Posesión de la sede episcopal para monseñor Alfredo Zecca

Buenos Aires, 19 Ago. 11 (AICA)
Mons. Alfredo Zecca, arzobispo electo de Tucumán

Mons. Alfredo Zecca, arzobispo electo de Tucumán
Monseñor Alfredo Zecca, nombrado por Benedicto XVI arzobispo de Tucumán, recibió ayer su ordenación episcopal durante una celebración eucarística que tuvo como consagrante principal al arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, y co-consagrantes al cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná; monseñor Eduardo Vicente Mirás, arzobispo emérito de Rosario; monseñor Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán y monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi, obispo auxiliar de Santiago del Estero.

Actuaron como presbíteros asistentes monseñor Antonio A. Aloisio y el presbítero Luis María Rodríguez-Melgarejo, y tuvo a su cargo la lectura del Mandato Apostólico, monseñor José Melitón Chávez, vicario general de la arquidiócesis de Tucumán.

La Eucaristía se celebró en la catedral metropolitana de Buenos Aires, colmada de amigos, fieles y familiares del consagrado, y fue concelebrada por 45 obispos y 115 sacerdotes, y la asistencia del nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, quien estuvo acompañado por el secretario de la nunciatura, monseñor Robert Murphy.

Monseñor Zecca, de 62 años de edad, perteneciente al clero porteño y ex rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, sucederá a monseñor Luis Villalba, a quien el Papa aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis tucumana el pasado 10 de junio por alcanzar el límite de edad canónica.

El 17 de setiembre próximo será puesto en posesión de esa sede episcopal por el nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, en el marco de una celebración eucarística prevista para las 18 en la catedral tucumana de Nuestra Señora de la Encarnación.

Obispos concelebrantes
Además de los co-consagrantes, la celebración eucarística fue concelebrada por los arzobispos Carlos José Ñáñez, de Córdoba; Mario Antonio Cargnello, de Salta; Héctor Aguer, de La Plata; Alfonso Delgado, de San Juan de Cuyo; José María Arancedo, de Santa Fe de la Vera Cruz; Mario Luis Bautista Maulión, emérito de Paraná; Agustín Radrizzani SDB, de Mercedes-Luján; y Juan Alberto Puiggari, de Paraná.

Los obispos Vartán W. Boghossián, eparca de los armenios; Luis Teodorico Stöckler, de Quilmes; Baldomero Carlos Martini, de San Justo; Charbel Georges Merhi, eparca de los maronitas; Antonio Juan Baseotto, emérito castrense; Rubén Oscar Frassia, de Avellaneda-Lanús; Juan Rubén Martínez, de Posadas; Guillermo Rodríguez-Melgarejo, de San Martín; Francisco Polti, de Santiago del Estero; Sergio Alfredo Fenoy, de San Miguel; Jorge Rubén Lugones SJ, de Lomas de Zamora; Jorge Eduardo Lozano, de Gualeguaychú; Carlos Franzini, de Rafaela; Carlos Humberto Malfa, de Chascomús; Joaquín Mariano Sucunza, auxiliar de Buenos Aires; Fernando Carlos Maletti, de San Carlos de Bariloche; Mario Poli, de Santa Rosa; Ricardo Oscar Faifer, de Goya; Oscar Domingo Sarlinga, de Zárate-Campana; Antonio Marino, de Mar del Plata; Eduardo Horacio García, auxiliar de Buenos Aires; Eduardo María Taussig, de San Rafael; Juan Carlos Romanín SDB, de Río Gallegos; Eduardo E. Martín, de Villa de la Concepción del Río Cuarto; Hugo Manuel Salaberry SJ, de Azul; Oscar Vicente Ojea, coadjutor de San Isidro; Marcelo Martorell, de Puerto Iguazú; Pedro María Laxague, auxiliar de Bahía Blanca; Hugo Nicolás Barbáro, de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña; Enrique Eguía Seguí, auxiliar de Buenos Aires; Luis Alberto Fernández, auxiliar de Buenos Aires; Marcelo Daniel Colombo, de Orán; Nicolás Baisi, auxiliar de La Plata; y Miguel Ángel D’Annibale, auxiliar de Río Gallegos.

También concelebraron más de un centenar de sacerdotes, diocesanos y religiosos, entre los cuales el ex rector de la UCA padre Domingo María Basso OP; el rector del Seminario Metropolitano, presbítero Alejandro Giorgi; el vicario para la Argentina de la Prelatura del Opus Dei, monseñor Mariano Fazio; el presidente de FASTA, padre Aníbal Fósbery OP; y el rector de la catedral primada, presbítero Alejandro Russo.

Asistieron y formaron parte de la procesión de entrada 40 seminaristas de Buenos Aires.

Personalidades presentes
Entre los asistentes estaban los vice rectores y la mayoría de los decanos de la UCA; el director general de Culto Católico de la Secretaría de Culto de la Nación, doctor Luis Saguier Fonrouge; el ex embajador ante la Santa Sede, Carlos Custer; el ex secretario de Culto de la Nación, doctor Norberto Padilla; el director de AICA, Miguel Woites; y otras personalidades relacionadas con la vida de la Iglesia.

Alocución de Mons. Zecca
Hacia el final de la Eucaristía y durante el canto del tedeum, monseñor Zecca recorrió el templo bendiciendo a los presentes. A su término, pronunció una alocución en la que recordó a sus padres, Alfredo y María Elena, quienes, aseguró, «con su vida y sabiduría, me enseñaron las virtudes humanas y cristianas». También trajo a la memoria a a sacerdotes y religiosos que marcaron su vida eclesiástica.

Asimismo, destacó las figuras de los cardenales Juan Carlos Aramburu y Antonio Quarracino, ya fallecidos. Del primero consideró que “su figura de obispo crece en nuestra valoración con el paso del tiempo”, mientras que del segundo dijo que “siempre admiré su humanidad, su cercanía, su sentido del humor, su sabiduría y, sobre todo, su capacidad para relacionarse con gente de todo tipo, aun con quienes estaban en las antípodas de su pensamiento.

Agradeció al cardenal Bergoglio y al nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, por el respaldo que “me brindaron en el respeto irrestricto a la autonomía y autarquía de la Universidad Católica Argentina, de la que fue rector por varios años.

El nuevo obispo manifestó, además, su «viva adhesión y admiración» por el papa Benedicto XVI, quien lo eligió para este cargo y al que consideró «uno de los más brillantes teólogos y pensadores de nuestro tiempo, con una gran capacidad para discernir el difícil rumbo de la cultura contemporánea y, así, detectar sus más claros desafíos a la evangelización».

A los tucumanos
Después, monseñor Zecca pidió a los tucumanos que lo consideren «co-provinciano por adopción». «Con todo mi corazón, con todas mis fuerzas y con todo mi entusiasmo me pongo al entero servicio de los tucumanos, consciente de asumir una Iglesia con una larga tradición y con un plan pastoral en marcha al que dedicaré mis mejores esfuerzos», expresó, al encomendar su ministerio episcopal a la Virgen de la Merced y a San Miguel Arcángel, patronos de la arquidiócesis y la ciudad de Tucumán, respectivamente.

Al finalizar la misa, y tras una hora de saludos al nuevo obispo, se realizó una recepción en el Hotel City, a la que asistieron numerosos invitados que felicitaron a monseñor Zecca y le demostraron su estima, deseándole éxito en su labor pastoral en Tucumán.+

Fuente: http://www.aica.org