El amor sin límites encarnado en su propia esencia, el AMOR de una MADRE

DÍA DE LA MADRE | El amor sin límites encarnado en su propia esencia, el AMOR de una MADRE

Madre, a tí, a ese ser especial,
única entre todas las especies,
protectora de su huerto,
amante sin descanso de su lucha,

desdén de sus pensamientos,
soñadora de virtudes,
a tí madre, por ser mujer,
por ser polivalente,

y siéndolo tornado de pasiones encontradas,
paraguas que sustenta la lluvia
dibujando cada área de un color,
a tí madre que apartas piedras del camino

y con un gran soplo dejas grandes
áreas preparadas para ser
nuevamente trabajadas, con ejemplo,
germinando acompañando

los cinco dedos de una mano,
y acompañados ninguno cortas,
todos tienen el mismo color,
mismo barro, pero diferente historia,

y tenida, gracias madre,
por tu bella aurora cada mañana,
por tu reflejo de identidad,
por tu sabia naturaleza,

y sabia, tú madre,
legado de fortuna dejas sembrado,
alargas tus manos donde cada línea visualiza,
el saber andar no correr,

el saber escuchar no oír,
el observar, no mirar,
el besar del alma, no la piel,
y sabido grita tu interior aunque cuervos

y jilgueros haya a tu alrededor,
eterna sufridora con el desvarío de sus hijos,
pieza fundamental del puzzle
que significa la vida, a tí madre,

el todo del amor universal,
incondicional sin acomodar
un ápice de su entrega profunda,
y entregada no queda trigal alto sin segar,

ni calzado sin desgastar, madre,
a tí, por tu complejidad, perfección,
pureza, alma con corazón,
bella dama, gran señora de su firmamento

y siéndolo no hay final en tu camino,
para tí no existe el adiós, sí,
el hasta luego y en ese hasta luego,
tenida presente o dejada esta vida,

tu esencia perdura eternamente
con cada gota haces sentir
que siempre estás ahí,
rostro con su paso del tiempo, años,

que refleja la trayectoria vivida,
en mayor o menor medida, tú madre,
y pasado, cuerpo que no permite
las estrías en el corazón

para que el alma reviva,
sangre que se desliza de generación en generación
sin dejar de llevar tu linda seña,
esa eres tú madre, dueña de tu huella acrecentada.

María Luisa Yeste López