Nuestra imagen de DIOS

Nuestra imagen de DIOS

     El enfrentamiento de Jesús con los responsables religiosos de su tiempo se debe a la imagen de Dios que presenta: un Dios Padre bueno y misericordioso, que muestra su cuidado por los “enfermos”, los pobres, los pecadores y los marginados, un Dios de vida y amor.

Los sacerdotes y dirigentes judíos presentan a un Dios del Templo y de los sacrificios, que oprime con cargas insoportables y que castiga a los pecadores, leprosos y apestados con la marginación social y religiosa. Son pobres y están enfermos porque Dios les ha castigado por sus pecados.

     Y nosotros, ¿en qué Dios creemos?, ¿es el mismo Dios que el de Jesús?

Porque si no es así, decir con nuestra boca que creemos en Dios tiene muy poco valor, vale de muy poco. La fe se muestra auténtica en el seguimiento de Jesús.

Afirmar sólo que creemos en Dios no asegura que se esté trabajando por la construcción del Reino, como hizo Jesús.  

     Lo central en la vida de Jesús fue cumplir la voluntad del Padre y llevar a cabo su obra. Y eso es también lo central en la vida de un creyente: cumplir lo que Dios quiere.