EL VATICANO Y LA COMUNICACIÓN

MARI PAZ LÓPEZ SANTOS, pazsantos@pazsantos.com
MADRID.

ECLESALIA, 28/06/12.- El Vaticano ha decidido “mejorar su política de comunicación” y ha fichado a “Greg Burke, periodista norteamericano de 52 años, que hasta ahora era el corresponsal en Roma del conservador canal Fox News. Desde hace 25 años se ocupa de contar lo que sucede en la Santa Sede para las agencias UPI y Reuters y también para el Time. Además, es miembro del Opus Dei”, según he leído en la prensa digital.
En principio me ha parecido una buena idea pero no sé si es tanto un tema de profesionalización de la comunicación –que sin duda sería efectivo, los cardenales no saben de todo y es lógico que busquen especialistas en esta materia- como de comunicar lo que se vive en el perímetro vaticano. En realidad, comunicar, sí comunican, pero a la manera que lo viven.
Por ejemplo, en el caso del mayordomo del Papa, que sigue recluido en la cárcel vaticana, envuelto en un silencio nebuloso que recuerda a un régimen medieval o, en nuestros días, a sistemas que están al margen de los derechos humanos. Tanto la palabra (el revuelo de la noticia en los primeros días) como el silencio (ahora no sabemos nada del caso) son instrumentos en la comunicación, para lo bueno y para lo malo.
Un conocido pensamiento del filósofo y poeta Ralph Waldo Emerson (1803-1882), norteamericano como el periodista contratado por el Vaticano: “Emplea el lenguaje que quieras y nunca podrás expresar sino lo que eres”, creo que tiene que ver con los quebraderos de cabeza en el tema de la comunicación vaticana.
Si no hay cambios desde la raíz dudo mucho que la comunicación profesionalizada vaya más allá de seguir poniendo parches, en este caso con materiales más modernos y ajustados a este tiempo.
Cuando las noticias del Vaticano muestren la esencia de una sencilla vida evangélica, no importará qué lenguaje o qué técnicas de comunicación se utilicen. La transparencia del Amor habrá montado su tienda en la Plaza Bernini; y en la Capilla Sixtina, Dios Padre “chocará” la mano de Adán al modo que celebran una canasta los jugadores de baloncesto.
Cuando el Vaticano no sea noticia porque, según una máxima periodística, “las buenas noticias no son noticia”, entonces y sólo entonces, nos sentiremos cobijados “a la sombra de tus alas” como dice el Salmo 17. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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