y luego aparecer? la pedagog?a y did?ctica de c?mo habituar al educando en los valores humanos, sociales y cristianos.
61/ Todo esto no lo hace solo sino desde la Comunidad Cristiana: en donde se vive, se comparte la vida y lo que se es y, por supuesto, se celebra la fe. Adem?s teol?gicamente hablando es la Comunidad la que env?a al catequista a realizar su Misi?n catequ?tica.
71/ …Y en el contexto de la Misi?n Compartida. Es decir, que son conscientes de compartir corresponsablemente la misma Misi?n: Sacerdotes, Religiosas/os y Seglares.
81/ Su testimonio como catequista no se queda en la Parroquia, pues sabe, que su ser de cristiano es referencia tambi?n, fuera de la misma: en la familia, en la asociaci?n de vecinos, en las ONGs que participe, en el club de tiempo libre,… (por poner algunos ejemplos).
91/ Aunque ser catequista es un don de Dios y su Gracia est? en nuestras vidas, ello no significa que se nos den las cosas hechas. Como en la Par?bola de los Talentos, el don que hemos recibido lo tenemos que cultivar, es nuestra obligaci?n desarrollarlo hasta donde pueden dar de s? nuestras posibilidades. Y claro, esto supone esfuerzo, superaci?n, ascesis que se dec?a antes, tiempo de reflexi?n y oraci?n. En definitiva tiempo de encuentro con Dios para que su Esp?ritu nos mueva, nos estimule, nos anime a realizar en plenitud nuestra vocaci?n de catequista, con la seguridad de que as? seremos felices y estaremos contribuyendo a la felicidad de los dem?s.
101/ Y para terminar con la enumeraci?n de algunos de los rasgos que configuran la identidad y la espiritualidad del catequista, se?alamos la premisa o clave que se hace necesaria si deseamos que se den todas los dem?s:

Nuestra acci?n educativa en la fe, como catequistas, no se llevar? a feliz t?rmino sino tenemos como primera urgencia a los pobres, a los excluidos de nuestra sociedad, tanto si trabajamos directamente con ellos como si concienciamos a nuestros catequizandos y a cuantas personas est?n implicadas en la Misi?n evangelizadora en que debemos seguir construyendo el Reino de Dios aqu? en la tierra. Lo que supone apostar por la justicia y la misericordia b?blicas.

As? es como entendi? Jes?s su Misi?n y se lo explic? a sus paisanos en la sinagoga de Nazaret:
AEl Esp?ritu del Se?or est? sobre m?. El me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir pronto a los oprimidos y a proclamar el a?o de la gracia del Se?or… Hoy se cumplen estas profec?as que acaban de escuchar@ (Lc 4, 16-21).

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