La Acción Católica reclamó una vida digna y plena para todos

Lomas de Zamora (Buenos Aires), 13 Oct. 09 (AICA)

Los asambleístas llenaron de colores el estadio

Decenas de miles de personas se congregaron ayer en el estadio del Club Atlético Témperey donde al mediodía tuvo lugar el acto y la misa de clausura de la 26ª la Asamblea Federal de la Acción Católica Argentina (A.C.A.), que se desarrolló del 10 al 12 de octubre en la diócesis de Lomas de Zamora con el lema: “En Jesús, vida digna y plena para todos”.

Con este encuentro se puso fin a una verdadera fiesta que congregó a más de diez mil personas, entre los participantes de la Asamblea (más de cinco mil) y los que asistieron a los actos masivos que estuvieron abiertos al público en general, como los actos de apertura y clausura en el estadio de Témperley y el festival popular realizado anoche en la plaza Grigera, de Lomas de Zamora.

En esta oportunidad los militantes de todas las edades mostraron una vez más su entusiasmo y alegría representados en las banderas, los pañuelos, los bombos y redoblantes que le pusieron música y color al lugar.

Al comienzo del acto se proclamaron las autoridades que van a estar al frente de la institución durante el trienio 2009-2012 y pronunció un discurso el nuevo presidente nacional, el ingeniero Emilio Inzaurraga, quien advirtió sobre la pobreza y la inequidad que, “a pesar de los esfuerzos realizados, siguen siendo problemas fundamentales”.

Advirtió también sobre “el desprecio por el valor de la vida propia y ajena, que muchas veces no se reconoce explícitamente pero que se traduce en gestos y acciones como la violencia, la inseguridad, la drogadicción, el alcoholismo y el aborto, la desvalorización de la vida en familia y la indiferencia frente a los temas de la tarea pública que evidencian que, en muchas decisiones o propuestas, falta una concepción trascendente de la vida y ser consecuentes con el respeto y la promoción de la realidad humana”. Estas son realidades que “todos debemos asumir con responsabilidad”.

O es una Acción Católica misionera, o no es

A continuación comenzó la Eucaristía que estuvo presidida por el asesor nacional, monseñor Luis Armando Collazuol, obispo de Concordia, concelebrada por el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones, y los obispos auxiliares de Buenos Aires, Luis Fernández y Eduardo García, además de casi setenta sacerdotes.

Al comienzo de la misa se leyó el decreto de la Penitenciaría Apostólica por el que se concede indulgencia plenaria a los miembros de la A.C.A. que participen de la Asamblea y a los fieles “que busquen obtenerla uniéndose de corazón a los fines del Año Sacerdotal”.

En la homilía, el pastor entrerriano sostuvo que “ayudar a que nuestros hermanos puedan vivir más dignamente es un desafío y es tarea de todos”. Esto se plasmó en la Asamblea a través de gestos misioneros, que fueron más bien “signos misioneros”. En ese sentido destacó la necesidad de reforzar la identidad misionera de la institución: “O es una Acción Católica misionera, o no es”.

Mientras se prepara la celebración del Bicentenario de la Patria, llamó a “promover el compromiso misionero hacia una sociedad más justa y responsable” y precisó que en este marco, la dignidad de la vida se juega en los ejes “inclusión-exclusión” y “comunión-aislamiento”, y esto pasa a ser el eje de la misión.

Por último, manifestó su deseo de que la Acción Católica vuelva a ser “cuna, hogar y escuela de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada” y pidió a los jóvenes que respondan con generosidad al llamado: “Que hoy sepan decir que sí, por lo menos a una búsqueda sincera de responder al Señor”, lo que motivó los aplausos de todo el estadio.

Las nuevas autoridades

La Conferencia Episcopal Argentina designó presidente de la A.C.A. al ingeniero Emilio Inzaurraga, y vicepresidentes primero y segundo, a Rafael Corso y Graciela Espinoza, respectivamente. En tanto el obispo de Concordia, monseñor Luis Armando Collazuol, seguirá siendo el asesor general, y vice-asesor será el presbítero Luis Horacio Casella.

