Vivamos armoniosamente | Consejos para la vida

Vivamos armoniosamente | Consejos para la vida

Frena tu lengua para que no se desboque;
di siempre menos de lo que piensas.

Cultiva una voz baja y persuasiva;
la forma como lo dices, a veces
cuenta más que lo que dices.

Nunca dejes pasar la oportunidad
para decir una palabra amable y alentadora.

Elogia el trabajo bien hecho,
sin importar quién lo hizo.

Interésate en los demás;
en sus ocupaciones, en su bienestar,
su hogar y su familia.

Haz que todo aquel que encuentres,
no importa cuan humilde sea,
sienta siempre que tú lo consideras
una persona muy importante.

¡Sé jovial!

Oculta tus dolores, tus preocupaciones
y tus desengaños bajo una sonrisa,
animosa y sincera.

Mantén tu mente abierta respecto
a todos los problemas,
puedes discutir pero sin disputar.

Deja que tus virtudes hablen por si solas
y no menciones los vicios de los demás.

No alientes la murmuración.
Debes imponerte la regla de no decir nada
sobre otra persona si no es algo bueno.

Ten cuidado con los sentimientos
de los demás; los chistes y bromas
a expensas de otros, pocas veces
son acertados y pueden herir
donde menos esperas.

No pongas atención a comentarios
malévolos acerca de ti, simplemente
vive de tal modo que nadie los crea.

Los nervios trastornados, con frecuencia
ocasionan contestaciones mordaces.

No te desesperes por conseguir
lo que crees que mereces.
Realiza tu trabajo, sé paciente
y conserva tu buen carácter.

Considera a las demás personas
antes que a ti mismo y serás
respetado y recompensado.

Y por sobre todo, en todo momento
y en toda ocasión, aférrate al Señor.