Las confesiones del Papa

Luis Fernando Valdés
Periódico AM Querétaro, 16/mayo/2010

Benedicto XVI realizó en Portugal su 15e viaje pastoral fuera de Italia. Después de cada una de las visitas apostólicas de este Papa a los diversos países, la imagen del Pontífice ha quedado reforzada. Entre los nubarrones de la crisis mediática de la Iglesia, provocada por los escándalos de abusos por parte de sacerdotes, ahora “conquistó” a… los propios periodistas.

Este viaje apostólico (del 11 al 14 de mayo pasados) inició con la tradicional conferencia de prensa en el avión, camino hacia Lisboa. Le preguntaron al Papa por el “tercer secreto” de Fátima, y el Santo Padre dio una respuesta bastante inesperada, por lo fuerte de sus palabras, por lo profundo de la autocrítica por parte de la cabeza de la Iglesia.

Explicó que esa revelación privada ya se cumplió, pero que su mensaje de penitencia sigue siendo actual: “se habla, se ve la necesidad de una pasión de la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa, pero el Papa está por la Iglesia y, por tanto, son sufrimientos de la Iglesia los que se anuncian”.

Y explicó que estos sufrimientos tan fuertes son provocados por la Iglesia misma: “La novedad que podemos descubrir hoy en este mensaje reside en el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen de fuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado que hay en la Iglesia”.

A continuación, el Sucesor de Pedro dio un mensaje escalofriante: que estamos presenciando “la mayor persecución de la Iglesia”, la cual “no. procede de los enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia y que la Iglesia, por tanto, tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender, de una parte, el perdón, pero también la necesidad de la justicia”.

Ante esta claridad del Romano Pontífice, las reacciones no se hicieron esperar. Rachel Donadío, la corresponsal del “New York Times”, periódico que ha mostrado una especial agresividad en su cobertura de la crisis de los abusos en la Iglesia, reconoció que “Benedicto XVI emitió sus declaraciones más contundentes sobre la crisis de abuso sexual que barre a la Iglesia Católica” (www. nytimes.com del 12.V.2010).

Por su parte, el vaticanista del diario español “El País”, Miguel Mora, conocido por su poca simpatía hacia Juan Pablo II, escribió un sorprendente artículo, en el que alaba al actual Pontífice. Según Mora, “cuando el escándalo de la ocultación de la pederastia clerical ha generado la peor crisis de la Iglesia católica en décadas, Ratzinger ha dado lo mejor de sí mismo y ha liderado, con un coraje y una ferocidad de gladiador solitario, impropios en un hombre de 83 años” (“El gladiador solitario”, en www.elpais.es del 12.V.2010).

La sincera actitud del Papa Joseph Ratzinger de aceptar los problemas de la Iglesia, y de enfrentarlos con valentía, empieza a ser reconocida por algunos de los vaticanistas menos favorables al Obispo de Roma; pero desde mucho antes fue ya reconocida y admirada por la gente común y comente. La prueba es que durante la Misa celebrada en la explanada del Santuario de Fátima el 13 de mayo, se reunieron 500 mil personas, mientras que justo 10 años antes, ahí mismo, Juan Pablo II fue acompañado por 400 mil.

Benedicto XVI no ha intentado maquillar la crisis de la Iglesia, sino que la ha denunciado con valentía. Por eso, este Papa en poco tiempo será reconocido por la fortaleza para enfrentar los problemas profundos de la Iglesia.

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