Reflexión del libro de Isaías 42, 1-4. 67

Lectura del libro de Isaías 42, 1-4. 67

Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.

Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.

Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

El profeta Isaías eleva un canto al siervo del Señor. Este siervo está llamado por Dios y formado por Él para traer la justicia a las naciones, implantar el derecho y las leyes en la tierra. Es el elegido por Dios para alumbrar en las tinieblas