La apertura

La Asamblea había comenzado el sábado 10 de octubre por la tarde también en el estadio de Temperley, con el acto y la misa de apertura que presidió el obispo de la diócesis anfitriona, monseñor Jorge Lugones, concelebrada con por monseñor Luis Collazuol, asesor nacional; el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, y los obispos Rubén Oscar Frassia (Avellaneda-Lanús) y Guillermo Rodríguez-Melgarejo (San Martín), más alrededor de cincuenta sacerdotes.

En la homilía el obispo pidió a Dios por los jóvenes que “hoy sufren porque no tienen una familia, porque no tienen amigos, porque hoy están solos; porque para ellos la vida es pesada, se hace difícil y no tienen esperanza”. También “por los jóvenes que hoy padecen la depresión, los que se sienten abusados, los que son víctimas de la violencia familiar; de la marginación social: por ser aborígenes, pobres, por el color de su piel o por su cultura, porque fueron prostituídos o porque los derrotó la droga”.

Despedida del presidente

En la oportunidad se despidió el presidente saliente, arquitecto Alejandro Madero, quien advirtió sobre la pobreza “escandalosa más allá de la pelea absurda de los porcentajes que se manejan”, sobre “la droga y el alcohol están haciendo estragos en tantísimos jóvenes carentes de ideales que le den sentido a sus vidas” y sobre “tantos hermanos que no tienen acceso a una vivienda digna”.

El desarrollo de la Asamblea

El sábado por la noche los asambleístas se reunieron en nodos y el domingo, que fue la jornada más intensa, trabajaron por áreas, realizaron distintos gestos solidarios y misioneros, y por la noche se congregaron en la plaza Grigera de Lomas de Zamora donde tuvo lugar un festival musical abierto al público.

Ese día trabajaron en talleres relacionados con los ámbitos de Familia, Bien Común, Justicia e Inclusión Social, Trabajo y Educación, simultáneamente se realzó un encuentro de oración ecuménico por la paz en la Iglesia Metodista de Lomas de Zamora.

También realizaron gestos misioneros visitando la Unidad Penitenciaria Nº 40 de Ezeiza; el hospital Gandulfo de Lomas de Zamora; dos comedores comunitarios del barrio de Villa Albertina (Lomas de Zamora) y un asentamiento en la zona de Burzaco (Almirante Brown).

Encuentro de jóvenes

Una mención merece el encuentro que se llevó a cabo en el colegio Santa Inés de Turdera, en el que más de 2.500 jóvenes renovaron su vocación misionera para “darle vida en abundancia a todos los jóvenes”.

Al son de bombos y redoblantes fueron llegando los grupos desde los distintos nodos al gimnasio, donde durante todo el día reflexionaron en torno al lema de la asamblea.

La imagen de Nuestra Señora de la Paz, patrona de la diócesis lomense, presidió el encuentro, que comenzó con la bendición de monseñor Collazuol.

A partir de una representación teatral, a cargo del grupo Nuestra Señora de Luján de González Catán, se fueron identificando los “rostros” del dolor y las amenazas que acechan a los jóvenes, y a Jesús como camino para alcanzar la vida en abundancia.

También participó de la jornada el padre Mamerto Menapace OSB, a quien escucharon atentamente. El religioso les planteó que “la vida que les ha dado Dios es muy valiosa, pero sólo cuando la gasten va a tener el valor que deba tener”, y luego de sus habituales cuentos, se despidió pidiéndoles a los jóvenes “dejar el pesimismo para tiempos mejores”.

Después de un momento de trabajo en grupos, se celebró la Eucaristía presidida por monseñor Collazuol, concelebrada con los obispos Baldomero Carlos Martín, de San Justo, y su auxiliar, Damián Vitar.+