“Para poder ser testigos de Jesús, lo primero que les aconsejo es tener una relación y una amistad sincera con Dios”, reflexionó el Cardenal Juan Luis Cipriani
Durante su homilía, el Arzobispo de Lima comentó que la penitencia, el sacrificio, la purificación y ese deseo de mejorar, deben ser una tarea diaria que nos acerque a Cristo para pedir perdón por nuestros pecados.
Mencionó que ese relativismo que gobierna el mundo de hoy no acepta el mensaje divino y que, desde los primeros instantes, rechaza a Dios. Por eso, para reconocer a Cristo en nuestras vidas, es necesario tener una mirada y un corazón limpios.
“El sacrificio, el dolor, la penitencia, el insulto, el maltrato, el odio, es el pago que este mundo da a quien dice la verdad, a quien quiere ayudarlos”, prosiguió.
De este modo recordó a los primeros apóstoles, quienes eran la fuerza de la Iglesia, eran el testimonio de Jesús y aunque fueron prohibidos de enseñar en su nombre, ellos continuaron con su misión de difundir su palabra, ya que tenían la consigna de “Obedecer a Dios antes que a los hombres”.
Arzobispado de Lima