Evangelio del día 11 de marzo – Tiempo de Cuaresma
Mañana será tarde
Si estás enojado con alguien, y nadie hace nada
por arreglar la situación… arréglala tú.
Tal vez hoy, esa persona todavía quiera ser tu amiga,
y si no lo arreglas, tal vez mañana será muy tarde.
Si estás enamorado de alguien, pero esa persona
no lo sabe… díselo.
Tal vez hoy, esa persona también esté
enamorada de ti, y si no se lo dices hoy,
tal vez mañana será muy tarde.
Si te mueres de ganas por darle un beso a alguien… dáselo.
Tal vez esa persona también quiere un beso tuyo,
y si no se lo das hoy, tal vez mañana será muy tarde.
Si todavía amas a una persona que crees
que te ha olvidado…. díselo.
Tal vez esa persona siempre te ha amado,
y si no se lo dices hoy, tal vez mañana
será muy tarde.
Si necesitas un abrazo de un amigo… pídeselo.
Tal vez ellos lo necesitan más que tú,
y si no se lo pides hoy, tal vez mañana
será muy tarde.
Si de verdad tienes amigos a los cuales aprecias… díselo.
Tal vez ellos también te aprecian, y si se van o se alejan,
tal vez mañana será muy tarde.
Si quieres a tus padres, y nunca has tenido la oportunidad
de demostrarlo… hazlo.
Tal vez hoy, los tienes ahí para demostrárselo,
pero si se van, tal vez mañana será muy tarde.
¡Cuéntale esto a las personas que quieres!…
Y vas a ver cómo te vas a enterar de que hay gente
que te quiere y tú no lo sabías.
¡Cuéntales hoy….!
Tal vez mañana será muy tarde…
Evangelio del día 11 de marzo con el Padre Guillermo Serra
Evangelio según San Lucas 11, 14-23
En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: «Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: «Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama».
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