Camino de Cuaresma con el Padre Guillermo Serra | Tengo tu nombre tatuado

TENGO TU NOMBRE TATUADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponernos en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

ORACIÓN INICIAL

Sólo en Dios descansaré, de él viene mi esperanza, sólo él mi roca, mi salvación, mi baluarte; no vacilaré. En Dios está mi salvación y mi honor, Dios es mi roca firme y mi refugio. Confiad siempre en él, pueblo suyo; presentad ante él vuestros anhelos. ¡Dios es nuestro refugio!

Salmo 61, 6-9

CITA

“Mira, tengo tu nombre tatuado en la palma de mis manos”.

Isaías 49, 16

REFLEXIÓN

Dios me conoce por mi nombre. Conoce cada uno de mis pensamientos, no se le ocultan cada uno de mis pasos. Su corazón está encendido de amor por mí y para comprobarme que esto no cambiará, me demuestra que tiene mi nombre tatuado en la palma de su mano. Un tatuaje es permanente, lo que implica que nadie podrá borrarme de su amor.

Esta expresión es mucho más profunda de lo que parece. Es un amor que se inclina para servir. En la época del Antiguo Testamento, los Reyes tatuaban con fuego en la palma de las manos el nombre suyo a todo esclavo de su reino, de modo que si se escapaba, siempre se sabría que era un esclavo y quién era su dueño. Al usar esta expresión, Dios lo que está diciendo en realidad es: “te amo tanto que me hago tu esclavo, me tatúo tu nombre para que sepas que yo te pertenezco, que yo soy tuyo”. Podríamos decir que es la versión antigua de lo que nos dirá Jesús: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos”.

Con esta imagen y experiencia, ¿quién podrá dudar del amor de Dios? Aunque haya pruebas, sufrimientos, dificultades, sabemos que Él nos ama tanto que su nombre está grabado en la palma de sus manos. Él es mío, ahora yo tengo que tomarme siempre de su mano amorosa de Padre y confiar, mientras cruzo este desierto de la esperanza que me abre las puertas al del amor.

ORACIÓN

ME DIJERON

Una tarde de soledad y cansancio
Una cruz que se abandona
Un silencio que regresa
Un adiós de alguien muy amado

Me dijeron que estás vivo
Me dijeron que a mi lado siempre estás
Me dijeron que la paz es tu promesa
Me dijeron que en brazos me cargabas

No sé si creer este mensaje
Tantas decepciones como heridas
Muchos vienen y se van
dejando ideas y promesas

Me dijeron que los sordos oyen
Me dijeron que los paralíticos se mueven
Me dijeron que alimentaste a miles
Me dijeron que el agua ahora es vino

Escucha, Jesús, mi palabra y devuélveme el oído
Toca mi corazón y deja que se mueva hacia ti
Dame tu pan de vida y fortalece mi esperanza
Déjame beber el vino de tu amor

Me dijeron, pero ahora digo porque sé
Me dijeron, mas ahora, te escucho y te puedo ver
Me dijeron pero hoy quiero gritarte
Gracias, Señor, porque me has llamado por mi nombre

Del libro Jesús a mi alma. P. Guillermo Serra, L.C.

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PROPÓSITO

En oración, abrir las palmas de las manos hacia el cielo, mirarlas, contemplar sus pliegues, líneas y dar gracias a Dios porque conoce cada milímetro de ellas y sobre todo, porque Él en las suyas tiene tatuado mi nombre.

Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.