Vestida de lágrimas | PADRE GUILLERMO SERRA

Vestida de lágrimas | PADRE GUILLERMO SERRA

https://www.youtube.com/watch?v=0RQbvArsrS4

«De mi vida errante llevas tú la cuenta, ¡recoge mis lágrimas en tu cántaro!» (Salmo 56,9)

REFLEXIÓN

Tus lágrimas son preciosas a los ojos de Dios

Pocas cosas te visten como las lágrimas. Cuando tus ojos se llenan de ellas, cualquier otro rasgo de tu atuendo pasa a segundo plano; al primer asomo de una lágrima, tu vestido, los zapatos, tu peinado, pasan desapercibidos. Y es que las lágrimas comunican la esencia femenina por excelencia: el amor.

Lágrimas ante el dolor de un ser querido, de preocupación por un hijo enfermo o descarriado, de impotencia al no poder resolver la vida de los que quieres, de sufrimiento al ser olvidada o traicionada. Pero también lágrimas de alegría que brotan y decoran tu sentimiento más hermoso.

Unas lágrimas que surgen como necesidad, como expresión física de lo que vives dentro. Son como el rocío de la mañana que cubre el campo reflejando la belleza de la creación. Si, sean de dolor o de alegría, tus lágrimas son preciosas perlas que Dios ofrece al mundo como hermoso vestido.

Lágrimas que casi siempre derramas en soledad y en silencio por no querer preocupar o molestar a otros. Lágrimas que limpias rápidamente con un pañuelo y buscas borrar retocando el maquillaje.

Sí, aparentemente en esos momentos parecieras estar más sola que nunca, y sin embargo, Dios no pierde ni una sola de ellas, más bien las va recolectando en ese cántaro sin fondo que se llena de amor y que escribe tu historia.

Tu dolor no le es indiferente a Dios, y lo único que quiere es que sufras con Él, como Él sufre contigo; que recuerdes que los que lloran son bienaventurados porque serán consolados; que confíes en su promesa de alegría plena en el cielo.

Contempla cómo María se vistió de lágrimas al pie de la cruz y cómo en silencio y en abandono confiado sus lágrimas fueron convertidas en vida y resurrección.

Que la vida es un valle de lágrimas, toda mujer lo sabe de sobra. No te niegues a derramarlas, no pretendas ocultarlas. Cada lágrima tuya es medida de tu amor, y te viste de manera única y especial para presentarte ante Dios con fe y esperanza en su fidelidad a sus promesas.

TEXTO PARA MEDITAR

Pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos. (Ap 7,17)

RECORRIDO/TAREA

Recuerda las últimas veces que has derramado lágrimas, preséntalas a Dios, y transfórmalas en oración diciendo en voz alta: soy dichosa cuando lloro porque seré consolada (Mt 5,4)

ORACIÓN

CÁNTICO EN LA OSCURIDAD

Es cierto
que esta noche es mas oscura
que la otras noches bajo otras lunas,
que el silencio emerge,
que la piedra talla,
que mueren lento algunas chispas de esperanza.

Es cierto
que el dolor agita el alma y sus angustias,
que ya no hay palabras,
que la voz se calla,
que todo se hace nada,
que en la nada hay un misterio,
que el misterio envuelve la frágil vida humana.

Es cierto
que el agua corre desnunda a modo de pregunta
convertida en lágrima,
que la respuesta huye,
que la búsqueda se acaba,
que en la inmesidad el porqué aguarda,
que en el sinsentido hay una razón
vital, espléndida, cálida

Es cierto
que en lo profundo tu presencia no abandona
que la piedra, la noche y la nada se transforman
en seguridad y confianza,
que el final es comienzo,
que en la soledad acampas,
que en la oscuridad haces resurgir
un amanecer de paz y gracia.

Del libro: “Jesús a mi alma”
© P. Guillermo Serra, L.C.

Espero sus comentarios en mi correo saldetucielo@gmail.com

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