Salmo responsorial 26 – ¡Contemplaré la bondad del Señor!

SALMO RESPONSORIAL 26, 7-9c. 13-14

R. ¡Contemplaré la bondad del Señor!

¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz,
apiádate de mí y respóndeme!
Mi corazón sabe que dijiste:
«Busquen, mi rostro». R.

Yo busco tu rostro, Señor,
no lo apartes de mí.
No alejes con ira a tu servidor,
Tú, que eres mi ayuda. R.

Contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor. R.

Reflexión del Salmo 26

El salmista nos invita a confiar siempre en Dios, a pesar de que se levanten en contra nuestra muchos enemigos, pues el Señor vela siempre por los suyos.

Acudamos al Señor para que sea Él quien nos señale el camino por donde hemos de ir hasta encontrarnos con Él, no sólo en su templo, sino en la Vida eterna.

Entonces podremos levantar la cabeza ante los enemigos que nos hostigaron y disfrutaremos eternamente de la Victoria de Cristo.

Puesto que nosotros creemos en Dios, como Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro, Él espera de nosotros una plena confianza en Él; no podemos tener una fe movida por cualquier viento.

Si creemos realmente que el Señor está con nosotros hoy y siempre no permitamos que lo difícil de algunos momentos de nuestra vida desalienten nuestra esperanza, sino que luchemos constantemente por hacer presente el Reino de Dios entre nosotros, aun cuando tengamos que pasar por la muerte para entrar en la Gloria, junto con Cristo.

Acudamos con fe al Señor y pidámosle que fortalezca nuestras manos cansadas, nuestras rodillas vacilantes y que nos ayude a convertirnos en fieles testigos de su amor y de su misericordia en el mundo.

Volvamos a casa, y al trabajo o al estudio, firmemente afianzados en Cristo, para que por nuestro medio, invite a todos a la conversión y a la participación de su Vida eterna