No podemos servir a Dios y al dinero | REFLEXIONES CRISTIANAS

NO PODEMOS SERVIR A DIOS Y AL DINERO

       La visión de Jesús sobre la acumulación de riquezas no es la de un moralista que se preocupa de saber cómo adquirimos nuestros bienes y cómo los usamos.

El riesgo de quien vive disfrutando de sus riquezas es olvidar su condición de hijo de un Dios Padre y hermano de todos.

De ahí su grito de alerta: “No podéis servir a Dios y al dinero”. No podemos ser fieles a un Dios Padre que busca justicia, solidaridad y fraternidad para todos, y al mismo tiempo vivir pendientes de nuestros bienes y riquezas.

El dinero puede dar poder, fama, prestigio, seguridad, bienestar pero, en la medida en que esclaviza a la persona, la cierra a Dios Padre, le hace olvidar su condición de hermano y la lleva a romper la solidaridad con los otros.

Dios no puede reinar en la vida de quien está dominado por el dinero. Las riquezas despiertan en nosotros el deseo insaciable de tener siempre más y más. Para Jesús es una insensatez consagrar las mejores energías y esfuerzos en adquirir y acumular riquezas.

       Un día el pensamiento cristiano descubrirá, con una lucidez que hoy no tenemos, la profunda contradicción que hay entre el espíritu que anima al capitalismo y el que anima el proyecto de vida querido por Jesús.

Esta contradicción no se resuelve ni con la profesión de fe de quienes viven con espíritu capitalista ni con toda la beneficencia que puedan hacer con sus ganancias.