‘TIERNA FISONOMÍA’ – Proyecto de trabajo musical en campaña de crowdfunding

DOMINGO PÉREZ BERMEJO, musicoterapeuta, cantautor, domingo@domingoperez.net

MURCIA.

ECLESALIA, 07/05/13.- “Cuando sabemos darla y también recibirla, nos damos cuenta que se halla presente en todas partes: en un perro, en un amigo o en una desconocida. En la “bolsa” de los sentimientos es el único “valor” seguro. Pues al no ser interesada, es incapaz de hacer cálculos. No pide nada, no espera nada. Se basta a sí misma. Somos como barcos partiendo todos juntos en la pesca de la ternura” (Jacques Brel).

Supongo que eso es lo que me ha pasado a mí. Porque reconozco que realizo expediciones mar adentro cada día en busca de la mejor ternura. Pero fue en 2006 cuando me decidí a expresar con palabras y con música esa búsqueda porque había comprendido su verdadero valor y la necesidad que tenía de ella. En la lucha, nunca te olvides de la ternura, decía el Ché, y yo me había olvidado muchas veces y durante mucho tiempo de ella. Otras, no me había atrevido a expresarla.

Y así, poco a poco, fueron surgiendo palabras y canciones que hablaban de ternura sensual, de íntimos y hermosos momentos con la amada. Palabras y música que hablaban de la ternura que me producían mis hijas. Palabras y música de solidaridad con la lucha de obreros y pueblos, expresión de ternura a nivel global. Palabras y música hacia amigos derrotados que intentaba levantar con mis notas. Palabras y música por la alegría de encontrarme con mis amigos bajo un hermoso cielo estrellado. Palabras y música tiernamente dirigidas a mujeres y hombres maltratados. Incluso palabras y música de ternura hacia mí mismo intentando quererme como soy.

En pleno cambio profesional, después de un episodio de corazón (me han dicho que es mejor decir eso que infarto), llegó Guille Rizzotto, argentino, guitarrista, compositor, productor, amigo del alma que me hizo creer que merecía la pena dar a conocer estas canciones. Y de forma muy amable y muy tierna, en mi casa, en la suya, en el campo, fuimos registrando música y sentimientos, carcajadas y emociones, acompañados de un grupo de músicos excepcionales como mi querido Pablo Giménez o el Purga.

Todo quedó aparcado por la urgencia de dar un virage muy importante en mi vida profesional ¡a los cincuentaytantos! Y llegué a donde tantas veces había soñado, la MUSICOTERAPIA. ¡Ejercer la ayuda con música! Son éstos, años en los que, sobre todo, tomo conciencia de que, en todo caso, soy un sanador herido que intenta ayudar sin que sus heridas se interpongan, ejerciendo sobre todo la escucha profunda y dejando que la música de los usuarios rebote en mí y sane, mejore, fortalezca, acompañe, acaricie o haga esbozar una sencilla sonrisa.

Y me olvido de mi faceta de cantautor (que tan gratos momentos me ha proporcionado)… hasta ahora que, todo sea dicho, resurge en ayuda de mi familia, de mi actividad profesional, de mi simple subsistencia, presentándose como una oportunidad de seguir reinventando mi futuro y el de mi familia. Ésta, mi familia, es la que ha apoyado esta iniciativa difundiendo, colaborando, con esos hermosos dibujos de mi hija Rocío. Sin mi familia, no hubiese dado este paso que tanto nos cuesta a los que nos hemos creído fuertes y autosuficientes para terminar diciendo: ¡Necesito tu ayuda! Dándome cuenta, ahora, que siempre he necesitado la ayuda de otras personas y que siempre la he tenido. La ternura te proporciona la energía suficiente como para llegar a esa conclusión serenamente.

Y aquí estoy, siguiendo la invitación de esta familia tan inmensa y tierna de Eclesalia, invitando a sus muchos lectores a asomarse al proyecto que hemos puesto en marcha. Lo mismo os gusta. Igual os apetece colaborar. En cualquier caso, gracias. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Si queréis información la campaña y de cómo colaborar en él, entrad en la página del proyecto en Verkami: http://www.verkami.com/projects/5338

Un abrazo.

eclesalia.net